La saga de los llamados quema-coches sigue a pleno en Santa Fe. Su último "acto" lo cometieron la madrugada del jueves en barrio María Selva, con un vehículo que estaba estacionado en Pedro de Vega 3100, el que quedó reducido a chatarra.
Se trató de un Suzuki Fun el que quedó reducido a chatarra. En los días previos le habían robado una rueda.
La saga de los llamados quema-coches sigue a pleno en Santa Fe. Su último "acto" lo cometieron la madrugada del jueves en barrio María Selva, con un vehículo que estaba estacionado en Pedro de Vega 3100, el que quedó reducido a chatarra.
El vehículo en cuestión, un Suzuki Fun modelo 2006, se encontraba en la vereda norte de la calle, con el frente orientado hacia el oeste. A su llegada, los bomberos encontraron el fuego propagado en toda la estructura del coche.
Los efectivos desplegaron de inmediato una línea devanadera para extinguir el fuego, en una operación que requirió de precisión y esfuerzo ante el alcance de las llamas, alimentadas por el tanque de nafta.
La acción del equipo de bomberos logró controlar el proceso ígneo en pocos minutos, sin que el fuego afectara la vía pública ni causara daños a inmuebles cercanos.
Pese a la intervención, el daño fue total en el Suzuki, que quedó reducido a chatarra ennegrecida. Ahora se espera que se realicen los peritajes para establecer las causas que originaron el incendio.
Los vecinos del barrio indicaron que el dueño del automóvil es un agente de policía. Agregaron que en los días previos le habían robado una rueda. También se quejaron por los constantes robos que ocurren en el sector.
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