Condenados por incendiar media docena de autos en una madrugada
Son tres jóvenes indigentes, detenidos a fines del año pasado en una casa usurpada, en inmediaciones de la Estación Mitre. El 17 de noviembre de 2021, entre las 2 y las 5, prendieron fuego seis vehículos.
"Incendiaron autos estacionados en la vía pública y uno que estaba dentro del garaje abierto de una vivienda", señalaron desde Prensa del MPA. Crédito: Flavio Raina/Archivo
Tres quemacoches que el año pasado prendieron fuego media docena de vehículos en una madrugada, firmaron sus condenas en un juicio abreviado que fue comunicado en las últimas horas por la oficina de prensa del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
La sentencia dictada por el juez penal Gustavo Urdiales alcanza a Lázaro José Díaz (24), quien recibió 3 años y 7 meses de prisión; Maximiliano Alejandro Gómez (22) y Maximiliano Andrés Varas (29), con penas de 3 años y medio, como coautores de los delitos de "incendios simples y agravados".
Y si bien Díaz era el único que contaba con una condena previa, a los otros dos se los acusó por nuevos delitos: a Gómez por amenazas calificadas por el uso de arma contra su ex pareja; y a Varas por encubrimiento por hurto al ser descubierto en una moto sustraída en Rafaela.
"Incendiaron autos estacionados en la vía pública y uno que estaba dentro del garaje abierto de una vivienda", señala la fuente oficial, que destacó la labor de la Agrupación de Bomberos Zapadores de la URI que evitaron daños mayores.
Los tres fueron detenidos el 29 de noviembre, en un Centro Comunitario (refugio) y en una casa y usurpada de la zona de la Estación Mitre.
Raid delictivo
La investigación, que estuvo a cargo del fiscal Ignacio Lascurain, comenzó el miércoles 17 de noviembre del año pasado, cuando entre las 2 y las 5 de la madrugada, se produjo lo que luego se supo, era un raid delictivo.
Los tres fueron detenidos el 29 de noviembre, en una requisas en Monseñor Zazpe 3500, donde funciona el Centro Comunitario (refugio) de la Red Puentes; y en una casa abandonada y usurpada de Zavalla 1701, esquina con M. Zazpe.
El 1° de diciembre el trío -que contó con la asistencia de la defensora pública Mónica Echaniz- fue imputado por el fiscal Lascurain ante el juez Luis Octavio Silva y al día siguiente el juez Urdiales dispuso la prisión preventiva, situación en la que llegaron a la firma del abreviado.
Los vehículos afectados fueron un Jeep Renegade, un Volkswagen Passat, un VW Polo, un Ford K, un VW Suran y un Peugeot 308. Crédito: Flavio Raina/Archivo
La pista del fuego
El comienzo de los ataques ígneos se produjo a las 2.15 de ese miércoles, en Lisandro de la Torre al 3200, entre las calles Francia y Saavedra, en el centro de la ciudad. Los vehículos afectados allí fueron un Jeep Renegade y un Volkswagen Passat. Según el peritaje de la Agrupación de Bomberos Zapadores, el Passat estaba estacionado en cambio, delante del Jeep, y al alcanzar el fuego la caja de cambios se produjo una reacción que lo impulsó tres metros hacia atrás, chocando contra la trompa del otro coche siniestrado, ampliando así el peligro por el crecimiento de las llamas, que llegaron a quemar la copa de los árboles.
Luego, a las 3.10 un VW Polo gris oscuro, modelo 2002, ardió en la vereda de calle San Juan al 1800. Veinte minutos después -a las 3.30-, una vecina de la calle Zavalla al 1900 llamó a los bomberos para que apagaran el fuego que se había apoderado de su Ford K gris, que también se encontraba estacionado en la vía pública.
Los dos últimos episodios transcurrieron entre las 3.45 y las 4.40 en avenida Freyre al 1400 y Amenabar al 3600. En ambos se constató que además de los daños ocasionados se generó una situación real de peligro para las personas que viven en las inmediaciones.
En el primer caso, porque el vehículo incendiado, un VW Suran gris, se encontraba dentro de un garaje abierto, donde hubo caída de revoque, rotura de vidrios y ahumamiento de la vivienda donde dormían los dueños de la unidad.
En el último en cambio, se trató de un Peugeot 308 blanco que si bien "dormía" en la calle, estaba a un metro del portón, donde había otro vehículo estacionado y dentro de la propiedad descansaba un matrimonio, que despertó al advertir las llamaradas provenientes del exterior.