Danilo Chiapello
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La víctima tenía 24 años. Recibió cerca de una decena de impactos de bala. Ocurrió en Domingo Silva y Estrada.
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Mario Rodríguez (24) tenía en claro que el tiempo de la “acción” había terminado. Quería una vida mejor para él, para su compañera, y para sus dos pequeños hijitos. Y la última imagen que se tiene de él, habla por sí sola de lo que pasaba por su cabeza.
Desde hace algunos meses, el dinero que llevaba a su casa provenía de su trabajo como albañil. Fue entre ladrillos, cemento y arena como fue madurando la idea del cambio. El tiempo de los problemas con la ley y los vicios personales, debían quedar definitivamente en el pasado. Había que dejar de ser uno de “Los Gallinitas” (mote con el cual se los denominaba en la barriada).
Para ello mucho ayudaron también las horas de reflexión en la iglesia evangelista. Fue entonces cuando decidió que debía dejar el barrio.
Con su bebé en brazos
* Este lunes por la tarde, Mario había llegado de otra dura jornada bajo el sol en una obra en construcción.
Luego de un baño reparador se instaló en la puerta de su domicilio, en Domingo Silva y Estrada, con lo que más quería en el mundo: su bebé de tres meses, al que tenía entre sus brazos. Esta tierna imagen fue lo último que hizo en vida.
De repente aparecieron en escena dos individuos los que llegaron caminando por calle Estrada. Cubrían sus rostros con cascos y ambos portaban armas de fuego.
La aparición de estos sujetos tomó por sorpresa no solo a Mario, sino a muchas otras personas que estaban con el. No hubo tiempo a nada
Tras lanzar una serie de insultos los recién llegados iniciaron un ataque a tiros. En medio de la balacera Mario abrazó a su bebé y alcanzó a ponerlo a resguardo dentro de la casa. Luego intentó escapar a la carrera por detrás de una montaña de escombros. Pero fue en vano.
A quemarropa
No menos de diez proyectiles lo alcanzaron en distintas partes de su cuerpo. Finalmente cayó unos metros más adelante. Mientras estaba agonizando los agresores se acercaron y lo remataron con varios disparos a quemarropa. Asesinos natos.
Cumplida la demencial faena sus autores se alejaron en dirección hacia la avenida Perón, donde se cree abordaron una motocicleta.
A todo esto los familiares de Mario fueron en su auxilio. Brisa, una prima, fue quien lo tomó entre sus brazos e intentó reanimarlo. “Quería hablar... quería decirme algo pero no podía. Le salía sangre por la boca”, dijo hoy la mujer en diálogo con El Litoral.
Luego otros allegados cargaron al infortunado en un automóvil y salieron raudos en dirección al hospital Iturraspe donde, lamentablemente, arribó ya sin vida.
Los profesionales que lo asistieron constataron impactos de bala en piernas, brazos, tórax y en la espalda.
Cabe agregar que en la escena del suceso los investigadores se incautaron de una decena de vainas, calibre 9 mm.
Detenido
Una vez que la policía tuvo conocimiento del hecho, rápidamente comenzó un operativo de búsqueda de los agresores.
Con los datos el momento los pesquisas iniciaron una serie de redadas en toda la zona de Barranquitas y sus barrios cercanos.
Poco después una comisión de la PDI llegó hasta Juan Diaz de Solís y Estrada y apresó a un muchacho de 24 años.
La situación de este sujeto sería sumamente comprometida por cuanto es sindicado como uno de los que disparó contra Rodríguez.
Así las cosas se comunicó lo sucedido a la fiscal de Homicidios, doctora Cristina Ferraro, quien ordenó que el implicado pase a condición de detenido, incomunicado, bajo el cargo de “Homicidio agravado por empleo de arma de fuego”.
No obstante los trabajos prosiguen por cuanto ahora se procura dar con el otro malviviente que tomó parte de la sangrienta secuencia.