"Yo cometí errores, pero jamás maté a una persona", imploró Diosnel David Casco para que un juez le conceda la tan ansiada libertad, puesto que lleva nueve meses en prisión preventiva, acusado por un crimen cometido el año pasado, en el barrio El Sabalito, en la zona norte de la capital provincial.
Entre lágrimas, el presidiario de 28 años dijo que "no soy una persona violenta" y que "tampoco estoy enojado". "Me quieren hacer pagar muchos años por algo que no hice", agregó, y apuntó contra su hermano muerto: "Yo no puedo pagar por él", sollozó.
La escena lacrimógena ocurrió el pasado viernes, en una audiencia de revisión de la prisión preventiva, solicitada por el defensor Néstor Darío Pereyra, el cual consideró que "hay animosidad en involucrar" a su pupilo.
Por el lado de la Unidad Especial de Homicidios del MPA, el fiscal Estanislao Giavedoni se opuso a la morigeración de la prisión preventiva solicitada por el defensor y recordó que no se modificó en nada la evidencia que llevó a Casco tras las rejas, a no ser por las declaraciones de su madre y de una vecina "amiga de la familia", enmarcó.
Diosnel Casco quedó detenido el 3 de febrero de este año, por el homicidio de Diego Fabián Riquelme (23), acontecido la tarde del 10 de mayo de 2020, en las calles del barrio El Sabalito. El infortunado circulaba en moto, acompañado por una sobrina cuando a la altura de calle Chaco al 5500 un auto oscuro lo encerró, hizo que conductor y acompañante derraparan y en la caída, dos personas armadas descendieron del coche, uno de los cuales lo ejecutó a tiros.
Según la testigo privilegiada y víctima del episodio, Diosnel Casco era quien en ese entonces estaba al volante. Lo identificó por el apodo de "Fuga" y luego lo reconoció en rueda de persona. Meses después, ratificó la identidad cuando el propio acusado le envió una solicitud de amistad por Facebook.
En tanto las primeras versiones indicaron que su hermano Martín Casco fue quien bajó armado para ajusticiar a Riquelme, con quien mantenía problemas de vieja data, como vecinos de la calle Misiones.
Tenés que leerImputaron a un hombre por un homicidio en barrio El Sabalito Otra testigo clave -pareja del fallecido-, también dijo haber escuchado cuatro disparos y que los asesinos escaparon en el mencionado auto oscuro.
Casco suplicó por las cámaras de seguridad de la zona de la avenida Blas Parera para confirmar que él no estaba al volante, pero dicha evidencia no pudo resguardarse. También aseguró que no sabe manejar, que es tuerto del ojo izquierdo -fue baleado en un robo- y que no existen registros de que alguna vez en su vida tramitara un carné de conducir en la municipalidad.
Nada de eso fue suficiente para conmover al fiscal Giavedoni, que le solicitó al juez Luis Octavio Silva que rechace las alternativas propuestas por la parte defensiva. Como principal argumento, sostuvo que el juez Leandro Lazzarini le dictó la cautelar el 5 de febrero de este año y que el 6 de abril el camarista Alejandro Tizón confirmó la cautelar.
"El camarista consideró que existían elementos suficientes para mantener la medida", sostuvo y evaluó que si Riquelme tenía problemas con el hermano de Casco "por qué motivos la testigo lo iba a señalar a él?". Además, resaltó que "los riesgos procesales son los mismos que hace 9 meses".
A pesar de las súplicas, el juez Silva optó por dejar a Casco tras las rejas, a la espera de un juicio oral en el que se podrán ventilar pruebas que determinen su culpabilidad o inocencia.
En tanto, para el defensor "el principal sospechoso es el hermano fallecido", llamado Martín Casco, cuyo cadáver fue hallado en aguas del río Coronda, maniatado y con un disparo en la cabeza.
Para el defensor "existen nuevas pruebas que se han incorporado" y por eso mismo entendió que correspondía solicitar una audiencia de morigeración de la prisión preventiva.
Además, se enfocó en las declaraciones de una sobrina de Riquelme, a la que calificó de "contradictoria" y que con el tiempo "se fue modificando" porque "hay animosidad en involucrarlo" a Casco, dijo.