Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Ocurrió en una rotisería de A. Cassanello y Alvear. La encargada resistió el robo y el malviviente abrió fuego. El rufián fue capturado por un cocinero del lugar y entregado a la policía. Asuntos Internos investiga por qué “desapareció” el arma de fuego.
Danilo Chiapello
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“Me puse a pensar y no pude dormir en toda la noche. Lo que más me preocupa es que puse en peligro la vida de mi compañero y de las clientas. El tipo me gatilló a mí y al cadete varias veces”, reflexiona Melina González (25) mientras repasa una y otra vez los momentos vividos anoche en su lugar de trabajo, la Rotisería Alvear.
A Melina no se la ve frágil. Sus palabras tienen la misma fortaleza que demostró anoche cuando no vaciló en trabarse en lucha con un delincuente.
Su heroica reacción por poco le sale muy caro. El rufián le disparó a la cabeza y, por suerte, el proyectil sólo alcanzó a rozarle el rostro. Sin dudas que nació de nuevo.
Dispuesto a todo
“Eran cerca de las 21 y yo estaba envolviendo un pedido. A mi lado estaba el cadete. Entraron dos clientas que venían de una iglesia y detrás de ellas ingresó un tipo. Hasta ahí no pensé nada raro”, señaló hoy Melina en diálogo con El Litoral.
Pero en cuestión de segundos el lugar se transformó en un infierno.
“El tipo agarró mi celular que estaba arriba del mostrador, sacó un arma y les apuntó a las mujeres. De inmediato comenzó a amenazar”, prosiguió.
“Al ver todo esto me puse al lado de la caja, la cerré y me metí la llave en el bolsillo. El ladrón cuando vio eso gatilló, pero no salió el disparo.
Las mujeres se corrieron a un costado de la vinoteca. Mientras tanto el rufián pasó del otro lado del mostrador y quiso llevarse la caja, pero yo me puse en su camino. El tipo gatilló tres veces más pero sin resultado. Era un arma pequeña, con tambor.
En varios momentos del robo yo le decía: andate que ahí viene la policía. Con eso lograba distraerlo unos segundos. Se lo hice como tres veces a eso.
Mi preocupación era que no le hiciera nada a las mujeres, porque les apuntaba. Pero en eso se vuelve hacia mí y luego también apunta adentro de la cocina”.
A la cabeza
“Se produce un forcejeo y veo el arma justo a la altura de mi hombro. Escucho el disparo y de inmediato siento un calor en la cara. Me toco y veo sangre. El ladrón pasa de nuevo por el mostrador y hace otro disparo que pegó en la pared.
Cuando él se va hacia la caja yo corro hacia la puerta. Salgo a la calle y lo dejo encerrado. Entonces comenzamos a forcejear otra vez. Yo siempre me resisto a un robo, soy así. Él luchaba por salir y yo por dejarlo encerrado. Encima no podía pelear bien porque tenía un rollo de cinta en una mano.
Justo cuando estábamos forcejeando pasa un patrullero. Entonces suelto la puerta y el tipo sale. Pensé que me iba a pegar, pero no, se fue corriendo hacia Cassanello con la caja en la mano. Le tiré con el cintero y le di en la cabeza”.
Lo agarró mi compañero
“Detrás del ladrón salió mi compañero de cocina, lo agarró y lo tiró al suelo. Entonces fui corriendo, agarré la caja y la llevé adentro. Mi compañero me preguntó cómo estaba porque me vio con sangre en la cara.
“Cuando vuelvo al lugar ya la policía lo tenía retenido. El tipo decía soy el hijo de.... (me pareció escuchar un apodo parecido a Kiko) dijo Melina. El policía le decía calláte la boca.
“Le pedí mi celular y me lo da. Pero igual nadie me sacaba la bronca. Después vino una de las policías y le pedí que me llame una ambulancia. Al rato llegó mi novio y mi patrón. Cerramos todo y nos fuimos al hospital. Me hicieron placas y por suerte no tengo nada grave.
“La verdad es que fue un momento tremendo. Me puse a pensar y no pude dormir en toda la noche. Lo que más me preocupa es que puse en peligro la vida de mi compañero y de las clientas. El tipo me gatilló a mí y al cadete varias veces”, culminó.
“Desapareció” el arma
El arma de fuego utilizada anoche por el delincuente que asaltó la rotisería Alvear, “desapareció” sin dejar rastros.
Esta grave irregularidad está siendo investigada por personal de Asuntos Internos que ya comenzó con la toma de declaraciones.
En ese sentido, sería bastante comprometida la situación de los oficiales que tomaron cartas en el asunto.