El calvario que terminó con su vida comenzó en la madrugada del 14 de noviembre para Wilson Aguirre, de 17 años.
Wilson Aguirre, de 17 años, murió después de estar tres días descompuesto. La fiscalía ordenó la autopsia.
El calvario que terminó con su vida comenzó en la madrugada del 14 de noviembre para Wilson Aguirre, de 17 años.
Ese día, su padre Osvaldo lo trasladó desde la casa donde reside la familia en el Loteo 100 Viviendas de Reconquista hasta el Hospital Central a causa de una dolencia física que le impedía estar bien.
Al arribar el nosocomio norteño, este joven con una discapacidad que no le permitía moverse ni expresarse fue atendido por un médico de turno que lo medicó y le recetó que varios estudios que debía realizarse de manera particular.
Pero las horas pasaron y Wilson no experimentaba mejoría en su cuadro de salud, por lo cual otra vez su padre lo llevó al efector público el 12 de este mes. Otro médico lo revisó y le administró un inyectable, para luego enviarlo de regreso a su vivienda.
Más de 8 horas después y tras haber realizado una ecografía en un sanatorio privado, ambos volvieron a presentarse en el HCR, con el estudio. El miércoles 13 fue recibido por personal médico que al analizar el examen dispuso el ingreso de urgencia en una sala de internación intensiva debido a “un cuadro delicado en su salud con fallas en sus riñones, pulmones y líquido en su estómago”, según obra en la denuncia radicada por el Osvaldo Aguirre, progenitor de la víctima. Finalmente, en esa jornada sobrevino su deceso.
El fiscal de turno, Leandro Benegas (integrante de la Unidad Fiscal Vera), ordenó la autopsia y caratuló la causa como “muerte dudosa”, al tiempo que dispuso la entrega del cuerpo del fallecido a su familia para su velatorio e inhumación. La investigación pasó este miércoles a la órbita Unidad Fiscal Reconquista.
Fuentes del caso, confiaron a este medio que en la pericia forense no se pudo determinar la causa de muerte y que se enviarán muestras a otro laboratorio para tratar de lograr mayor precisión científica.
El Dr. Maximiliano Luna, patrocinante legal de la familia, reconstuyó que “cuando ingresa con el menor, en el primer ingreso, presentaba un dolor abdominal, un dolor en la zona del estómago, que según ellos me dicen, al parparle el estómago veían que le dolía y conociéndolo a su hijo, que no es una cuestión menor, que tenía un retraso madurativo, que estaba en silla de ruedas y que no se podía expresar con mayor claridad, interpretaron que le estaba pasando algo que no era usual, que no era normal y que para ellos tenía cierta gravedad”.
El profesional agregó que “cuando ellos se dirigen a la guardia del Hospital, son atendidos por una profesional, que les sugiere que haga una serie de estudios clínicos. En ese momento les da por escrito un pedido médico con un diagnóstico que establecía dolor abdominal”.
“Dentro de lo que fue esa primera visita médica, se le ordena bajo receta un jarabe, un jarabe de lo cual familiares me pasaron fotos y decían que era un medicamento que se vendía bajo receta médica. Una de las cuestiones que entiendo yo tiene que también establecerse y analizarse desde ese punto es si, ese medicamento tenía contraindicaciones o advertencias específicas”, prosiguió.
La cuestión, dijo el abogado que confirmó la denuncia por supuesta mala praxis,, “es que, como bien lo relató el padre, regresaron a la casa con ese medicamento y volvieron a ingresar prácticamente antes que termine el día nuevamente a la guardia, obtuvieron una consulta de similares características donde les sugirieron otra vez que vaya a hacer los estudios y que venga con los estudios". "En ese momento regresan -reseñó-, otra vez no le hicieron ni placa, ni ecografía, ni estudios preliminares y ya con el correr del día, después de esa segunda consulta, ven que el cuadro sigue empeorando. Si mal no recuerdo, la familia me dijo que ya empezó a vomitar un líquido marrón y ahí es donde deciden de manera inmediata ir al sanatorio privado, no es cuestión menor por ahí los recursos para estas familias”.
En ese centro, "el ecografista les dijo que tenía que ir a internación. Salen de ahí, se dirigen al Hospital y ya al ingresarl notan un cambio drástico en la situación, porque ya lo estaban esperando una serie de profesionales y a partir de ese momento el niño ingresó a terapia. Con posterioridad hubo una intervención quirúrgica por vesícula. Luego se produjo el deceso”.
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