El 2020 obligó al mundo entero a cambiar sus hábitos para combatir una pandemia que continúa amenazando a la humanidad. Sin embargo, hay otra amenaza mucho más vieja y normalizada que año a año afecta la vida de las mujeres y cuya máxima expresión es el femicidio.
El Ministerio Público de la Acusación (MPA) registró el año pasado 43 homicidios de mujeres, de los cuales 24 -el 55.8 %- son investigados como femicidios, y no se descarta que más causas cambien de carátula. Esto marca un récord en el registro desde su inicio en 2014. Por otro lado, a nivel nacional, el Observatorio de las Violencias de Género "Ahora Que Sí Nos Ven" registró 265 femicidios hasta el 20 de noviembre.
Asfixiadas, golpeadas, quemadas, abusadas sexualmente y ejecutadas de un disparo, este 2020 deja un saldo de un femicidio cada 29 horas en Argentina, y una dolorosa lista de nombres que seguirán siendo gritados a viva voz hasta que se obtenga justicia, como en las sentencias a prisión perpetua para los femicidas de Rosalía Jara y la docente Vanesa Castillo.
El primer caso que estremeció a Santa Fe este 2020 fue el que tuvo como víctima a Daniela Cejas. La mujer de 42 años fue asfixiada en la sede de Generar, una ONG dedicada a la lucha contra la violencia de género. La encontraron sin vida la mañana del 19 de enero, y un mes más tarde se imputó por el femicidio a Javier Sen, quien pertenecía a su círculo íntimo.
El 27 de enero Noelia Ochstadt, también de 42 años, fue asesinada de un disparo por su expareja, Walter Wettstein. Paseaba en bicicleta junto a uno de sus hijos por las calles de Humboldt cuando su femicida los interceptó y terminó con la vida de ella en frente del pequeño. Ese día se presentó en la comisaría y confesó: "Maté a mi señora".
El crimen de Rocío Vera, de 14 años, indignó a todos por su brutalidad. La adolescente fue asesinada entre el 12 y el 13 de julio en Reconquista. La encontraron sin ropa en un baldío y taras la autopsia se confirmó que fue víctima de una violación grupal. En la causa que investiga el femicidio se identificó a dos menores y cinco adultos: Juan y Leonardo Godoy, Brian Altamirano, Luis Quintana y Pascual Fagundes.
El 19 de julio Gisela Fiamaca fue asesinada de una puñalada en su casa del barrio Santa Rosa de Lima. Por el femicidio imputaron a su pareja, Gustavo Miguel Ponce de León.
El mismo mes otra adolescente fue asesinada en un contexto de violencia de género. Se trata de Julieta Del Pino, de 19 años, que fue raptada al salir de su trabajo el 25 de julio en Berabevú. La golpearon y estrangularon. Por el femicidio fue imputado Cristian Romero.
Dos juicios de alto perfil mantuvieron pendientes a toda la provincia. Los femicidios de Rosalía Jara y "la seño" Vanesa Castillo tuvieron gran repercusión. Tanta, que los juicios fueron televisados.
El primero comenzó el 7 de julio en los tribunales de Vera y se extendió hasta el 3 de agosto, cuando el tribunal compuesto por los jueces Gonzalo Basualdo, Norma Senn y Mauricio Martelossi condenó por unanimidad a prisión perpetua a Juan Valdéz (43) por el "homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por haber sido cometido mediando violencia de género (femicidio)".
Rosalía Jara fue vista por última vez la noche del 1 de julio de 2017, en Fortín Olmos. No se supo nada de ella hasta un año después, cuando una bajante del arroyo Golondrina dejó al descubierto restos óseos a la altura del paraje El Bonete. Recién en noviembre de 2018 un informe forense confirmó que se trataba de Rosalía.
La teoría del caso de la fiscalía se centró en que Valdéz, cansado de que Jara le reclamara dinero para mantener a la hija que tenían en común, la recogió de una garita y la asesinó. Tras la condena, el fiscal Gustavo Latorre señaló que "se tuvo en cuenta la relación desigual de poder existente, en la que Valdéz abusó de la vulnerabilidad económica, cultural y social de Jara y de su situación de indefensión".
El 14 de septiembre se comenzó a juzgar a Juan Ramón Cano (30) por el femicidio de la docente Vanesa Castillo, y siete días después el tribunal compuesto por los jueces Rosana Carrara, José Luis García Troiano y Leandro Lazzarini lo condenó, también por unanimidad, a prisión perpetua por "homicidio triplemente calificado, por haber sido cometido con alevosía y ensañamiento, y por haber sido perpetrado por un hombre en contra de una mujer mediando violencia de género".
Se trató de la primera vez que se condenó un "femicidio no íntimo" en la provincia, según aseguraron las fiscales Barbara Ilera y Cristina Ferraro, cuya teoría del caso fue acreditada por el tribunal. Cano atacó a Vanesa el mediodía del 15 de febrero de 2018, cuando salía de la escuela Victoriano Montes, en Alto Verde.
El atacante esperó a que ella subiera a su moto para abordarla desde atrás. "Le propinó 13 puñaladas por la espalda, mientras ella seguía con vida, ocasionándole un mayor sufrimiento que denota una cuestión especial de desprecio por ser mujer, haciendo valer su condición de varón y que haría lo que él quisiera, causándole un dolor extremo", y demostró "un verdadero desprecio por la vida humana, apropiándose de la vida de Vanesa como quiso", señaló el tribunal en sus fundamentos.
"Cano tiene orientación hacia la violencia de género, hay un tratamiento a la mujer como objeto, no considera su cuerpo ni sus derechos, ni valora su vida", había declarado en el debate una de las profesionales encargadas de realizar un informe interdisciplinario sobre el condenado.