Rodrigo Sánchez
Rodrigo Sánchez
Se cumplen los primeros 5 años del accidente más recordado por todos los habitantes del sur de la provincia. Un nuevo aniversario de la injusticia. De algo que maduraba por naturaleza, porque todos los que han tomado alguna vez un colectivo de esa empresa sabían que la mayoría de las unidades no estaba en condiciones de transitar. Incluso, hasta los mismos choferes manifestaban del pésimo estado de sus herramientas de trabajo. Pero era la única manera de moverse para los que no contaban con vehículo propio y para los conductores era su fuente de trabajo y luchaban desde adentro por mejorías.
Ese 24 de febrero del 2017 lamentablemente fue el día. El reloj marcaba las 10.54 de la mañana cuando una unidad que se trasladaba hacia la ciudad de Casilda por la Ruta Nacional 33, a la altura del kilómetro 779, reventó uno de sus neumáticos, el colectivo perdió el control, se desplazó hacia el medio de la calzada y justo venía otro colectivo de la otra mano con dirección a Rosario. Terminaron chocando, primero de manera frontal y luego de costado.
Mirador Provincial dialogó con Alicia Ravassi, quien junto a su marido -Norberto Luchetta- son parte de los sobrevivientes del terrible accidente. Ella recordó cómo vivió el momento del impacto. "Yo viajaba en el colectivo que iba a hacia Rosario porque me iba a trabajar, al estar tan lleno me senté en el cuarto asiento, que daba al pasillo, y mi marido detrás de mí. Iba charlando con él de costado con los pies hacia el pasillo cuando de repente escucho el estampido en seco, como si una bomba nos explotara. Allí volé hacia un lado. Como jamás perdí la conciencia, recuerdo ver a mi marido ir de un lado al otro porque primero chocamos de frente y luego hicieron tijera e impactamos de costado". La protagonista asegura que "nunca había visto algo así. Pude observar como la gente volaba dentro del otro colectivo, fue tremendo".
Luego del impacto, Alicia recordó algo que al escucharla da la sensación de que aún padece aquel momento: "Jamás voy a sacarme los gritos que escuché, el olor a sangre que sentí, las cosas que vi con respecto a los heridos y a los propios fallecidos". Hace una pausa y continúa: "Por todo eso es que aún estamos junto con mi marido con tratamiento psiquiátrico. De hecho, jamás puede volver a subirme a un colectivo. Y si bien restaban tres años para jubilarme, tampoco volví a mi trabajo".
La señora Ravassi también reconoció que "el gobierno de la provincia siempre cumplió con la ayuda y la cobertura del tratamiento psiquiátrico". Aunque, por otro lado, habló de la cobertura de Monticas con respecto al pasajero: "La verdad es que el seguro que tenía la empresa era una burla a la vida. Para esta gente poderosa no valemos nada. Somos un número más".
Para cerrar, Alicia lamentó: "Ya sólo creo en la justicia divina, porque de nuestra justicia ya no espero más nada. La verdad que felicito a estos empresarios que hoy duermen tranquilos, que se dan sus gustos de andar de un lado al otro como si nada. Ojalá en algún momento les toque rendir cuentas".
Así finalizó Alicia Ravassi la experiencia más dura de su vida. Aquel 24 de febrero, ella sufrió quebraduras y un golpe en uno de sus pulmones que al momento del accidente la dejó sin respirar unos segundos. Su marido, estuvo a centímetros de lesionarse duramente la médula. Ellos, aquel día, como cualquier otro, iban a trabajar. Hoy sólo les queda agradecer que pueden contar la historia.
Además de los 13 fallecidos en la tragedia, hubo una mujer que quedó en estado vegetativo. Belén viajaba también hacia Rosario y desde hace 5 años, sólo abre y cierra los ojos. Ella era artesana y tenía 40 años al momento del accidente.
Su hermana, Marciel, charló con Mirador Provincial y contó sobre el hecho: "Luego del accidente, Belén fue trasladada al Heca en Rosario. Allí estuvo tres meses. Los médicos nos manifestaron que ya nada se podía hacer. Así que la trasladamos a la casa de San José de la Esquina y quedó con la internación domiciliaria. Ella recibe medicación a diario, atención médica constante y alimentación mediante sonda"
Mientras Marciel continuaba con su discurso, con marcada angustia, tono suave pero de indignación por la situación y el sufrimiento de tener a su hermana así y a su mamá que, habiendo pasado los 80 años en el 2017, aún se le hace imposible superar la situación.
La hermana de Belén también agregó: "La provincia siempre se hizo cargo absolutamente de todo. Tanto de las internaciones, como de la atención médica a diario y las medicaciones que recibe". Y expresó: "Ella hoy está en una cama, sólo abre y cierra los ojos. Desde el momento del accidente no ha emitido sonido ni gesto alguno".
Parece mentira que hayan pasado 5 años de aquella triste mañana en la que se fueron 13 vidas. Parece mentira que habiendo pasado ese tiempo, aún se reclame justicia porque no la hay ya que nadie está imputado por la causa. Parece mentira que muchos sabían que esto iba a pasar algún día y ninguno de los responsables hizo nada para evitarlo. El kilómetro 779 de la ruta 33 ese 24 de febrero del 2017 a las 10.54 horas fue un grito ensordecedor y hoy hay tanto silencio, que aturde.