Viejo habitué de los tribunales santafesinos, este lunes recuperó su libertad tras purgar la sexta de sus condenas por violencia de género. Con un modus operandi que se repite, este "encantador" acosador mantiene relaciones fugaces con mujeres a las que luego hostiga hasta terminar detenido. En ocasiones, siquiera estar tras las rejas lo detuvo.
Ignacio Enrique De Iriondo tiene 46 años, y tanto su nombre como su historial es ampliamente conocido por todos los operadores de justicia, desde fiscales hasta defensores, ya que desde 2014 visita casi anualmente el Palacio de Tribunales.
La última de sus visitas fue en junio del año pasado, cuando el juez Nicolás Falkenberg lo condenó a 1 año y 2 meses de prisión, además de declararlo reincidente por tercera vez. Como estaba en prisión preventiva desde noviembre de 2020, este 10 de enero de 2022 cumplió el total de su sentencia y recuperó la libertad.
Las minúsculas penas que prevé el Código Penal para los delitos en los que se enmarca su accionar, generalmente amenazas e incumplimiento de mandato judicial, lleva a que pase períodos relativamente cortos en prisión. Al salir, la historia se repite: conoce a una mujer, comienzan una relación que suele terminar rápidamente, y luego inicia el período de acoso.
La pena que acaba de purgar presenta una característica particular: los hechos sucedieron en agosto de 2020, mismo mes en el que recuperó su libertad tras cumplir con la condena anterior. A días de salir de prisión De Iriondo ya había iniciado una relación con una mujer, la cual ella cortó al poco tiempo.
Fue entonces que él comenzó a hostigarla, amenazando de manera electrónica, telefónica y por redes sociales con divulgar una serie de audios, chats y fotos que había recopilado a lo largo de su fugaz noviazgo. La situación llegó hasta tal punto que el 12 de octubre la mujer decidió denunciarlo, tras la cual se solicitó al Tribunal Colegiado de Familia Nº 5 una medida de distancia y prohibición de contacto de todo tipo.
Esta fue notificada a De Iriondo, e ignorada, tal como consta en las denuncias que la víctima continuó radicando en su contra. Él intentó contactarse con ella los días 2, 3, 4 y 5 de noviembre, a través de Instagram, creando cuentas con nombres del estilo "algunaveznosvolveremosaver" y "tellevomuyadentro". Y el día 6 intentó iniciar una videollamada con ella.
A través de esta red social, le envió mensajes que contenían "expresiones de acoso y hostigamiento", según lo manifestó la fiscal Milagros Parodi. "Todos estos hechos ocurrieron en el marco de una persecución, asedio, acorralamiento, acoso y hostigamiento configurativo de violencia de género" que la víctima "viene sufriendo desde agosto", señaló la funcionaria de la Unidad de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) durante la audiencia del miércoles 11 de noviembre de 2020, en la que imputó a De Iriondo.
La atribución delictiva fue por los delitos de "amenazas reiteradas" e "incumplimiento de mandato judicial" también reiterado en 4 oportunidades. El delincuente quedó en prisión preventiva, en junio de 2021 firmó un acuerdo de juicio abreviado y fue condenado a 1 año y 2 meses de prisión. Esa pena venció este lunes, por lo que recuperó su libertad.
Su última condena incluyó, entre otras medidas, que de otorgársele la libertad condicional sería bajo la prohibición de ingresar a redes sociales como Facebook, Instagram y Tinder. Si bien la solicitó, De Iriondo no recibió el beneficio.
El primer juicio por violencia de género desde el inicio del nuevo sistema penal santafesino, en 2014, tuvo en el banquillo de los acusados a Ignacio De Iriondo.