Miércoles 17.8.2022
/Última actualización 15:17
El hecho ocurrió el 8 de julio cerca de las 12 del mediodía. Azul caminaba tranquilamente por el patio de la escuela en el último recreo de la jornada, cuando de repente pasó al lado de un cesto de basura, donde se produjo una tremenda y muy ruidosa explosión. La joven cayó desvanecida ante la sorpresa de todos los presentes. Se trataba de un dispositivo de fabricación casera y habría sido colocado allí con el fin de grabar un video para la red TikTok, la más utilizada por los adolescentes en la actualidad.
Desde aquel momento, la familia se paseó por diversos fonoaudiólogos, la audición de Azul había quedado comprometida. Recién en la última semana pudo conocerse el diagnóstico: la adolescente de 15 años perdió el 96,4% de la audición y ahora necesita realizarse dos implantes coclares, cuyo valor oscila entre los 40 y los 60 mil dólares.
Los profesionales confirmaron la pérdida de audición del 96,4% para la joven de 15 años, lo que le modificó por completo su vida. A raíz de este problema se vio obligada a abandonar su práctica de rugby y de karate y tuvo que cambiar radicalmente su vida, tanto en las relaciones como en las propias clases en su escuela.
Su papá, Matías Zabaleta, contó que su hija vive un calvario desde el día del accidente y que todavía no hay ningún responsable.
El hecho ocurrió el 8 de julio cerca de las 12 del mediodía.En seguida, hizo la denuncia penal en la Unidad Fiscal N° 11 y responsabilizó a las autoridades del colegio.
"El colegio subestimó el hecho en todo momento. Nunca dio intervención a las autoridades policiales, no resguardó la escena donde sucedió, ni los elementos que produjeron el estallido para que fueran peritados. El representante legal me dijo que los tiene guardados, pero lo cierto es que los tocaron, se movieron de lugar, no se llamó a la División de Explosivos ni a Policía Científica para que pudieran levantar huellas", aseguró el papá de la víctima al sitio 0223.
También resaltó que es importante que lo ocurrido se "haga público", porque se trata de un reto popular que circula por TikTok, donde enseñan cómo hacerlo.
"La institución educativa no le dio la repercusión y la importancia para difundirlo y prevenir a nivel educativo o que no lo hagan en sus casas", agregó.
"Los responsables de lo que le sucedió a mi hija no fueron sancionados ni desde lo administrativo. Está hecha la denuncia en el Consejo Escolar", mencionó.
En tanto, la vida escolar de Azul cambió: todos los días debe tomar medicación contra el vértigo, el aula donde cursaba debió ser mudada a la planta baja y ella ahora debe ubicarse muy cerca de los profesores para poder alcanzar a escuchar algo de lo que enseñan en cada clase.