Un violento asalto ocurrió este viernes por la tarde en un negocio de barrio Candioti Norte, en el centro geográfico de la ciudad de Santa Fe.
El violento robo se registró este viernes por la tarde en un local dedicado a la venta de celulares de calle Sarmiento al 3500. Los dos sujetos huyeron con equipos y dinero en efectivo. El herido fue trasladado con un disparo en el omóplato.
Un violento asalto ocurrió este viernes por la tarde en un negocio de barrio Candioti Norte, en el centro geográfico de la ciudad de Santa Fe.
El blanco fue un local comercial dedicado a la venta mayorista de teléfonos celulares ubicado en la cuadra de calle Sarmiento al 3500, entre Castellanos y el muy transitado bulevar Gálvez.
Según puso saberse, el incidente -que pudo terminar en tragedia- se desató poco antes de las 16, cuando en el salón había empleados y clientes.
En ese momento, ingresaron dos delincuentes con al menos un arma de fuego.
La irrupción causó conmoción entre los presentes y se generó entonces un momento de extrema tensión.
Los malvivientes se apoderaron de dinero en efectivo y también de varios equipos de comunicaciones, pero cuando se estaban por retirar la situación se descontroló. Aparentemente, los delincuentes creyeron que alguien había activado una alarma silenciosa y terminaron abriendo fuego para cubrir la huida.
Un proyectil impactó cerca del hombro derecho de uno de los clientes.
Los ladrones escaparon del lugar en el mismo vehículo en que habían llegado, una moto. Se fueron a gran velocidad, en contramano, por calle Sarmiento hacia el norte.
Minutos más tarde, mientras ya se había dispuesto un operativo cerrojo en toda la zona, arribaron a la escena móviles policiales de distintas reparticiones y una ambulancia del servicio público de salud provincial 107. Un médico revisó al hombre herido y procedió a estabilizarlo. Luego, la víctima fue trasladada al Hospital José María Cullen, donde se le diagnosticó herida de arma de fuego en parte intercostal del lado derecho, con orificio de entrada y no de salida.
El caso fue puesto inmediatamente en manos del Fiscal de la Unidad Especial de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación Andrés Marchi, quien dispuso una serie de medidas que encomendó a la Agencia de Investigación Criminal.
Los detectives buscaron testigos que puedan aportar elementos y luego iban a analizar imágenes de distintas cámaras de vigilancia públicas y privadas en busca de detalles que permitan apuntar a los culpables del hecho.
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