Joaquín Fidalgo
La víctima es un docente e investigador de nuestra ciudad. La historia es increíble y todavía no terminó.
Joaquín Fidalgo
Celso Delfor De Souza Nunez tiene 48 años y es profesor de Filosofía e investigador. Nació en Alejandra, ciudad costera del departamento santafesino de San Javier, pero desde hace años reside y trabaja en la capital provincial. La noche del pasado jueves estaba “contento”. Charlaba con un amigo en su casa sobre las muchas cosas buenas que le había deparado el 2018 y el viaje planeado para dentro de pocos días, cuando repentinamente quedó inmerso en una historia que lo descolocó completamente.
“A las 21.31 recibí una llamada. Era un señor de la provincia de San Juan. Me dijo que desde su empresa habían depositado erróneamente una importante suma de dinero en una de mis cuentas, una del Banco Hipotecario que tengo abierta pero no uso. Primero me pareció extraño, porque cuando uno deposita se fija bien en quién es el destinatario. Chequea los datos. Este hombre me pidió que le transfiera el dinero a través de Internet. ‘Es muy fácil. Yo le ayudo’, me repetía. Yo conozco bastante bien el tema, porque trabajé en bancos. Luego, pensé que era una broma, por lo que corté”, comenzó relatando el docente.
Minutos después, volvió a sonar su celular. “Era este sujeto otra vez. Ante su insistencia, me metí en mi cuenta y efectivamente había depositado casi 100 mil pesos. Entonces le pregunté cómo tenía mi teléfono y me respondió que le había aparecido en el ticket del depósito. No quise seguir discutiendo, pero ahí no aparecen esos datos. Después le expliqué que no podía transferir el dinero a otra cuenta, que tenía que ver cómo se arreglaba eso con el fisco, porque me había ingresado esa suma de dinero. Si yo giraba a otra persona, iba a quedar como que cobré y pagué. Tenía que justificar ese movimiento”, recordó Celso.
“Me llamó muchas veces -agregó. Repetía que era una equivocación, que siempre pasaba, que era común y que era simple de solucionar. Pero todo era totalmente fuera de lo común. Le expliqué que yo quería devolverle el dinero, que no me iba a quedar con nada que no fuera mío, pero que necesitaba hacer las cosas correctamente. Me siguieron llamando como hasta las 3 de la mañana. Luego, me cansé, apagué el teléfono y me dormí”.
Pero De Souza Nunes se acostó intranquilo y el sueño no duró mucho. Un par de horas después se despertó sobresaltado. En las últimas conversaciones, que fueron subiendo de tono, el misterioso desconocido había mostrado conocer detalles personales del docente y otros miembros de su familia.
“Tenían muchos datos míos. No me asusté. Yo quería devolver el dinero, pero primero iba a ir al banco a preguntar cómo hacer. Volvieron a llamarme a las 5, a las 6, a las 7. Me decía que no vaya al banco, que no era necesario. La última vez me acusó de que yo le estaba robando la plata, que me estaba quedando con su dinero y directamente me amenazó para que le haga la transferencia. Allí decidí no contestar más”, puntualizó.
Crédito
Apenas abrió la sucursal que el Banco Hipotecario tiene en la ciudad de Santa Fe, De Souza Nunes entró y habló con dos empleadas. “Buscaron un resumen de la cuenta y me dijeron que yo había pedido un crédito en Capital Federal y que habían depositado un cheque en mi cuenta. Me dijeron que se trataba de una estafa, que seguramente me habían robado la identidad y que insistían para que transfiera de noche, porque en ese momento no podía ser asesorado. Si hubiese movido el dinero, ya habría desaparecido”, narró la víctima.
“Entonces fui a la policía e hice la denuncia. Llevé todo lo que tenía, los papeles, los registros de chats. Estuve toda la mañana. También fui hasta el Ministerio Público de la Acusación, pero el fiscal no se comunicó conmigo. Ni siquiera me dieron su nombre en ningún lugar. Nadie se contactó. Necesito que me orienten. Tengo casi 100 mil pesos en la cuenta. Del banco me dijeron que habían paralizado la cuenta, pero no es así. Ayer ingresé y estaba todo igual. Quiero que me indiquen cómo anular ese crédito que yo nunca pedí. Soy una víctima. Necesito información. No sé cómo proceder, cómo protegerme. A todo esto, me siguieron amenazando. Me dicen que saben dónde voy a estar el fin de semana”, se desesperó.
“Yo soy delegado gremial de Amsafe y mandé un mensaje al grupo de Whatsapp para contar lo que me había sucedido. Así me enteré de que mi caso no era el único. Incluso algunos colegas fueron estafados, porque llegaron a hacer la transferencia”, se lamentó De Souza Nunes.