Durante la madrugada del viernes una formación del Belgrano Cargas, cargada con toneladas de soja, fue vandalizada a la altura del barrio Santa Rosa de Lima.
Ocurrió a la altura del barrio Santa Rosa de Lima. Personal policial requisó algunas viviendas y secuestró tres bolsas con dicha legumbre. No hubo detenidos.
Durante la madrugada del viernes una formación del Belgrano Cargas, cargada con toneladas de soja, fue vandalizada a la altura del barrio Santa Rosa de Lima.
Era un trayecto rutinario, pero en esta ocasión, en algún punto entre las calles Juan de Garay y General López, las boquillas de uno de los vagones fueron abiertas deliberadamente.
Como una herida abierta, el grano comenzó a derramarse en los costados de las vías. La formación se detuvo y, con ella, se activó un operativo policial que evidenció, una vez más, un problema recurrente en la zona: los robos a trenes que transportan soja.
En cuestión de minutos la policía tomó conocimiento del incidente. Tras las comunicaciones de rigor, tres equipos del departamento Operativo de la PDI recorrieron la zona, siguiendo directivas del fiscal Omar De Pedro, que se hizo presente en el lugar del suceso.
Durante sus labores se halló evidencia clara del saqueo: bolsas repletas de soja estaban escondidas dentro de tres viviendas cercanas. Estas improvisadas "cuevas del grano", utilizadas para almacenar el botín, estaban camufladas con bolsas que habitualmente se usan para trasladar arena.
Los vecinos del barrio, testigos ocasionales, observaron desde las esquinas cómo los agentes requisaban las propiedades señaladas. Sin embargo, no hubo detenidos. El procedimiento se limitó a secuestrar el grano robado y a documentar los hechos.
Mientras tanto, personal de Belgrano Cargas, se encargó de recoger las bolsas y despejar la vía férrea, tratando de devolver algo de normalidad al lugar.
Como se sabe, éste no fue un hecho aislado. Los robos al tren sojero han generado pérdidas millonarias en los últimos años. Aunque las autoridades implementaron medidas preventivas meses atrás, los saqueos han continuado, evidenciando la complejidad de una problemática que combina la necesidad económica, la logística criminal y la fragilidad en la seguridad del transporte ferroviario.
Por su parte, el fiscal De Pedro busca desarticular la red oculta detrás del robo al tren sojero, enfocándose no en quienes recogen granos caídos, sino en los grandes acopiadores, los que llegan al lugar en modernas camionetas para cargar bolsas de soja, alimentando un lucrativo negocio de reventa que mueve cifras millonarias.