En los clubes de barrio todo es cuesta arriba. Nada sobra. Y si encima hay que soportar el azote de la delincuencia, la empresa es casi imposible.
Se llevaron pelotas nuevas, un juego de red para los arcos y herramientas. También hubo daño en mobiliarios.
En los clubes de barrio todo es cuesta arriba. Nada sobra. Y si encima hay que soportar el azote de la delincuencia, la empresa es casi imposible.
Lo anterior sirve para describir lo que este fin de semana le pasó al club Nuevo Horizonte (lleva el nombre del barrio donde está ubicado) que otra vez, volvió a ser víctima de robo y daños en sus instalaciones.
"Nos abrieron un portón lateral del salón gimnasio que tenemos construido. Es un portón corredizo de grandes dimensiones, que es muy fuerte. Sin embargo los 'muchachos' se las ingeniaron para vencerlo", dijo hoy José Luis Benítez, presidente de la institución, en diálogo con El Litoral.
"Lo barretearon y lograron hacerlo 'saltar' de su carril. Hay que hacer mucha fuerza para hacer eso. Se ve que hubo varias personas. A nosotros nos costó bastante volver a colocarlo en su lugar", agregó.
"Se llevaron la batería de un auto que nosotros la usamos para hacer arrancar el tractor para cortar el césped. Luego rompieron el candado y entraron a la Secretaría donde robaron 10 pelotas nuevas. Esta tarde teníamos pensado entregárselas a los profesores", comentó resignado.
"También se llevaron una cinta métrica de 50 metros que es muy costosa y un juego de red para los arcos que es viejo. Por suerte no abrieron otro sector donde estaba el juego de red nuevo, que nos costó mucha plata", agregó.
Más adelante el dirigente explicó lo difícil que se hace el diario vivir en la entidad a causa de la delincuencia.
"No podemos dejar nada, todo te lo tenés que llevar a tu casa. Dejás una carretilla y la roban; dejás una hormigonera y lo mismo. Pero así no se puede vivir", se quejó.
"Teníamos pensado comprar unas sillas para el salón, pero con esto que sucedió ya no lo vamos a hacer".
Por último, y de cara al futuro, Benítez sostuvo que "no es la primera vez que nos roban pero cada vez es más difícil llevar adelante todo. La inseguridad es tremenda. Quizás algo podría frenarse si ponemos una persona que vigile el lugar, pero no nos da el presupuesto para eso. Acá todo es a pulmón.
La policía nunca nos dio una respuesta. Ir a hacer la denuncia es una pérdida de tiempo porque jamás encontraron algo de lo que nos robaron. Así que no nos queda otra que buscar las soluciones nosotros. Tendremos que seguir con lo único que sabemos hacer. Vamos a seguir remando", sentenció.