Los vecinos de barrio Ciudadela no tienen paz. Una serie de hechos delictivos se reiteran en distintos sectores donde, pese a las denuncias realizadas, no aparece hasta el momento algún indicio de solución.
Delincuentes roban las conexiones del gas; los caños de cobre de los aire acondicionados y hasta las pesadas tapas de los desagües pluviales y cloacales, las que son hierro macizo.
Los vecinos de barrio Ciudadela no tienen paz. Una serie de hechos delictivos se reiteran en distintos sectores donde, pese a las denuncias realizadas, no aparece hasta el momento algún indicio de solución.
Delincuentes roban las conexiones del gas; los caños de cobre de los aire acondicionados y hasta las pesadas tapas de desagües pluviales y cloacales, las que son hierro macizo.
La mayoría de los casos tuvieron lugar en cercanías del emblemático club de Gimnasia y Esgrima, aunque la zona más crítica es la que forman el pasaje Echeverría y Martín Zapata.
Pero el "combo" maldito no termina ahí. Los residentes en la zona también refieren que ni siquiera pueden dejar sus vehículos particulares estacionados en la calle porque éstos son vandalizados de manera permanente.
Ni los cestos para dejar la bolsa de residuos se salvan. "Esto es un desastre", se quejan a viva voz.
Ante esta situación muchos de los damnificados optaron por "enrejar" los medidores, con el trastorno que ello implica.
"El problema es que cuando vienen los inspectores a medir el consumo, si no pueden hacerlo porque se encuentran con una reja, entonces te cortan el servicio", comentó un damnificado.
"Y la reconexión es toda una complicación extra. Además que tiene un alto costo en dinero, se debe hacer de acuerdo a la nueva normativa vigente, lo que en muchos casos implica tener que hacer refacciones en toda la vivienda", agregó.
Otro vecino implementó un particular recurso tratando de evitar nuevos robos. Aseguró el medidor de gas con un trabadisco con alarma, el que se utiliza en las motocicletas.
Otra grave incidente se produjo al costado de la cancha de Gimnasia y Esgrima, sobre calle Martín Zapata, donde malvivientes robaron la tapa de un desagüe, dejando al descubierto un importante orificio a nivel de la vereda, el que se constituye en una verdadera trampa para peatones y transeúntes.
Para conjurar este peligro los vecinos primero colocaron una chapa sobre el orificio, "pero también se la robaron".
Desesperados improvisaron una tapa con un palet de madera, al que aseguraron colocandole piedras encima. Y como si algo faltara también las víctimas confeccionaron un cartel que pegaron en un árbol con la siguiente leyenda: "¡ Peligro ! Se robaron la tapa. ¡Cuidado! "
Por último los residentes se quejaron por la falta de respuestas por parte de la policía. Vale aclarar que dicha jurisdicción corresponde a la Seccional 9na. "La gente ya ni hace la denuncia, porque no te dan bolilla."
"Todo este drama comenzó hace 1 año. Antes era un barrio tranquilo, pero ahora ya no se puede ni salir a la vereda", sentenciaron.