Los sicarios siguen manchando de sangre las calles de la ciudad más importante del sur santafesino. Poco más de 24 horas después del asesinato del policía César Carmona, en la puerta de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), ubicada en la zona sur de la ciudad gobernada por Pablo Javkin, sigue sumando hipótesis, comentarios, sospechas y sobre todo, dejando a la ciudadanía con una nueva preocupación, reflejada en el comentario de una vecina: “Si ponemos vallas para proteger a la policía, ¿quién nos protege a nosotros?”.
La frase se escuchó tras la decisión del Ministerio de Seguridad provincial de colocar vallas en el frente de la Agencia de Control Policial (ACP), ex Asuntos Internos, dependencia que debe investigar a los policías, ubicada en el centro de Rosario; la sede de la AIC, y también en la fachada de las seccionales 16ª, 32ª, 15ª y 19ª, y la subcomisaría 26ª (que se suman a las que ya tenían vallado colocado desde el año pasado: las comisarías 12ª y 20ª y la sub 24ª).
“No puede ser que tengamos que vallar las comisarías. Eso significa que ya nada es seguro”, opinó la mujer, de nombre Beatriz, mientras pasaba por la zona de Catamarca, entre Entre Ríos y Corrientes. “Tendrían que poner vallas y custodias por cada una de las casas que se balean en la ciudad…. No alcanzan ni los policías ni los autos (en referencia a los patrulleros)”, agregó.
Mientras tanto, la investigación por el homicidio de César Eduardo Carmona, de 50 años, avanza con el análisis del crimen y al menos tres hipótesis sobre las posibles causas de la ejecución, a cara descubierta y a plena luz del día.
Mirá tambiénRosario: asesinaron a un policía en la puerta de la Agencia de Investigación Criminal En base al análisis de distintas cámaras de seguridad, se reconstruyó parte del recorrido de los autos en los cuales se movilizaba la víctima y quienes lo atacaron.
Las imágenes muestran que Carmona salió desde la zona de Italia y Rioja, muy cerca de una financiera donde hacía tareas adicionales, vestido de civil, en su Ford Fiesta Kinetic de color negro, vestido con ropas de civil. Y detrás iba un Citroën C3 color rojo, con al menos dos ocupantes, que luego se supo que tenía pedido de captura y patente de otro vehículo, radicado en la provincia de Tucumán.
Cuando Carmona estacionó sobre calle Lamadrid al 400, entre Salvá y Leyva, y apagó el motor del auto, el C3 rojo llegó, estacionó delante casi a 45 grados y se bajaron los dos ocupantes. Al menos uno de ellos comenzó a disparar contra el cuerpo del policía, quien recibió al menos 8 impactos, dos de ellos en el pecho. Antes de escapar, uno de los atacantes tomó una mochila que el policía llevaba en su auto y luego se dieron a la fuga hacia el este por calle Lamadrid, dejando a Carmona gravemente herido, tirado delante de su auto. Fue llevado hasta el hospital Roque Sáenz Peña, donde falleció a los pocos minutos.
El dato de la sustracción de la mochila y su trabajo como guardia en una financiera hacen pensar a los investigadores que, quizás, los atacantes pensaron que transportaba dinero que había ido a retirar (o cambiar moneda) en dicho lugar, aunque la saña con la cual actuaron, dejando en el lugar 13 vainas servidas y en el cuerpo del policía 8 heridas de bala, son también motivo de duda.
La segunda de las hipótesis está relacionada con un ataque anterior contra la Agencia de Investigación Criminal, ocurrido alrededor de las 19 del viernes 25 de agosto, cuando dos personas pasaron en moto por calle Lamadrid y al llegar a la altura del 400, donde está el portón de ingreso, efectuaron varios disparos de arma de fuego.
Antes de huir, uno de los motociclistas dejó una nota intimidatoria, cuyo texto era el siguiente:
«Nico Camino, Erik Masini y fiscal Ederik (en referencia a Matías Edery) dejen de matar gente inocente o si no vamos a matar policías, juez y fiscales», casi en el ingreso al predio que alguna vez fue la sede del batallón de comunicaciones 121.
Mirá tambiénBlindan un edificio de la policía en Rosario tras el asesinato del oficial de inteligenciaAdemás, en el lugar se hallaron entre 8 y 10 vainas servidas calibre 9 milímetros, que fueron enviadas a peritar. Pablo ‘Nico’ Camino y Héctor ‘Erik’ Massini están presos en un penal federal.
Ese ataque se produjo algunas horas después que el líder de la banda ‘Los Monos’, Ariel Máximo ‘Guille Cantero, sumara una nueva condena a su larga lista de penas: fue sentenciado a 17 años de cárcel por instigar en enero de 2020 un ataque al casino City Center, en el cual resultó asesinado Enrique José Encino, gerente del banco Nación, sucursal Las Parejas, que había llegado de visita a la ciudad junto a su esposa. Al momento del ataque, había salido a fumar un cigarrillo en una de las terrazas del complejo de apuestas ubicado en la zona sudoeste de Rosario.
Y la tercera apunta a un ataque directo contra el policía, que trabajaba en la Dirección de Inteligencia de la AIC desde principios de este año, en base a los dichos del fiscal en turno de la Unidad de Homicidios Dolosos, Alejandro Ferlazzo, quien horas después del crimen sostuvo que “el ataque fue dirigido a esta persona, estamos viendo cuál fue el móvil, por qué le fueron a disparar”. Y agregó: El policía “alcanzó a bajarse del vehículo, pero siguieron disparando, así que todo nos hace pensar que directamente buscaban dispararle”.
Un dato que derivó en el vallado frente a la Agencia de Control Policial fue que personal de esa dependencia arrestó esta semana en el marco de una serie de allanamientos a Mariana Ortigala, quien fuera testigo en una de las causas contra Esteban Lindor Alvarado, y su pareja, por una serie de extorsiones vinculadas a Los Monos.
Angustia y preocupación
El jefe de la Policía rosarina, Daniel Acosta señaló durante el velatorio del policía asesinado que lo conocía, “era un muchacho bueno, trabajador y honesto. Esto nos trae angustia y un dolor muy grande. No somos ajenos a todo esto”.
Y agregó: “No puedo expresar más que el dolor, la situación de angustia para el personal policial. Cabe destacar que la fuerza no tiene miedo, tiene angustia, preocupación y la responsabilidad y obligación que les toca de ponerse el uniforme todos los días”.
“El policía es también víctima de la situación, está en peligro constantemente y por eso empujamos al personal a que no afloje y siga adelante. Lo importante es siga de pie y trabajando”, remarcó.
Por su parte, la fiscal regional de Rosario, María Eugenia Iribarren, declaró: “Más allá de que cada muerte es importante, ésta tiene características particulares por la víctima, el lugar y el contexto. Es algo que afecta no solo a la Policía y la Justicia, sino también a toda la sociedad. Nosotros no descartamos hipótesis y trabajamos sobre todas las líneas investigativas buscando dar una respuesta inmediata”.
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