Rosario atraviesa una temporada en la cual la violencia está en el centro de la escena. Las imágenes de balaceras contra viviendas, comisarías y otras instituciones; los mensajes amenazantes en escuelas; los incendios intencionales de vehículos estacionados en inmediaciones de seccionales, se suman a los heridos y muertos que aumentan las estadísticas. Pareciera que nadie aún tiene las herramientas (y la convicción) para hacer algo.
En los primeros seis meses de 2023 se llevan registrados 145 homicidios. La cifra es levemente superior que a esta misma altura del año pasado (140), y si bien puede leerse como un consuelo, ya que en algún momento parecía que los crímenes no paraban y las estadísticas se iban disparando, el número es preocupante.
Pero ese consuelo no lo tienen ni lo tendrán los familiares y amigos de las víctimas, quienes se quedaron sin un ser querido. Entre esas víctimas hay 13 personas mayores de 60 años, casi un 10% del total, asesinadas en presuntos intentos de asalto o robo; por error; por problemas interfamiliares o por estar en el lugar equivocado en el momento menos preciso. Sea el motivo que fuere, la cantidad de homicidios sigue en aumento.
Las personas mayores que, en muchos casos, se manejan en forma independiente y viven solas, lamentablemente se convierten en blancos de delincuentes. Crédito: Archivo
Enero
Adulto mayor se considera a la persona que tiene 60 o más años. El primero de los crímenes que tuvo como protagonista a un adulto mayor ocurrió en la noche del jueves 12 de enero en la puerta de una vivienda ubicada en barrio Empalme Graneros. Fue cerca de las 20, en inmediaciones de Fray Mamerto Esquiú al 5900, entre Solís y Magallanes, una zona del barrio que en los últimos tiempos aparece en las crónicas policiales, cuando una pareja de jubilados, conformada por Juan José Gómez, y Graciela J., estaba en la puerta de su casa, en la que funciona un kiosco.
Nunca estuvo del todo claro cómo se sucedieron los hechos. Se presume que los atacantes fueron dos personas que pasaron en moto y comenzaron a disparar. Ambos recibieron varios disparos, por lo que fueron llevados hasta el hospital de emergencias, donde el hombre falleció pasadas las 22.
El siguiente homicidio con una víctima de 60 o más años fue el lunes 30 del primer mes del año. Ese día falleció en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, Irene Beatriz Fernández, de 60 años, quien había ingresado casi 96 horas antes con múltiples golpes y hematomas, tras un presunto choque.
Pero el estudio forense arrojó como resultado que el cuerpo de la mujer presentaba "múltiples heridas traumáticas en zona de cráneo, no correspondientes con la posible mecánica de siniestro vial", por lo que se puso en conocimiento del caso a la fiscalía en turno de la Unidad de Homicidios Dolosos, desde donde se ordenaron diversas tareas investigativas en la zona del hecho y un análisis de cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas existentes en la zona del hecho y los alrededores, para ver si hay algunas imágenes que puedan ayudar a la investigación.
Febrero
En el atardecer del lunes 6 de febrero, un hombre de 72 años fue herido por personas que pasaron en una moto y efectuaron varios disparos en la zona de Riobamba y Servando Bayo, de barrio Bella Vista Oeste. La víctima fue identificada como Ramón Alegre, quien fue llevado en un auto hasta el hospital de emergencias, donde falleció cerca de las 3.30 del martes 7, por complicaciones en su cuadro clínico (había recibido un disparo en la espalda).
Tres días más tarde murió un hombre de 64 años, tras agonizar 20 días. La víctima fue Oscar Armando González, quien había sido baleado el 22 de enero en inmediaciones de España y Lamadrid, de barrio Tiro Suizo, en la zona sur.
Esa noche, Oscar había sido hallado tirado en la calle, con varias heridas de bala, por lo que fue llevado por vecinos hasta el hospital Roque Sáenz Peña. Horas después fue trasladado en ambulancia hasta el hospital de emergencias, debido a la gravedad de sus lesiones. Ingresó en la unidad de terapia intensiva, y con el paso de los días, su salud se fue deteriorando, hasta que finalmente falleció.
Otros tres días después se sumó otra víctima: Carmelina Núñez, de 65 años, que estaba sentada en la vereda junto a otras personas en inmediaciones de Julio Marc y Flammarión, al este de barrio Alvear, cuando pasaron al menos dos personas en un auto y comenzaron a disparar. Carmelina recibió varios impactos en el cuerpo, entre ellos uno en el cráneo, y murió a los pocos minutos, mientras esperaba la llegada de una ambulancia.
También ha ocurrido que las personas mayores sean "estudiadas" en sus movimientos para luego ser víctimas de estafas o asaltos. Crédito: Archivo
Y el restante de ese mes fue un hombre de 60 años, que fue hallado con múltiples heridas de arma blanca, a metros del Parque Oeste, casi en el corazón de barrio Villa Urquiza y a menos de 500 metros de una de las sedes de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE).
La víctima fue hallada en inmediaciones de Riobamba y Magallanes, a escasos metros de varias canchas de fútbol de distintos clubes infantiles y de una de las calles de tierra que da ingreso al Parque. Varios días después fue identificado como Daniel Julio Quintilli.
Marzo
En la noche del viernes 31 de marzo, una mujer de 69 años fue asesinada en la puerta de su vivienda, ubicada en pasaje Campichuelo al 3000, de barrio Ludueña. Instantes antes de las 20, una seguidilla de disparos alteró a los vecinos y vecinas de esa cuadra, ubicada entre Camilo Aldao y Larrea.
Sobre el hecho hubo varias versiones. Una de ellas indicó que dos personas pasaron en moto y atacaron a tiros a Juana Vega, quien se presume que estaba en la puerta de su vivienda. Otra versión señaló que el ataque se produjo cuando la víctima salía de su casa. Mientras que una tercera mencionó que los atacantes fueron hasta la vivienda de Juana, tocaron a la puerta y cuando ella salió, la asesinaron. En el lugar, los investigadores secuestraron cinco vainas servidas, que fueron enviadas a peritar.
Abril
Las víctimas fatales mayores de 60 años de abril fueron tres. La primera de ellas fue Walter Daniel Portillo, un hombre de 65 años, quien murió el domingo 9 de abril, tras ser baleado en el pecho desde un auto, mientras iba caminando por Chacabuco al 3400, a muy pocos metros de bulevar Seguí.
Según fuentes judiciales y policiales, por ese lugar pasó un automóvil VW Bora color gris, con varias personas en su interior, que comenzaron a disparar. Nunca se supo si las balas tuvieron como destino generar temor, impactar en alguna vivienda de la cuadra, o herir a personas. Lo cierto es que dos hombres que iban caminando fueron alcanzados por los plomos.
Ambos fueron cargados en un auto y llevados hasta el hospital Provincial, ubicado en el centro de Rosario. Los heridos, identificados como Walter Daniel Portillo, de 65 años, de nacionalidad uruguaya, y Miguel Ángel M., de 50, fueron ingresados al área de terapia intensiva. El primero falleció a los pocos minutos, como consecuencia de varias heridas de arma de fuego en la zona del tórax.
Dos días después se conoció el crimen de Ángel Peralta, un hombre de 73 años que fue encontrado muerto a golpes en el interior de su vivienda, ubicada en Humberto Primo al 2000, de barrio Ludueña.
Poco después de la 1 AM del miércoles 12, se recibió al menos un llamado en el sistema de emergencias 911 denunciando el hallazgo de una persona sin vida en el interior de su vivienda. Ante esto acudieron al lugar varios policías y también personal médico, que constató el deceso de la víctima.
Por orden del fiscal Alejandro Ferlazzo, se dispuso el traslado del cuerpo al IML para realización de autopsia. En relación al hecho, se procedió a la detención de una mujer de 42 años, identificada con las iniciales L.R., pareja de Peralta. Además, personal del gabinete criminalístico realizó un relevamiento de la escena del hecho y secuestró prendas de vestir, vidrios y restos de una botella, que fue enviado todo a peritar.
El tercer crimen fue el de Celestino Benítez, un anciano de 82 años que fue asesinado alrededor de las 20.30 del martes 25 en inmediaciones de Patricias Argentinas al 4200, en un sector conocido como cordón Ayacucho, de barrio Tablada.
Según indicaron en su momento voceros judiciales y policiales, dos personas que tenían sus rostros cubiertos, pasaron en una moto y atacaron a tiros -desde la calle- el frente de al menos dos viviendas, y que la víctima estaba en una de ella con varios familiares (que resultaron ilesos). Se presume que el ataque estaba dirigido a la casa ubicada junto a la de Benítez y que el hombre nada tenía que ver con la balacera.
En el marco de la investigación, fue secuestrada en una casa ubicada a metros de la vivienda de la víctima una escopeta calibre 12/70 con la numeración limada y cartuchos calibre 12, que fue enviada a peritar. También se hallaron al menos 8 vainas servidas calibre 9 milímetros y dos plomos deformados.
Mayo
En el quinto mes del año, la víctima fatal de esta saga prácticamente interminable fue una mujer de 65 años, identificada como Guillermina Elena Rodríguez, quien fue asesinada a tiros en una vivienda ubicada en Dean Funes al 3100, a metros de avenida Francia, que divide los barrios Carlos Casado y San Francisquito.
Aproximadamente a las 20.30 del domingo 21 de mayo, una persona por el momento no identificada llegó hasta un quiosco ubicado casi a mitad de cuadra, entre avenida Francia y calle Vera Mujica y al parecer tocó a la puerta y cuando le abrieron, comenzó a disparar. Quien había abierto la puerta era la dueña de casa y propietaria del kiosco, Guillermina quien recibió varios impactos desde muy corta distancia y cayó al piso gravemente herida.
Los disparos retumbaron en el barrio y en pocos minutos, varias personas salieron de sus viviendas a ver qué había pasado. El homicida, que en principio llegó solo, ya se había dado a la fuga. En tanto, vecinos llamaron a la Policía y al Sies. Un rato más tarde llegó personal médico, que constató el deceso de la mujer, producto de múltiples heridas de arma de fuego.
Junio
Finalmente, en el sexto mes del año se registraron dos asesinatos con víctimas mayores de 70 años. La primera fue Filomena Cinalli, una mujer de 88 años que fue muerta a golpes en su casa ubicada en La Paz al 3700, a menos de 200 metros de avenida Presidente Perón, en barrio Bella Vista, en el oeste rosarino. La mujer estaba internada en gravísimo estado en el hospital de emergencias desde las primeras horas de la noche del sábado 17, durante un presunto intento de robo en su casa.
La hipótesis más fuerte que manejan los investigadores del caso es que Filomena fue sorprendida mientras dormía la siesta, por al menos una persona que ingresó tras forzar una reja, aprovechando que la anciana estaba descansando.
La víctima fue encontrada por familiares, quienes la trasladaron hasta el hospital Clemente Álvarez, donde le diagnosticaron traumatismo de cráneo y politraumatismos en diversas partes del cuerpo, provocados por un objeto contundente.
Y la última fue Hugo Cristian Ferrari, un anciano de 78 años, que fue hallado sin vida poco después del mediodía del jueves 29 en el living de su departamento, ubicado en el primer piso de un edificio en calle Zeballos al 1100, casi esquina Sarmiento, en pleno centro de la ciudad.
El hombre fue encontrado por familiares, que llamaron al 911. Cuando llegó la policía y personal médico, constató que el hombre había fallecido como consecuencia de heridas cortantes en la zona del cuello, qué en principio fueron causadas por un objeto cortante, que podría ser una birome.
Por este último homicidio, en la noche del viernes 30, voceros del Ministerio Público de la Acusación anunciaron la detención de un hombre de 30 años, sindicado como autor del crimen. El arresto se produjo en inmediaciones de calle Iriondo, entre Ameghino y Garibaldi. El hombre, identificado con las iniciales A. D. S., quedó a disposición de la fiscal Marisol Fabbro.
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