Rosario: acusan a una pareja de extorsionar a comerciantes de zona sudoeste
Las víctimas habían recibido mensajes intimidatorios por whatsapp, a cambio de protección. Luego de una entrega controlada de dinero, se descubrió que de la maniobra participó un preso en la cárcel de Coronda.
Rosario: acusan a una pareja de extorsionar a comerciantes de zona sudoeste
Una serie de mensajes extorsivos a comerciantes de la zona sudoeste de Rosario derivó en una entrega controlada de dinero, al arresto de un hombre, que luego se descubrió que en realidad era una víctima y la imputación y detención de una mujer y su pareja, un joven que está preso en la cárcel de Coronda.
Como si fuera una mala serie de televisión basada en temas policiales, el (mal) uso de redes sociales y algo de humor negro y romanticismo, este viernes 20 de enero, en el Centro de Justicia Penal de Rosario, tras un largo relato que incluyó descripciones dignas de un malogrado guión, fueron imputados Carla Belén P. y su pareja, Brian Ezequiel F, por los delitos de extorsión y también por amenazas coactivas.
La investigación, encabezada por el fiscal Pablo Socca comenzó a principios de esta semana, cuando al menos media docena de propietarios de comercios ubicados sobre bulevar Oroño, en una franja de casi 14 calles que va desde bulevar Seguí a avenida Uriburu, denunciaron haber recibido amenazas y pedidos de dinero a cambio de protección.
La pesquisa incluyó la revisión de teléfonos celulares de las víctimas y también de imágenes de cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas en todo el sector, que de a poco fueron revelando una misma cara y un modo casi mecánico de maniobra.
En los teléfonos el mensaje era coincidente en cuanto a la exigencia, dinero a cambio de protección, lo que se modificaba era el monto, había pedidos de entre 100 a 250 mil pesos, en algunos casos en cuotas semanales y las firmas eran ‘La mafia’, ‘la monada’ o ‘los Cantero’, se presume que en referencia a la banda Los Monos, cuyos líderes están tras las rejas.
Con las manos en la bolsa
Ante esto, policías de la brigada de extorsiones de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) realizaron una puesta en escena y entrega controlada de dinero, con uno de sus integrantes simulando ser una de las víctimas de la maniobra extorsiva.
A las 14:45 del martes 17, en un comercio de bulevar Oroño y doctor Riva, siguiendo instrucciones que llegaron a través de mensajes por whatsapp, se dejó una bolsa de color negro con fajos de hojas cortadas como si fueran dinero en efectivo. A los pocos minutos llegó al lugar una persona de sexo masculino, que tomó la bolsa y se fue, siendo detenido a los pocos metros.
El hombre tenía en su poder una mochila en cuyo interior había 50 mil pesos en efectivo y un teléfono celular. En todo momento dijo que él también era víctima de amenazas, que habían comenzado una semana antes y que, además de entregar dinero y una bicicleta, le pidieron que fuera a buscar esa bolsa. También confesó que el dinero que llevaba en la mochila era para terminar de pagar la extorsión.
El fiscal Socca, tras chequear el relato y avanzar en la investigación del caso, dispuso la liberación del hombre, tras comprobarse la veracidad de sus dichos.
La investigación continuó y en base al relato de la víctima que fue apresada con la mochila y los $50 mil, se supo que el viernes 13 de enero, a través de la red social Facebook, una mujer se contactó con él, con intenciones de seducirlo. Tras un breve intercambio de mensajes, la charla continuó a través de whatsapp. Con distintos artilugios, la mujer (Carla Belén P.) logró obtener el domicilio exacto del hombre y desde ese momento todo cambió.
A partir de ese dato, comenzó a recibir mensajes telefónicos desde un número privado donde una voz masculina le dijo que iban a balear su casa, que sabían donde quedaba y como prueba, envió una foto del frente del domicilio. Para evitar eso, debía pagar 100 mil pesos en efectivo.
La víctima de esta maniobra dijo en sede judicial que tras una larga negociación, el extorsionador le ofrece la posibilidad de pagar en efectivo en algún lugar a determinar y también por transferencia bancaria, para lo cual aporta los datos de una cuenta.
Finalmente, la víctima cede a la extorsión y realiza entregas parciales. La primera fue en la esquina de avenida Francia y bulevar Seguí, en el atardecer del viernes 13, donde le entregó a Carla la suma de $20 mil. Menos de 12 horas después recibe una nueva amenaza y pedido de dinero. Esta vez el lugar elegido fue una estación de servicios ubicada sobre avenida Ovidio Lagos, entre Presidente Quintana y Biedma, donde se vuelve a encontrar con Carla y esta vez le entrega 30 mil pesos.
La mujer le recordó que todavía faltaba la mitad del dinero, por lo que le pidió a la víctima algún objeto como “garantía” hasta obtener los 50 mil pesos restantes, por lo que el hombre ofreció entregar su bicicleta. Dicha entrega se hizo en la noche del domingo 15, en inmediaciones de bulevar Avellaneda y Centeno.
Finalmente, el martes 17 se pactó la entrega del resto del dinero, pero antes de revelarle el lugar donde dejar la plata, le pidieron que pasara por un comercio ubicado en bulevar Oroño y doctor Riva, una bolsa con dinero (la entrega controlada).
Con estos datos y otras pruebas que no fueron reveladas porque se presume que hay más involucrados en la maniobra extorsiva, se ordenó la detención de Carla Belén B., quien fue arrestada en el marco de un allanamiento en su vivienda, ubicada en la zona sudoeste. Ella y su pareja, Brian Ezequiel F., quien está alojado en la Unidad Penal N° 1 de Coronda, fueron acusados de haber planificado una seguidilla de extorsiones a comerciantes de la zona sudoeste de Rosario, con el objetivo de exigir un pago de dinero en efectivo en concepto de “protección” y bajo amenazas de ser atacados a tiros.
Este viernes, ambos fueron imputados por los delitos de extorsión en grado de tentativa y extorsión en grado consumado. Además, Brian sumó imputación por amenazas coactivas. El juez de primera instancia, Nicolás Foppiani, tuvo por formalizada la audiencia imputativa y dictó la prisión preventiva por el plazo de ley (dos años) para la pareja.