Rosario narco: "Lo que viene es una profundización y amplificación de fenómenos graves", advierte un criminólogo
Después de la aparición de la bandera intimidatoria en las instalaciones de Canal 5, donde se encontró una amenaza dirigida "a todos los medios de Rosario", el investigador y profesor Enrique Font -especialista en criminología- analizó el preocupante fenómeno.
Rosario narco: "Lo que viene es una profundización y amplificación de fenómenos graves", advierte un criminólogo
Tras el cartel intimidatorio que apareció en las instalaciones de Canal 5 de Rosario, donde se encontró una amenaza dirigida "a todos los medios" de la ciudad, el investigador y profesor titular de la cátedra de Criminología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Enrique Font, analizó el preocupante fenómeno narcocriminal que atraviesa el departamento y las posibles hipótesis que deja la amenaza al periodismo.
La bandera que apareció colgada el martes en el predio de Canal 5 advertía que se iban a "matar periodistas", porque "con la mafia no se jode". Esto generó que el fiscal Federico Rébola comience una investigación de oficio y ordene medidas investigativas, como el relevamiento de cámaras en la zona. También hubo un aluvión de distintos apoyos a los medios locales por parte de diferentes entidades periodísticas.
En diálogo con este medio, Font señaló que las amenazas en Canal 5 "hay que esperar a tener más información para conocer de dónde provienen". "Me refiero a si es a una banda organizada, a pibes que les cayó mal una nota, una operación política -porque ya hay pruebas de esto-, es decir, cualquier hipótesis hoy es probable, pero no sabemos con exactitud quién o quiénes están detrás de esto"
"Personalmente creo que en Santa Fe hay un muy buen periodismo, tanto en medios grandes como chicos, donde se realizan muy buenos análisis. Pero también hay que decir que hay problema con algunos medios, porque hay que ver cómo juegan la línea de algunos en esta reconfiguración del delito. Hay mucho para preguntarse ahí".
"Es que los dueños de los medios no se conocen. Los que ponen la cara y el cuerpo son los y las periodistas, que conocen la calle, circulan en los barrios. Quiero decir que, si detrás de esto hay algo en serio, con una banda con capacidad de daño, entonces es algo muy preocupante. Quizás quede en esto y nada más", indicó.
Font advierte que "hay que esperar ahora un cambio de 180 grados de la gestión en seguridad". "Lo que viene es una profundización y amplificación de fenómenos graves. La mayoría de las ciudades comparables a Rosario están con una tasa de homicidio entre 3 y 5 asesinatos cada 100 mil habitantes, no sólo Córdoba, Buenos Aires, también La Matanza, Lomas de Zamora. Son tasas que tuvo la ciudad hace 20 años".
"Año que pasa sin hacer lo que hay que hacer, las opciones posibles de intervención se reducen. Hace una década se podía pensar en políticas de prevención de violencia, mientras que hoy no serían posibles de aplicar", se lamentó.
Balaceras, el inicio
Hablando estrictamente de Rosario "lo que podemos ver es que una vez que la violencia crece en el 2013, que luego comienzan las balaceras a blancos judiciales, el fenómeno nunca descendió". "Quizás se hizo más conocido, porque el uso de balaceras para ocupar viviendas en barrios populares, amedrentar vecinos tiene una larga historia, pero se extiende desde el 2010 en adelante".
La saga de balaceras a edificios del Poder Judicial, viviendas de funcionarios judiciales, pero sobre todo el ataque con armas a la casa del ex gobernador, Antonio Bonfatti, mostró que "el pico de la violencia armada vinculada a bandas narcocriminales muy desorganizadas estuvo allí", sentenció.
"Después se popularizó el uso de un franchaising (franquicias) de distintas bandas que generaron las propias políticas de seguridad del propio Bonfatti con la división Judiciales", añadió, y siguió: "No creo que esto venga in crescendo, sino que hay una instalación del fenómeno, que se fue complejizando, extendiendo, agravando en algún sentido, pero con un umbral que no bajó nunca más".
Rosario en la ruta de la droga
Para el criminólogo hay, por lo menos, "varias economías de drogas ilegales" que tienen algún tipo de vínculo cuanto menos territorial con Rosario. "Primero, el tráfico trasnacional de cocaína, principalmente. Esto desde Rosario hacia el norte y el sur -Zárate, Campana, etc.-, zonas de terminales portuarias, junto con la Hidrovía, provocó que este fenómeno utilice estos puertos para moverse a los puertos de Brasil y de ahí a Paraguay, Uruguay y Argentina. Es un cambio en la criminalidad transnacional".
Rosario es lo que es "por el hecho de tener los puertos en sus zonas de influencias, es parte de una ruta que internacionalmente se ha modificado. Hoy los rumbos apuntan al norte de Europa", explicó Font.
El docente entiende que "no hay actores locales involucrados, por el momento, salvo alguna que otra excepción". "Esta economía criminal de escala también tiene su diversidad. Están los tráficos muy sofisticados que involucran empresas y mueven de 20 toneladas para arribas que, en general, solo se descubren a través de cooperación de inteligencia internacional", detalló.
A su vez, Font expone que también está el mercado de "menor escala", que se basa en "violar la intimidad de un contenedor y meter 800 kilos droga, por ejemplo, y hay un contacto tanto en el puerto de salida como en el de destino que se encarga de acceder a ese contenedor, como fue un caso reciente en Rosario".
"O hasta algo más pequeño que puede ser un aparente barco a vela que viaja como turistas hacia Europa, pero que está cargado de droga. Es un mercado de larga data".
A su vez, también está "el negocio de la provisión de cocaína", pero que "no tiene gran impacto en la ciudad", porque así lo demuestran las causas, que abastece "el gran mercado de consumo que tienen tanto la provincia de Buenos Aires como Capital Federal".
Para el titular de la cátedra de Criminología, "Rosario tiene la particularidad de ser la punta de un embudo en la que coinciden las rutas 11, 34, 9 y la Hidrovía". "Esto lo marco porque los contrabandos en general circulan sobre las rutas del tráfico de economías legales, es un clásico".
Y, por último, Font indica que "está el mercado del narcomenudeo local". "Esto tiene de diferencial que está manejado por organizaciones muy violentas. El sello distintivo no es el mercado de la droga, sino la violencia de quienes lo gerencian".
Tormenta perfecta
Enrique Font describe que la droga "no solo la consumen jóvenes de sectores populares". Señala que "es un negocio porque se puso de moda hace muchos años que lo consume la clase media y la clase alta".
Otro detalle al que apunta es que "es un mercado que depende de la existencia de las cuevas financieras. La cocaína, los usuarios la compran en pesos, esos pesos -quienes manejan el negocio- lo convierten a dólares porque se compra en dólares y este cambio de divisas se hace en las mismas cuevas donde hacen sus cambios ilegales de divisas el círculo rojo de la provincia. Hay mucha reticencia judicial a trabajar esta cuestión".
A esta situación, en parte, se llega porque "tenemos un poder judicial que, en el sistema viejo, fue catastrófico" en su capacidad de esclarecimiento de homicidios. "Nuestras propias investigaciones de la cátedra de Criminología de la UNR sobre el sistema viejo, focalizado en homicidios ocurridos en dos barrios del sur de la ciudad (Tablada y Las Flores) con altísimas tasas, nos demostraron que llegaban a una condena solo el 22% de los asesinatos cometidos. Es una cifra bajísima para lo que es un estándar nacional e internacional", alertó Font.
"Estamos atravesados por una violencia híper masculina. Esto lo podemos ver cuando las terceras generaciones de estas organizaciones se muestran en redes sociales con armas de toda clase, una lógica poco instrumental si el negocio es vender droga, es una lógica de violencia", describió.
Al fenómeno se suma "una Justicia Federal que investigó de manera escandalosa, entre la burocracia y la connivencia; una policía que perdió la capacidad de regulación en el modo tradicional, siendo una de las más violentas del país, muy ineficiente y que, además, sufre en los últimos diez años una suerte de cuentapropismo policial, que se terminan vinculando a las bandas. Todo esto es algo que venimos denunciando desde hace mucho".
En conclusión, Enrique Font afirma que "la Provincia podría lidiar con esto, porque cuenta con el apoyo de Fuerzas Federales, podría aprovecharla: hay que hacer un cambio muy profundo en la Justicia Federal de Rosario e investigar lo que se hizo en el último tiempo".