Un overol y un uniforme de gala de capitán de navío fueron las imágenes más fuertes que vieron los familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, que desde el 15 de noviembre de 2017 permanece sepultado en el fondo del Atlántico Sur.
Este martes se proyectaron por videoconferencia, las imágenes obtenidas del ARA San Juan, por parte de los equipos de rescate de la empresa Ocean Infinity (OI). El Tribunal Oral Federal de Santa Fe fue una de las 17 sedes, donde asistieron seis familiares de víctimas.
Un overol y un uniforme de gala de capitán de navío fueron las imágenes más fuertes que vieron los familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, que desde el 15 de noviembre de 2017 permanece sepultado en el fondo del Atlántico Sur.
Por teleconferencia y en 17 tribunales federales del país, la jueza de Caleta Olivia, Marta Yañez, que investiga las causas del hundimiento, dio a conocer las miles de imágenes fotográficas y de video tomadas por parte de los equipos de rescate de la empresa Ocean Infinity (OI), que localizaron la nave un año y dos días después de su desaparición.
Si bien el centro neurálgico estuvo en el edificio de la Cámara Federal de la ciudad de Mar del Plata, donde asistieron unos 50 familiares de los 140 acreditados por la jueza Yañez para ingresar a las salas; la ciudad de Santa Fe fue otro de los puntos donde se proyectaron las imágenes, en la sede del Tribunal Oral Federal de calle San Jerónimo y Primera Junta. Hasta allí llegaron cuatro familiares del sonorista santafesino Germán Oscar Suárez, de 29 años; y dos por parte del submarinista salteño, Cristian David Ibáñez.
En el caso de Suárez, estuvieron presentes su madre Ana y su papá Jorge Lucio Suárez; además de sus hermanos Juan Pablo Suárez y Eleonora Colomá. En tanto por Ibáñez, asistieron su mamá Esther Alfaro y su hermano Carlos Federico Ibáñez, quienes se encuentran radicados en la ciudad de Rosario desde hace ya varios años.
La proyección comenzó a las 13 del martes y estuvo a cargo de la jueza Yañez, quien ordenó el retiro de cualquier equipo de captación de imágenes, ya sean cámaras y teléfonos celulares, al tiempo que no permitió el ingreso de público ni de personal ajeno a la causa judicial y las tareas específicas de la transmisión de la videoconferencia en los distintos puntos del país.
Según el relato de los protagonistas, la proyección se prolongó hasta pasadas las siete de la tarde y en la mayoría de los casos, el material obtenido por el buque Seabed Constructor, no conformó a los presentes.
“Era más o menos lo que nosotros sabíamos”, dijo Jorge Suárez, quien recalcó el celo de la jueza para que “no se filtrara nada”. “Es mentira que el ARA San Juan salió a navegar correctamente como dijo la jueza, porque llevaba 45 meses sin ser reparado y consideramos que por eso tiene planchada la causa”, acusó.
El papá de Germán Suárez, el único submarinista santafesino que estaba dentro de la nave, contó que es querellante en la causa y que como “somos los herederos forzoso, estamos haciendo los trámites para hacerle juicio a la Armada”.
Sobre la versión oficial, el padre contrapone que para él “el submarino implosionó a los 400 metros (de profundidad)” y no como “dice la Armada, que fue a los 900 metros. Estaba abollado de atrás como si uno choca un auto. En la parte de atrás se aprecia que se levantó una parte donde estaban las máquinas y entró el agua por ahí; y la parte del casco resistente donde están los sonoristas y demás está intacta. Por eso sostengo que no hubo ningún ataque y quien lo dice desconoce totalmente el daño que puede hacer un torpedo”, agregó el hombre.
“Desconfiamos porque el relato lo hace alguien que pertenece a la Armada y a nosotros nos mataron los hijos”, por eso “pedimos para que vengan peritos de afuera, que ya fueron ofrecidos en la causa. Nosotros queremos la verdad, porque nos fuimos de allá (del Tribunal) sin saber lo que pasó”, cuestionó.
Para el padre del joven marino “ellos sabían que iban a la muerte” y por eso “muchos querían pedir el traslado” y a partir de ahora “muchas esposas van a empezar a hablar, porque ese submarino tenía que dejar de funcionar”, cerró.
Pedido de mamá
Esther Alfaro de Ibáñez, la mamá del submarinista salteño Cristian David Ibáñez, viajó desde Rosario para ver las imágenes del submarino junto con su otro hijo varón Carlos Federico. De vuelta en su casa, la mujer repasa las más d e siete horas de proyección y concluye: “La jueza jugó con nosotros”. “Quizás hay otras cosas feas que no quisieron mostrar” pero “las fotos no eran buenas”.
“Nosotros queríamos que nos entreguen los chicos, ya que hicieron semejante cosa de abandonarlos, queremos que los entreguen, es el pedido que hago como mamá”, imploró la mujer.
Cerrar el duelo
Eleonora Colomá es la hermana mayor del cabo principal Germán O. Suárez y una de las que asistió al juzgado para ver las imágenes con la esperanza de encontrar algo más de lo que ya conocía hasta el momento. “En mi caso fui para ver si se veía algo más claro, pero no...”, se lamentó. Aunque “yo a mi duelo ya lo hice, quería terminar de cerrarlo, pero no me cerró en nada lo que me mostraron”.
—¿Con qué pensabas que te ibas a encontrar?
—Esperaba ver fotos más nítidas, con la tecnología que tenían no eran nítidas y aunque estuve sólo tres horas me fui con la misma impresión que todos los que he consultado, que me han dicho lo mismo que pienso yo.