Hernán Gustavo Candotti (42) era un hombre bueno. Su serenidad y su bajo perfil para nada condicen con la bestialidad que marcó su muerte.
Recibió más de 30 puñaladas. Le robaron su celular y sus ropas. No hay detenidos
Hernán Gustavo Candotti (42) era un hombre bueno. Su serenidad y su bajo perfil para nada condicen con la bestialidad que marcó su muerte.
Muy pocos conocían su nombre y su apellido completo. Para la mayoría era simplemente “Tamba”.
De el se supo que había llegado a nuestra ciudad hacía unos 3 años. Antes vivió en la provincia de Córdoba, lugar donde recaló siguiendo los impulsos del amor de una señora. Claro que cada vez que la pasión se transformaba en alguna pelea el volvía a Santa Fe
Tiempo atrás supo ganarse la vida como peón de albañil. Pero hace aproximadamente 1 año ese trabajo se terminó.
A partir de entonces decidió “salirse” del sistema y su casa pasó a ser un ranchito que levantó en un terreno baldío ubicado en Aguado y Suipacha, esto es, detrás del Jardín Municipal de Villa Oculta.
Desde ese olvidado rincón “Tamba” veía pasar la vida sin molestar a nadie. Solo abandonaba “su” lugar algunos momentos para acudir hasta la casa de la mujer que más lo amó en el mundo, su madre, quien siempre lo recibía con un plato de comida caliente.
“Después de comer el se volvía a su ranchito a paso lento y sin molestar a nadie. Así era su vida”, dijo hoy Rocío, su sobrina, en diálogo con El Litoral.
“¡Gustavo se está muriendo!”
Este fue el mensaje que Rocío escuchó anoche de boca de su hermano, quien llegó corriendo a su casa. “Me dijo que estaba muy mal herido. Entonces fuimos a avisarle a mi abuela (la madre de la víctima)”.
“Junto a unos vecinos fuimos hasta el descampado y lo encontramos. Me acerqué para verlo. Su cuerpo estaba apuñalado por todos lados y además tenía un golpe en la cabeza, creo que le pegaron con un ladrillo”.
“Así y todo el estaba conciente. Llamamos la ambulancia pero ésta se demoró ‘una banda’. Si hubiese venido con premura quizás le salvaban la vida. Es una vergüenza lo que demoraron”, se quejó.
32 puñaladas y un golpe
Tras agonizar cerca de dos horas, Gustavo o “Tamba” murió, en el mismo lugar donde fue atacado.
No se sabe si el asesino actuó solo o contó con la ayuda de otras personas. Lo único que quedó claro es el ensañamiento diabólico que se desató para consumar el crimen.
El informe del médico policial precisó que el cuerpo de la víctima presentaba unas 32 heridas de arma blanca. También un fuerte traumatismo en la cabeza.
En calzoncillo
Rocío no tiene dudas y afirma que el móvil de tan cruento hecho fue el robo.
“A mi tío le sacaron su celular y un bolso con ropas. Le dejaron sus zapatillas. Cuando lo encontramos estaba semidesnudo. Solo tenía el calzoncillo y una remera”, indicó.
“Creo que actuaron dos personas, pero a eso no lo puedo probar por el momento. Y digo por el momento porque ya vamos a saber quién o quiénes mataron a mi tío. Esto no puede quedar así”, prometió.
Ayuda
Familiares de Hernán Gustavo Candotti solicitan ayuda para poder darle su último adiós. En concreto se necesita un féretro y un lugar donde se puede realizar el velatorio. Los que puedan aportar al respecto pueden comunicarse al número 342 430-1534 o acudir a la Manzana 2, casa B 3, en Villa Oculta