En la tranquila localidad de San Carlos Centro, dos alarmantes casos de violencia de género han sacudido a la comunidad.
En el primero, una mujer de 53 años sufrió un ataque en su hogar. En el segundo, la víctima enfrentó a su pareja bajo la influencia de drogas y alcohol.
En la tranquila localidad de San Carlos Centro, dos alarmantes casos de violencia de género han sacudido a la comunidad.
En el primero de los hechos M., una artesana de 53 años, fue víctima de agresión en su propio hogar por parte de C., un hombre de 62 años, que la atacó mientras realizaba sus quehaceres diarios.
El hombre la agarró violentamente y la arrastró hacia una habitación bajo el pretexto de querer hablar. La mujer comenzó a forcejear para liberarse y llegó a patearlo en un intento de alejarlo. Pero la situación empeoró cuando C. la agarró del cuello. Desesperada por defenderse, M. tomó un cuchillo con el que solamente logró pinchar a su agresor.
Para esa altura apareció en escena un hijo de la mujer quien tomó cartas en el asunto y con un golpe en el rostro hizo que C. cayera al suelo permitiendo que M. pudiera escapar a casa de su madre. Acto seguido M. denunció el incidente y solicitó con determinación que C. se mantuviera alejado de ella.
El segundo caso, que también ocurrió en San Carlos Centro, involucra a N., una mujer de 35 años, y C., un hombre de 41.
N. relató que desde hace tiempo viene lidiando con los problemas persistentes de C. debido a su adicción a las drogas y al alcohol. A pesar de que su relación ya estaba en declive, ambos seguían conviviendo por el bienestar de sus hijos. En un momento tenso, la mujer le solicitó a C. que abandonara el hogar, ya que él estaba bajo los efectos de las drogas y el alcohol, lo cual no estaba acordado en su convivencia.
Fue en ese contexto cuando C. comenzó a gritarle a N. y le exigió que se bajara los pantalones. Aterrada por la propuesta N. tomó arrojó agua hirviendo de una pava sobre C. logrando mantenerlo a raya. La mujer aprovechó entonces para juntar sus pertenencias y envolverlas en una sábana, que dejó en la vereda antes de escapar a la casa de una amiga.
Sin embargo, al regresar a su casa, encontró que su ropa había desaparecido, al igual que C. Horas después, el hombre regresó y la atacó nuevamente, además de dañar su motocicleta, a la que le arrancó los cables. Desesperada por lo vivido, N. solicitó urgentemente medidas de distancia para proteger su seguridad.
Ambos sucesos están siendo investigados por personal de la comisaría 2da. de San Carlos Centro, siguiendo directivas de la Fiscalía de Violencia de Género.
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