De una manera poco usual, este lunes comenzó el juicio oral y público contra la policía y docente Tania Cion, acusada de haber ejecutado de un disparo a quien fuera su pareja, la tarde del 12 de enero de 2020 en San Javier.
La sanjavierina se enfrenta al pedido de prisión perpetua, tras haberle disparado con su arma reglamentaria a quien fuera su pareja, en enero de 2020.
De una manera poco usual, este lunes comenzó el juicio oral y público contra la policía y docente Tania Cion, acusada de haber ejecutado de un disparo a quien fuera su pareja, la tarde del 12 de enero de 2020 en San Javier.
El tribunal, conformado por los jueces Leandro Lazzarini -presidente-, Luis Octavio Silva y Pablo Ruiz Staiger, escuchó la versión de la agente antes de que las partes realizaran sus alegatos, algo que no suele suceder.
Tras la declaración de Cion, los fiscales Francisco Cecchini y Ana Laura Gioria la acusaron por el "homicidio calificado por el vínculo y por el empleo de arma de fuego" de Federico Hermes Rodríguez y solicitaron la condena a prisión perpetua. En la misma línea estuvo la exposición de los querellantes Bautista Fossa y María Cristina Von Wartburg, quienes sumaron una tercera agravante: la alevosía.
La sanjavierina está representada por las Dras. Virginia Segado y Leticia Feraudo, del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal (SPPDP), quienes pretenden lograr la absolución.
Al comienzo de su declaración, Cion (44) realizó un racconto de cómo era su vínculo con Federico (20), señalando que "él era una persona muy agresiva conmigo, se ponía muy celoso".
Para enero de 2020 "hacía tres meses que no estaba con él. Tuve que sacar carpeta médica en la escuela, en la policía, porque la verdad que la situación me desbordaba. Él me seguía, me buscaba por todos lados. Yo me vivía escondiendo, no quería ir a mi casa porque sabía que él ahí me iba a encontrar". Esos meses "fueron un calvario para mí".
El día previo al crimen, se encontraron en una estación de servicios. Ella había ido a cargar nafta en su auto, en el que trasladaba a un conocido, lo que habría provocado los celos de Federico que "me bajó de los pelos".
El mediodía del domingo 12, apenas se despertó "sentí que alguien me estaba mirando, y era él, que estaba parado en la puerta de la habitación. La casa estaba cerrada, no se por donde ingresó. Discutimos, me insultó, me decía que seguro estaba con otro".
"Yo siempre tratando de calmarlo, porque él se enojaba tanto que la cara se le transformaba, y yo le tenía terror" porque de hecho "una vez me ahorcó cuando yo estaba durmiendo, tengo lastimada la tráquea por eso". Después, "me levanté y me puse hacer cosas, mientras él revisaba todo, abría cajones. Yo no sabía qué buscaba hasta que me dijo 'ya la voy a encontrar'". Pero "no la encontró, porque el arma no estaba donde yo la ponía siempre".
Más tarde, "vino a la pieza y me ofreció helado", pero cuando ella le dijo que no quería, "me agarró del pelo y me empezó a golpear la cabeza contra el respaldar de algarrobo, me decía 'vos vas a estar conmigo'". Fue entonces que "forcejeamos, le dije que no, yo no quería volver con él, estaba decidida".
"Salimos forcejeando desde la pieza hasta el comedor. Él me decía 'vos me las vas a pagar, total yo no tengo nada que perder', y yo le decía 'si vos me haces algo vas a dejar a mis hijos sin su mamá, ya no tienen a su papá'. Pero no le importaba". Después "fui a buscar el celular para llamar a la policía, él me lo tiró, yo lo empujé y él me empujó contra la pared de la cocina, que se desgranó toda. Lo agarré de la ropa, lo giré, lo logré sacar por la puerta de la cocina y cerré con llave".
"Estaba esperando que él entrara de alguna manera. Fui a buscar el teléfono para llamar a alguien para que me ayude, y estaba mi arma, la agarré y disparé", recordó Cion. "Yo ya estaba cansada del hostigamiento, así que disparé. Creo que era la única forma de terminar con todo eso que estaba viviendo".
"Como no lo escuchaba, me acerqué a la ventana y abrí despacio la cortina. No lo veía por ningún lado parado. Cuando miré para abajo estaba caído y le salía sangre, así que busqué el teléfono, llamé a la ambulancia y lo llamé después a mi jefe".
Tras escuchar la declaración de la acusada, la fiscalía realizó su alegato de apertura: "El homicidio de Federico Rodriguez, quién apenas superaba los 20 años, a manos de su novia, policía, que lo doblaba en edad, fue un hecho devastador para la familia y sus amigos, y fue un hecho de alto impacto en al sociedad sanjavierina".
Cecchini explicó que a través de los distintos testimonios acreditarán que "al momento de efectuar el disparo, Cion estaba adentro de la casa y Federico estaba afuera, se estaba yendo del lugar". Y que "después del disparo, ella se quedó adentro de la casa, con las puertas y las ventanas cerradas, y que en ningún momento, ni durante ni después del hecho, corrió algún riesgo su integridad física".
En cambio Federico sufrió una "muerte inmediata, quedando tendido frente a la vivienda de quien en ese momento era su novia y al mismo tiempo su verdugo". "Nada logrará acreditar la existencia de una causa de justificación, ni podrá establecer la existencia de una relación de poder que ejerciera Federico sobre Cion y que la pusiera a ella en una situación de vulnerabilidad", manifestó el fiscal.
"Al contrario, se va a probar que ella era una mujer independiente, fuerte, rodeada de personas que la querían y que la hubieran podido proteger, tanto como la hubieran podido proteger las instituciones a las que pertenecía. Una mujer con capacidad para cuidar de ella, de su familia, su trabajo. Una mujer que tenía el absoluto control de su vida y que pudo siempre desarrollar sus intereses sociales, familiares, deportivos, laborales y afectivos".
La defensa de la policía rechazó la acusación y centró su alegato en que la mujer "era víctima de violencia de género y padeció, a lo largo de toda la relación, abusos físicos, violencia psicológica, violencia sexual, persecución y hostigamiento".
"Todo ello dejó a Tania Cion entrampada en un círculo vicioso de violencia, donde la inminencia en la agresión y el acoso era constante. todos los abusos y maltratos padecidos le provocaron además trastornos de salud mental que la obligaron a requerir licencias laborales por depresión y migrañas", resaltaron las defensoras públicas.
"Esta violencia sufrida nos mostrará que Tania Cion actuó, sin duda, en legítima defensa de su vida e integridad física", por lo que solicitaron la absolución. Subsidiariamente, alegaron la existencia de circunstancias extraordinarias de atenuación "consistentes en las violencias padecidas a lo largo de la relación", por las cuales se podría aplicar la escala penal correspondiente a la figura de homicidio simple, cuya pena mínima es de 8 años de prisión.
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