Ex soldado preso por un triple intento de femicidio en Santa Fe
Lo arrestaron el domingo en Teniente Loza y Blas Parera, luego de que regresara a la casa en busca de ropa y acometiera con nuevas amenazas. "Hace muchos años, cuando estaba embarazada, también intentó matarme", declaró la víctima.
La denuncia fue radicada el domingo en la Subcomisaría 18 de Cabaña Leiva, en el límite con la ciudad de Recreo. Crédito: Guillermo Di Salvatore.
"No tengo antecedentes, no soy un hombre violento, fui diez años soldado", dijo Juan Matías Toledo (34) en la audiencia en la cual se discutió su prisión preventiva, por una triple tentativa de femicidio, ocurrido durante el último fin de semana, en una casa de la zona norte de la ciudad de Santa Fe.
Ni sus buenos modales, ni su explicación sobre lo sucedido previo a la detención bastaron para convencer a la jueza Susana Luna, que lo consideró "poco creíble" y un "autor calificado" en cuanto a su destreza para el empleo de la fuerza por su condición de ex miliciano.
"Estamos ante una persona que tiene la frialdad suficiente como para no cumplir las órdenes emanadas de la autoridad", dijo la magistrada al rechazar la libertad bajo alternativas para Toledo y convertir en prisión preventiva la detención que venía sufriendo desde el domingo.
La medida cautelar fue solicitada por la fiscal Rosana Peresín, quien previamente amplió la imputación primigenia -por lesiones leves dolosas en contexto de violencia de género-, a la de triple femicidio en grado de tentativa, además de los delitos de lesiones y amenazas.
"¡Soltala a mami!"
El hecho se remonta al sábado 15 de abril, cuando en horas de la tarde Toledo y su pareja discutieron por cuestiones domésticas, en la vivienda familiar de calle Juramento al 9700, al norte de la planta urbana.
Según relató la propia víctima, ese día Toledo "se puso agresivo". Estaban en el dormitorio y ante la presencia de sus dos hijos de 2 y 4 años, "me puso una mano en el cuello y con la otra me tapó la nariz y la boca. Me estaba asfixiando", recordó.
"No es la primera vez que hace esto conmigo", advirtió la mujer, que mantuvo una relación de casi 9 años con su agresor, que es padre de dos de sus cuatro hijos. "Hace muchos años, cuando yo estaba embarazada, también intentó matarme. Después pasó el tiempo e hizo como si nada", dijo.
La víctima narró con detalle lo acontecido el último sábado, cuando tendida sobre la cama grande "alcanzo a ver a los dos más chiquitos que le decían: '¡soltala a mami!'". En ese instante "yo sólo pensaba qué les iba a hacer a mis bebés si me mataba".
La vecina
Como pudo, logró zafar de lo que a los ojos de la fiscalía fue un claro intento de femicidio y llegó hasta el comedor, donde continuaron las agresiones. Allí la tomó por debajo de las axilas, la sentó en una silla y continuó ejerciendo presión en la zona del cuello.
"Vos tenés la culpa", le decía. "Te voy a quemar a vos y a los chicos. Vos no sabés lo que soy capaz de hacer", repitió la mujer que asegura que desde entonces tiene pesadillas, prácticamente no se alimenta y teme por su vida y la de sus pequeños hijos.
En su afán por liberarse, la mujer asegura que se defendió con golpes y patadas y que en un momento pudo gritar para pedir "socorro, auxilio" y afortunadamente fue oída por una vecina que le golpeó la ventana para preguntarle qué pasaba.
"Yo sabía que era mi única oportunidad. O me mata o pido auxilio" y por eso la dejó entrar y así neutralizó el accionar violento de su compañero. Hizo una llamada al 911, pero él le arrancó el celular de las manos y lo hizo estallar contra la pared. La policía llegó una hora después, cuando él ya se había ido.
Nariz blanca
El segundo episodio se repitió en el mismo lugar, el domingo por la tarde, cuando según Toledo, fue a buscar algo de ropa porque el día anterior ser había ido con lo puesto. Primero fueron golpes contra el mobiliario y luego contra el cuerpo de la mujer, la cual una vez más logró pedir auxilio. La policía atrapó a Toledo en inmediaciones de las avenidas Teniente Loza y Blas Parera.
Un patrullero trasladó a la mujer hasta la Subcomisaría 18° donde fue asistida por un médico legal que constató las lesiones en brazos y cuello, que son compatibles con la descripción brindada en su declaración.
La víctima asegura que Toledo es una persona con adicciones, ya sea a estupefacientes como a las bebidas alcohólicas y que desde hacía tiempo intentaba convencerlo para que no consumiera en el domicilio o que se limitara a los fines de semana.
La medida cautelar de prisión preventiva fue ordenada por la jueza Susana Luna. Crédito: Flavio Raina/Archivo.
Contó que su pareja terminó tan comprometido por la droga que se metió en créditos con prestamistas y que incluso le exigía dinero que ella destinaba a la manutención de los niños. Pero el límite fue cuando "se lo llevó al mayor a comprar cocaína y volvió con la nariz blanca. Ahí tomé la decisión y le pedí que se fuera de la casa", ese fue el comienzo del fin para la difícil convivencia.
Con la madre
En oposición a lo planteado por la fiscalía, la defensora pública, Virginia Segado, esgrimió que "la evidencia hace a las lesiones leves y las amenazas" como se atribuyó en el primer acto de imputativa y por ende "no coincido con la ampliación".
Dijo que si bien "las marcas de las lesiones eran evidente, ello no lleva a la recalificación por tentativa de femicidio" lo cual "perjudica considerablemente al imputado".
Segado apuntó además que hasta el momento "no hay más constancias que la declaración de la víctima" lo cual conlleva la "necesidad de acreditar no sólo éste hecho sino los previos" a los que se refirió la mujer agredida.
Para mitigar los riesgos procesales la defensora propuso que se le conceda a Toledo una libertad bajo alternativas, prometiendo que se mudaría a la casa de su madre, que sería su guardadora y se ajustaría a las imposiciones legales en cuanto a medida de distancia, tanto para con la mujer como para con sus hijos hasta tanto intervenga la Justicia de Familia.
La fiscal Peresín rechazó las alternativas y la jueza Luna dictó su resolución no sólo en función del bienestar de la mujer víctima sino de tu grupo familiar más cercano, en este caso sus cuatro hijos.
"El contexto de violencia de género afecta a todo el grupo familiar", expresó, luego de hacer la distinción entre ésto y un intento de femicidio como fue atribuido.
Al sopesar las versiones, la jueza dijo que "no veo que haya fabulación de la mujer" que durante todos estos años mantuvo vínculo con lo que dio en llamar un "agresor calificado", dado que tal como él mismo se definió "pesa 100 kilos, fue soldado y sabe como atacar".
"Está bien que uno hable bien de si mismo", le dijo a Toledo, que previamente se había autodefinido como "padre ejemplar" y redujo el hecho violento a un "conflicto de pareja". "A mi modo de ver, es poco creíble", sentenció la Dra. Luna.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.