Condenaron a Carlos Marcelo Salas por el femicidio de Gisela Bustamante, ocurrido en febrero de 2016, la tentativa de femicidio de una adolescente en julio de ese año, y la promoción y explotación de la prostitución ajena agravada en perjuicio de una de sus exparejas.
Así lo resolvió el tribunal conformado por las juezas Susana Luna -presidenta- y Rosana Carrara, y el juez Sebastián Szeifert, que impuso al pintor de 51 años la pena máxima. La perpetua había sido solicitada por los fiscales Alejandra Del Río Ayala y Matías Broggi desde el comienzo del juicio, que inició el pasado jueves 10 de agosto.
Los jueces Sebastián Szeifert, Susana Luna y Rosana Carrara resolvieron de forma unánime. Crédito: Flavio Raina
La defensa estuvo a cargo del abogado particular Martín Mazzeo, quien apostaba a la absolución de culpa y cargo. Resta conocer los fundamentos detrás de la resolución del tribunal, los cuales serán dados a conocer en los próximos días.
Los femicidios
Ya en sus alegatos de apertura, la fiscalía destacó que los tres hechos llevados a juicio estaban “vinculados con el comercio sexual”.
El más grave, por el que se pudo solicitar la condena máxima a Salas, fue el femicidio de Gisela Bustamante, que ocurrió entre la noche del 5 y la madrugada del 6 de febrero de 2016, en la zona de la ex Estación Mitre. Esa noche, la trabajadora sexual estaba sola en la esquina de avenida Freyre y 3 de Febrero cuando el pintor, un cliente habitual de las mujeres que esa parada, convino un pase sexual con ella.
La llevó hasta el predio de la ex Estación Mitre, algo que quedó registrado por las cámaras de seguridad del lugar, y allí la golpeó brutalmente y le apretó el cuello, provocándole la muerte. Desde esa noche, Salas ya no regresó a la parada.
La tentativa de femicidio por la que también fue condenado, ocurrió cinco meses después, el 20 de julio. El pintor convino un pase sexual con una joven de 17 años, y la llevó en colectivo hasta la zona donde había asesinado a Gisela. Engañada, la llevó hasta un galpón y allí la atacó con golpes en el rostro y le apretó el cuello. Los gritos de la menor alertaron a una vecina, que llamó al 911. Cuando la policía arribó al lugar, encontraron a Salas sobre la joven, que se defendía como podía.
Por este hecho el hombre fue detenido e imputado por lesiones. Cuando en 2021 las investigaciones de asesinatos de mujeres pasaron a la Unidad Gefas del MPA y a la Brigada de Femicidios de la AIC, comenzaron a indagar en torno al femicidio de Bustamante. Al analizar el caso y tras descubrir que el autor de los hechos sería el mismo, el ataque a la menor fue recalificado como tentativa de femicidio.
Explotación
Además de estos brutales ataques, Salas fue condenado como autor de los delitos de “promoción y explotación de la prostitución ajena, agravados por violencia, amenazas, abuso de una situación de vulnerabilidad y por la convivencia”. Estos, en perjuicio de quien fuera su pareja.
Si bien el vínculo duró más tiempo, los hechos por los que se acusó al pintor ocurrieron entre septiembre de 2013 y finales de 2014. Salas “obligó a su pareja de ese momento a intercambair sexo por dinero, intorduciendola en el mercado sexual callejero”, señaló oportunamente la fiscalía, “le indicaba cómo vestirse, la vigilaba, le ponía precios a cada práctica sexual y le instruía en cómo manejarse, siendo que además se apropiaba del dinero producido y disponía de él”.
Para esto, Salas “se aprovechaba del miedo que generaba en la mujer mediante las golpizas, que eran habituales, las amenazas constantes, el maltrato hacia sus hijos y las violaciones a las que la sometía”.