Una historia de película ocurrió este miércoles en la ciudad de Santa Fe.
El fiscal ordenó que permanezcan aprehendidos tanto el presunto ladrón como los presuntos secuestradores, uno acusado de hurto calificado por escalamiento y los otros por privación ilegítima de la libertad.
Una historia de película ocurrió este miércoles en la ciudad de Santa Fe.
La intervención policial comenzó luego de un llamado a la central de emergencias 911 que alertaba sobre el secuestro de un hombre en barrio Nueva Esperanza.
Al patrullar la zona, personal de la Comisaría 25a entrevistó a la hermana de la víctima, quien les detalló lo ocurrido y señaló como responsables a dos hermanos que circulaban en un automóvil negro de vidrios polarizados.
La mujer conocía a los secuestradores y les indicó a los uniformados dónde los podía encontrar, en el distrito de La Guardia, en la llamada Bajada Distéfano.
Hasta allá fueron los policías y no les costó ubicar el vehículo de los sospechosos. También hallaron a los acusados y al propio "rehén".
Todos terminaron en la seccional, donde minutos más tarde arribó la madre de los hermanos secuestradores. Esta mujer explicó que la presunta víctima era un delincuente que horas antes había ingresado a su comercio para robar.
Con la nueva información, los policías realizaron una requisa domiciliaria en la vivienda del secuestrado y allí pudieron encontrar el dinero en efectivo sustraído al negocio.
El fiscal Eric Fernández dispuso entonces que se incauten el automóvil, el dinero y los teléfonos de los involucrados, entre otras medidas. Además, ordenó que permanezcan aprehendidos tanto el presunto ladrón como los presuntos secuestradores, uno acusado de hurto calificado por escalamiento y los otros por privación ilegítima de la libertad.