Una de las víctimas del músico rompió el silencio y contó su calvario
Denunció a su ex pareja de haberle transmitido el virus y explicó que lo hizo porque teme que haya más casos. “Hace 13 años que él sabía que era portador y no lo informaba”, dijo.
Una de las víctimas del músico rompió el silencio y contó su calvario
En el programa radial Periodismo Salvaje, que se emite los sábados por Sol Play 91.5, Yoana rompió el silencio y se explayó sobre los detalles del drama que vive desde 2015 y que la acompañará el resto de su vida. Su intención, además, es concientizar sobre el VIH para no dar lugar a la discriminación, más producto de la ignorancia que de la ciencia.
Estuvo acompañada de su abogado, el Dr. Risso Patrón, quien la representa como querellante en la causa que investiga la presunta “propagación de una enfermedad contagiosa sabiéndose afectado de una enfermedad venérea transmisible” (Ley N°12.331 art.18).
-¿Por qué querés hacer pública tu situación?
-Lo hago porque esto va más allá de una pelea entre dos personas en el ámbito judicial, sino que es asunto de salud pública. Este señor por ser músico, durante todos estos años, viajaba por muchos lugares del país. Nosotras dos (las dos denunciantes, ex parejas del acusado), ya sabemos que somos portadoras, pero ¿cuántas no lo saben?
-¿Él no te informó de su enfermedad una vez que ya habían tenido relaciones sin cuidarse?
No, se tomó su tiempo... y me refiero a que dejó pasar años para decirme que era portador. Yo lo conozco en 2011, entablamos una relación de pareja y terminamos en 2013. Durante ese lapso, en un tiempo prolongado el preservativo se usó, porque yo me entero que él había tenido muchas infidelidades conmigo, entonces yo decido que él tiene que usar preservativos por las personas con las que había estado; incluso yo le pregunté si se había hecho estudios y él me dijo que no, que no tenía nada.
Mi preocupación era que esas relaciones ocasionales no habían sido sólo con personas mayores sino también con menores. Yo descubro esto en su Facebook y en una carpeta en la PC en la que tenía las fotos de sus “conquistas”. Si, muy turbio todo.
-¿Ahí es cuando vos terminás la relación?
Yo encontré un pendrive en donde estaban esas fotos de mujeres que habían estado con él, pero lo que más me indignó es que al lado de esas fotos había muchas de chicos y chicas... niños. La carpeta tenía como título “Bebe” y adentro imágenes de menores de 6, 7, 8 años, ni siquiera adolescentes. Nenas en situaciones inocentes cotidianas, regando, tomando un helado o nenitas en pollerita. Esas fotos estaban dentro de sus archivos pornográficos y lo que más me impactó es que él tenía esto para excitarse sexualmente, más teniendo en cuenta que él es maestro de escuelas primarias y secundarias.
-¿Cómo es que te enterás que vos también eras portadora de VIH?
-En 2015, tiempo después de cortar, él me manda un mensaje por Facebook diciendo que necesitaba hablar conmigo, muy insistente con vernos. Yo no quería saber nada con él, entonces le pregunto por intuición “¿Qué pasa? ¿Tenés SIDA?”. Me contesta: “Si”. Era 2015.
Él me arma toda una historia falsa, porque 5 años atrás ya sabía. Su cuento era que su novia se había hecho estudios y le había dado positivo tanto a ella como a él. Yo hasta ese momento no sabía que él era portador, menos que tenía SIDA. No se trata de un estornudo, el VIH se transmite por fluidos, él sabía que teniendo relaciones me lo podía contagiar y sin embargo encontraba razones para sacarse el preservativo y vestirlo como que se le había roto o salido o se lo sacaba sin mi consentimiento. Era el abuso del amor, del cariño, de la confianza y le dio lo mismo.
-No encuentro otra palabra para decirlo, pero él estaba en un ámbito de promiscuidad, por lo que vos decís. ¿Es así?
-Sí, es que por eso mismo cuando me dice “necesito ayuda”, por las fotos que yo le había encontrado, yo pensé que le había “caído la ficha”. Fue un error, error de las mujeres en querer creer, y cuando me di cuenta ya era tarde. Él ya tenía un historial de violencia y conmigo ejercía una violencia psicológica. Me castigaba con palabras.
-¿Vos sentís que el no decirte que era portador, pudo ser un “castigo”?
-Sí, porque él armaba fachadas para todo, sea para encubrir o acceder a algo; ese es su “modus operandi”. Él me dice en 2015 que era portador y me vuelve a mentir asegurándome que no lo sabía de antes, cuando hacía 5 años -por lo menos- que ya lo sabía. Yo pensaba, “no estoy más con este tipo que me hizo daño y me arruinó de por vida, me dejó un souvenir para que me acuerde de él todo el tiempo”. Conocía que era portador y, además, eligió no tratarse con lo que aumentó su carga viral.
Se merece un “Oscar” por la actuación. Cuando me confiesa lo que hace años ya sabía, él continúa la farsa diciendo que “su novia no quería que me dijera, pero como yo te aprecio, te quiero y si necesitás algo me avisás y te acompaño”. Imaginate que yo recién este año (2023) me entero que él siempre supo que tenía el virus. Me comí su personaje mil veces.
-Este reportaje tiene un problema. Al no decir el nombre de la persona -que no lo diríamos de ninguna manera- no alertamos a personas que podrían ser víctimas del acusado. Ahora, al decirse la mitad de las cosas transformamos en potenciales “victimarios” a los profesores de música de la ciudad.
-Claro, sería una cacería de brujas impresionante... pero yo creo que, al darse a conocer la fachada de su casa en la foto durante la detención, al mencionar su actividad y edad, por lo menos para quienes viven en Santa Fe es una alerta. Pero los problemas son para quienes no viven en la ciudad, en razón de lo que yo contaba de sus viajes permanentes por su profesión de músico
-¿Cuál es tu razón para hacer esta denuncia penal?
-Yo creo que es un tipo peligroso, nosotras dos (las denunciantes) somos las únicas que sabemos y él sabe perfectamente que hay muchas más personas que por su propia conducta pudo haber contagiado. Si él no hubiese sido detenido, todo esto quedaba impune, quedaba tapado. Si una tercera persona, vinculada a él, no resultaba positivo y lo obligaba a informarme, yo corría el peligro de, con el paso del tiempo, terminar desarrollando SIDA o cualquier otra enfermedad oportunista (N.R.: infecciones que ocurren con más frecuencia o son más graves en personas con debilidad del sistema inmunitario).
Cuando los estudios te dan positivos, primero es un médico el que te explica todo lo referente al VIH y luego una asistente social. Quien firma su estudio en 2010, estoy segura que le explicó muy bien todo porque es una eminencia que es parte del hospital Cullen.
Por último, quiero aclarar que los estudios de VIH son gratuitos, de fácil acceso y que realmente pueden salvarte la vida. Quiero que todo esto sirva para algo, ese es mi deseo, más allá de la angustia que significa afrontar un proceso judicial.