Jueves 5.5.2022
/Última actualización 13:49
La delincuencia sigue haciendo estragos en Sauce Viejo. En las últimas horas ladrones robaron en dos viviendas, "destriparon" dos vehículos (les sacaron sus ruedas y otras partes) y asaltaron a una familia que vive en el predio del sindicato de los Petroleros.
Una de las víctimas fue Jorge Carlos P. (68) un jubilado que reside en Chañares 1400 en el barrio Nueva Detroit del citado distrito. Por cuestiones de salud, el nombrado estuvo el miércoles en la ciudad de Rosario y al regresar encontró un panorama de terror: su camioneta Nissan Frontier estaba montada sobre unos tacos y pilas de ladrillos; le faltaban sus cuatro ruedas, incluso la de auxilio y hasta la barra antivuelco.
Pero no todo terminó ahí. Los ladrones también ingresaron a su vivienda y sustrajeron una cortadora de césped Petri, de 2 HP, con canasto recolector y un grupo electrógeno marca Yamaha de 5 mil watts, que estaba instalado en la cochera.
A su vez otro hecho similar al precedente (robo de neumáticos) se consumó en calle 18, entre calle 13 y 9, donde autores ignorados dejaron a un vehículo sin tres de sus ruedas.
En este caso la víctima fue Estela Maris R., (56) quien reveló que momentos antes escuchó ladrar a su perro con insistencia por lo que decidió salir de su casa para ver qué sucedía.
Fue entonces cuando constató que su auto (un Renault, de color azul), que se encontraba estacionado en la vereda debido a un accidente que habría sufrido días atrás, le faltaban sus ruedas delanteras, como así la trasera del lado del conductor.
En el camping de los petroleros
Por último, durante la noche del miércoles, varios delincuentes (tres hombres y una mujer) concretaron un golpe delictivo en el predio donde funciona el camping de los Petroleros, en calle Malvinas 1100 de Sauce Viejo.
En dicho lugar reside una familia que oficia como encargada del lugar. Cerca de las 20, una mujer que se encontraba junto a su hijo de 9 años, fue sorprendida por un grupo de desconocidos que accedió al lugar por el portón de ingreso, que estaba sin llave.
Los recién llegados primero pidieron un vaso de agua, pero cuando la mujer les dijo que se retiren, fue reducida y obligada a entrar a la casa. Allí los malvivientes comenzaron a reclamar dinero.
Como la víctima dijo que no tenía dinero los maleantes fueron por otras cosas. Así fue como se llevaron un TV Smart de 42 pulgadas; un radiograbador; un secarropas y una estufa eléctrica.
De los delincuentes se supo que cubrían sus rostros con barbijos, y que tras el robo fugaron a bordo de un vehículo.