El Litoral
Familiares, amigos y allegados de la joven asesinada se movilizaron por segunda noche consecutiva a la plaza de la ciudad.
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Esperanza sigue conmovida por el dolor y la bronca que generó el crimen de Agustina Imvinkelried, la adolescente que salió a bailar y nunca volvió a su casa. Mientras se trata de establecer cómo fue la secuencia de ese fatídico domingo por la mañana, familiares, amigos y conocidos de la joven se volvieron a movilizar a la plaza San Martín.
En silencio, sin pancartas ni slogans políticos, cientos de esperancinos se concentraron en el punto central de la cabecera del Departamento Las Colonias y reclamaron justicia.
“No hubo gritos, nadie cantó, nadie gritó y sólo llegaron los aplausos”, destaca el medio local Esperanza Día por Día.
Entre los presentes, estaba Daniel, padre de Agustina. Con gran valentía ante el dolor y el desconsuelo Daniel tomó la iniciativa y agradeció a toda la ciudad. Dijo que estaba todavía conmovido por la cantidad de gente que los acompañó y dio muestras de lo difícil del momento vivido sin poder contener sus lágrimas y abrazándose a los suyos, destaca el citado medio esperancino.