Por Gustavo Capeletti
Debía comenzar este miércoles, pero dos incidentes judiciales obligaron a posponerlo. Franco Villalba está acusado de dar muerte a Miguel A. Mattiazzi con 40 puñaladas. El hecho ocurrió en Calchaquí.
Por Gustavo Capeletti
Sin fecha de reprogramación concreta, fue suspendido el juicio oral a Franco Emanuel Villalba, el joven de Calchaquí imputado por el homicidio agravado por alevosía de quien fuera su padrastro, Miguel Ángel Mattiazzi, de 68 años, y que cumple prisión preventiva en la alcaidía local.
La jornada de apertura debía realizarse en la mañana de este miércoles, pero fue suspendida por pedido del defensor público asignado a Villalba en las últimas horas, luego de que el encartado resolviera, en un hecho inédito, revocar el poder al estudio jurídico que lo representaba 48 horas antes del comienzo del proceso oral y público en su contra.
A raíz de esa intempestiva medida adoptada por Villalba, la Defensa Pública pasó a hacerse cargo de sus intereses, aunque lo exiguo del tiempo para preparar la estrategia defensiva motivó que el defensor asignado solicitara un período prudencial de prórroga.
El otro motivo tiene que ver, de acuerdo a fuentes judiciales, con que Villalba había firmado un juicio abreviado por una condena de 20 años de prisión efectiva, pero luego se arrepintió y borró con el codo lo que escribió con la mano. Enfrenta, por el sangriento hecho que lo tiene como único y principal sindicado, una pena de cadena perpetua.
En el vivero
En la audiencia imputativa realizada en julio de 2019, el entonces fiscal del caso, Leandro Benegas, citó que el primer día de aquel mes de invierno, aproximadamente a las 12.20, personal policial recibió un llamado al número de emergencias 101 por parte del cuñado de la víctima, requiriendo presencia policial en el kilómetro 680/100 de la Ruta 11 ya que "cuando se hizo presente en el vivero lo encontró recostado en uno de los invernaderos con sangre en su rostro y aparentemente sin vida".
El representante del MPA relató que los policías también pudieron observar que faltaba del lugar la camioneta Amarok, propiedad de Mattiazzi, que luego fue encontrada abandonada. Se sospecha que el vehículo habría sido utilizado por Villalba para huir de la escena del crimen.
También detalló que un médico policial constató la muerte del sexagenario por "múltiples heridas cortantes producidas con un arma blanca en la zona del cuello, tórax y abdomen", determinando que la hora de la muerte era de 4 a 6 horas desde el momento de la pericia del galeno que se realizó cerca de las 14.30.
"Restos de sangre"
Luego, Benegas reveló que a las 21.25 de ese lunes, la policía recibió otro llamado, en este caso de una mujer, suegra de Villalba, diciendo que "había encontrado restos de sangre en las zapatillas de su yerno" y que "le faltaba un cuchillo de unos 15 centímetros de hoja cabo color blanco".
A raíz de pericias realizadas sobre las zapatillas por el equipo de la PDI en base a luminol y reactivos químicos se pudo determinar que existía "considerable cantidad de sangre y que la misma era de origen humano. Posteriormente, con la utilización de los mismos elementos se pudo determinar que en el lavatorio del baño, la jabonera y otros sectores de la casa había manchas de sangre humana", aseguró.
Agua fría
Sobre ese punto, hizo constar que, según los dichos de la pareja de Villalba, éste "se bañó con agua fría porque no andaba el calefón aproximadamente entre las 11 y las 12 horas, a pesar del intenso frío del día".
En aquella oportunidad, el fiscal agregó que también personal de Criminalística de la PDI realizó trabajos con la utilización de luminol y reactivos químicos en el lugar de los hechos (el vivero) pudiendo determinarse que "existían rastros, muestras o gotas de sangre desde el invernadero donde se produjo la muerte de Mattiazzi hasta una casilla donde se encontraba una de las hijas de la víctima, que estaba "jugando con el celular de su padre".
"Muerte inmediata"
El fiscal de la Unidad Fiscal Vera atribuyó a Villalba que: "El 1º de julio del 2019, entre las 9 y las 11 horas, llegó hasta el vivero ubicado sobre la Ruta 11 propiedad de Miguel Ángel Mattiazzi y con la utilización de un cuchillo de unos 15 centímetros de hoja que había tomado de la casa de su suegra le asestó 40 puñaladas en zonas de órganos y arterias vitales, las que le provocaron la muerte en forma inmediata".
Y apuntó que estando en el lugar su media hermana "la llevó hasta la casilla que se encuentra al lado del invernadero, le sacó la ropa que había ensuciado con sangre y sólo un calzado, quedando el restante con una gota de sangre, haciendo desaparecer posteriormente su ropa, el cuchillo, la ropa de la menor, y un calzado de ella".
Por tanto, lo acusó formalmente de "ser el autor material del hecho relatado y la figura penal que corresponde es la de homicidio agravado por alevosía, por cuanto usted usando el cuchillo le propinó 40 puñaladas a Mattiazzi, ocasionándole momentos después la muerte".