¿Qué teorías tienen los fiscales sobre lo que ocurrió con Loan Danilo Peña?
La intención es que la causa recobre impulso y que los ocho detenidos, quizás, rompan el círculo de silencio que han mantenido durante cinco meses.
¿Qué teorías tienen los fiscales sobre lo que ocurrió con Loan Danilo Peña?
Viernes 29.11.2024
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Última actualización 12:39
Los fiscales Mariano Enrique de Guzmán, Alejandra Mangano y Marcelo Colombo, solicitaron a la jueza federal Cristina Pozzer Penzo que procese a los acusados por la sustracción y ocultamiento de Loan Danilo Peña. Este pedido busca que Pozzer Penzo resuelva las situaciones procesales de los imputados, quienes permanecen detenidos en distintas cárceles federales meses después de sus declaraciones indagatorias. La intención es que la causa recobre impulso y que los ocho detenidos, quizás, rompan el círculo de silencio que han mantenido durante cinco meses y revelen finalmente qué ocurrió y cuáles fueron las razones detrás de los hechos.
Desde la desaparición de Loan el 13 de junio de este año, se desplegaron todos los recursos periciales y policiales disponibles. La búsqueda de Loan abarcó hasta las tumbas. Se utilizaron drones, buzos, baqueanos a caballo, abogados querellantes, políticos, recompensas millonarias ofrecidas tanto por el Gobierno como por particulares, además de innumerables horas dedicadas al análisis de conversaciones, triangulación de llamadas y otras labores. Todo esto conforma una de las investigaciones más exhaustivas de la historia reciente.
¿Qué ocurrió entonces? ¿Fue asesinado intencionadamente o se trató de un accidente? Según altas fuentes del expediente consultadas por Infobae, los fiscales consideran que, dado el sofisticado nivel de encubrimiento encontrado, es mucho más probable que se trate de un asesinato que de un accidente. En el grado de encubrimiento podría estar la clave de la respuesta. Guzmán, Mangano y Colombo sostienen que, si hubiera sido un hecho completamente accidental, los acusados no habrían adoptado una actitud tan activa para ocultar lo sucedido, como si deliberadamente hubieran guardado silencio aprovechándose de la falta de información por parte de la Justicia.
“Loan es víctima de un suceso entre las 13:52 y las 14:25. En este escenario, se registraron dos llamadas sumamente sospechosas:
“- A las 14:09 horas. Daniel Ramírez, encontrándose en el naranjal, llama a su hermana Mabel Ramírez, y conversan durante más de ocho minutos”
“- Inmediatamente después de las 14:24 horas. Antonio Benítez llama a Laudelina Peña y hablan por más de nueve minutos. Es importante destacar aquí que al momento de recibir esa comunicación, y a partir de la reconstrucción de los testimonios, Laudelina estaba con Caillava, aislada del resto de los comensales que quedaron en la casa de Catalina.”
Un gráfico obtenido del análisis de sectorización elaborado por la DAJUDECO, que ilustra esta nota y es parte de la causa, demuestra la actividad de los celulares del marino Pérez y Victoria Caillava en el rango horario abarcado entre las 14:50 y las 15:35 horas, con once llamadas distintas.
Caillava, precisamente, llama a la Policía de Corrientes a las 15:37, tras la última charla con su marido. Las pericias de la Policía Federal a las manchas rojizas en la Ford Ranger de Pérez fueron inconclusivas: no pudieron confirmar que fuesen de la sangre de Loan, tampoco lo descartaron.
La Policía de Corrientes, insólitamente, llegó cerca de las 18 de aquel 13 de junio. Y así comenzó todo. De cien testigos que declararon, ninguno habló de un rastro de Loan: solo Laudelina, acusada de plantar el botín de Loan en el barro, mientras le dejaban agua en el campo al chico supuestamente perdido.
Antonio Benítez, marido de Laudelina, es otro fuertemente complicado:
“Benítez fue la última persona adulta que estuvo con el niño, que exhibió contradicciones cuando se refirió a los momentos en que habría dejado de verlo, en un caso cuando le pasó una naranja pelada y en otro mientras estaba con los sobrinos de Ramírez y Millapi, como así también inconsistencias respecto al motivo de la duración de la primera llamada que mantuvo con Laudelina, con posterioridad a la desaparición del menor de edad”, razonaron los fiscales
“Fue también Benítez quien, al poco tiempo del suceso, se retiró de las inmediaciones del naranjal y regresó a la casa de Catalina alrededor de las 18.00 horas, sin remera puesta y visiblemente agitado o acalorado”, siguieron. La remera que vestía en el almuerzo de la abuela Catalina nunca se encontró, tampoco el cuchillo para pelar naranjas.