El juez penal Héctor Gabriel Candioti dio a conocer por escrito, los fundamentos por los cuales el miércoles por la noche ordenó la prisión preventiva para uno y la libertad para otro de los implicados en dos robos ocurridos en el country Altos de la Ribera, en febrero pasado.
La resolución, que fue notificada a las partes este jueves por la mañana, da cuenta de una serie de circunstancias que llevaron a las fiscales María Lucila Nuzzo y María Gabriela Arri a orientar la investigación.
Un llamado telefónico al 911 primero y una ampliación posterior en sede del Ministerio Público de la Acusación, donde la declarante adquirió calidad de "testigo protegido", permitió abrir camino en lo que se presenta como una verdadera "banda de profesionales", tal como la catalogaron las fiscales durante la audiencia imputativa del viernes pasado.
La testigo aportó lugares, nombres y circunstancias que refieren especialmente a uno de los robos, donde los asaltantes se llevaron del barrio cerrado de Santo Tomé una caja fuerte no empotrada con una importante suma de dinero en dólares y pesos, además de un arma de fuego, un reloj Rolex Presidente de oro, alhajas y documentación a nombre de las víctimas.
Videos y fotos
Además, ofreció como evidencia, un video en el que se ve la caja fuerte con algunos de los objetos sustraídos; y una foto del Rolex en la mano tatuada de uno de los imputados. En ambos casos las imágenes fueron vistas por la víctima, que reconoció como propias las cosas.
Con todos esos datos en proceso, la fiscalía solicitó al Colegio de Jueces Penales de Santa Fe una serie de allanamientos, que comenzaron el 8 de marzo con las detenciones de Damián Alejandro Barrionuevo, en una vivienda del barrio Nueva Esperanza; y del ingeniero Germán Darío B. en Pro Adelanto Barranquitas. Luego fue apresado uno de los empleados de la agencia de seguridad privada, el cual recuperó la libertad en forma temprana el pasado miércoles, con acuerdo de fiscalía y defensa.
Ahora bien, si tantas eran las evidencias en contra de los acusados, por qué uno de ellos recuperó la libertad bajo alternativas.
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Archivo El Litoral Tras cinco horas de audiencia, el juez Héctor Gabriel Candioti ordenó la preventiva para Damián Barrionuevo y la libertad para el ingeniero.
Fundamentos
La respuesta está contenida en la resolución del juez Candioti, que diferenció a Barrionuevo -un ex convicto con antecedentes penales y declaración de reincidencia-, del ingeniero Germán Darío B., nuevo en el ámbito del delito, es decir, que no cuenta con antecedentes penales y el magistrado consideró que existían otros caminos menos gravosos para asegurar su vinculación al proceso. Por ello, fijó una fianza de $ 4.000.000 y reglas de conducta que el imputado deberá cumplir mientras avanza la investigación.
Además, el juez Candioti no dio por acreditado el carácter de organizadores del delito de asociación ilícita, sino que -al menos en esta instancia del proceso- los consideró miembros, por lo tanto, en caso de ser condenados, las penas podrían ser de cumplimiento condicional, según explicó el juez.
Sábanas, autos y una llave
Para reforzar la versión de la testigo clave, la fiscalía dijo durante la audiencia que en el allanamiento de la casa de Barrionuevo se secuestraron las sábanas con motivos infantiles que se podían apreciar en el video de la caja fuerte, justamente sobre una cama.
También hizo hincapié en el secuestro de un auto Toyota Corolla -el mismo que señaló la testigo- y reiteró que la banda se movilizaba en al menos cinco vehículos, los cuales descartaba apenas tenían sospechas que podían ser descubiertos. Uno de ellos fue abandonado el mes pasado en la ruta provincial Nº 1, en zona de la costa.
La referencia a una caja de seguridad en una agencia de cambio local también centró las sospechas sobre el ingeniero, que al momento de ser allanado se descubrió que entre sus pertenencias tenía la llave de la caja Nº 75, donde no se hallaron objetos robados en el country, aunque no se descarta que sean de otro atraco.
Ametralladora
Un dato que no pasó inadvertido, fue el hallazgo de una pistola ametralladora en poder del ingeniero. Ocurrió durante el último de los allanamientos informados, en una fábrica o depósito ubicado en Pedro Centeno al 3000, que alquila el ingeniero y que -según la fiscalía– era utilizado como pantalla para guardar las herramientas de corte empleadas para los golpes y los botines. En dicho lugar "se secuestró una mochila con una pistola Tanfoglio con 76 municiones y una ametralladora 9mm. , amoladoras, herramientas de corte, tubos de gas y varillas de corte de hierro", señaló el juez.
El documento judicial también hace referencia a los impactos de antenas de celulares que ubican a Barrionuevo no sólo en la zona del country cuando ocurrió uno de los golpes, sino también en Rosario en las inmediaciones de una joyería a la que pretendieron ingresar en febrero, y dos miembros de la banda fueron apresados.
Se trata del chileno Mirko Fuentes Olave, con pedido de captura -recuperó la libertad bajo fianza hace cuatro semanas en Rosario-; y del cañadense Ezequiel Bárcenas, quien tras su detención fue extraditado a Cañada de Gómez donde se le atribuyeron una decena de hechos de robo por los cuales permanece con prisión preventiva. Además, un tal "Mario", también de nacionalidad chilena, sería otro integrante de la empresa criminal, cuya identidad todavía no pudo establecerse.
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Archivo El Litoral Imagen ilustrativa
Sólo miembros
Con todos esos elementos la fiscalía insistió en la necesidad de que tanto Barrionuevo como el ingeniero permanezcan privados de la libertad. Sin embargo, los planteos defensivos, a cargo de los abogados Sebastián Oroño y Sergio Martín (por Germán B.) y Angelo Rossini y Sebastián Gervasoni (por Barrionuevo), inclinaron al magistrado a concederle la libertad bajo alternativas al primero.
Aunque justificó "la probable autoría de ambos imputados en los hecho investigado", el juez Candioti dijo que "no es correcto atribuir el carácter de organizadores de la asociación ilícita a Barrionuevo y B., ya que tal como lo pusieran de resalto las defensas, ambos imputados tuvieron intervenidos sus teléfonos, no habiéndose registrado llamada alguna que tenga relación con maniobras relacionadas a tareas organizativas de la asociación, ni tampoco del cotejo de los mensajes de Whatsapp y de texto de los celulares de Barrionuevo y B. tampoco se advirtieron mensajes en lo que se vislumbre alguna organización o gerenciamiento de planes delictivos".
Y destacó como "única excepción" una comunicación "en la que se reclamaba un 'par de aritos', lo que no condice con los golpes de gran magnitud que se habían perpetrado".