Durante largo rato de la tarde del jueves, un sector de barrio Centenario estuvo en vilo.
Son conocidos "personajes" que han tenido incontables tropezones con la ley. Sin embargo gozan de libertad.
Durante largo rato de la tarde del jueves, un sector de barrio Centenario estuvo en vilo.
Todo comenzó en la plaza central de la manzana 11, del complejo Fonavi del citado barrio.
Fue allí donde un temerario sujeto sacó a relucir un arma de fuego y amenazó con matar a tiros a otro individuo, que intentaba darse a la fuga.
El "pistolero" en cuestión es un joven apodado "Chuki", el que pese a su corta edad ya conoce varias de las comisarías de la ciudad por sus distintas andanzas.
Con la urgencia del caso salió para el lugar el jefe de la subcomisaría 1ra, acompañado por dos agentes.
Ni bien llegaron los oficiales constataron que el tal "Chuki" estaba armado y al ver a los uniformados comenzó a caminar hacia atrás, en señal de retirada.
Pero en simultáneo con esta situación casi medio centenar de personas comenzaron a rodear a los policías, mientras le indicaban al revoltoso que diera por terminada su acción. "Ya está Chuki… terminala y andate", le decían.
Lo peor sucedió cuando los policías le ordenaron al malviviente que arrojara el arma y se quede en el lugar.
Policías rodeados
Lejos de acatar la orden Chuki siguió en la suya. Fue entonces cuando la multitud decidió ir por más y varios comenzaron increpar a los actuantes para que ellos se vayan del lugar.
No conformes con lo hecho hasta allí comenzaron a arrojar piedras y otros elementos contundentes hacia los uniformados, y hasta se efectuaron varios disparos que partieron desde la multitud.
En ese contexto se escucharon expresiones tales como "dale 'Bocucha', dale 'Homero'… quemalos a estos vigis".
Acorrolados y superados en número, y para evitar males mayores, los policías optaron por replegarse.
Fue así como uno de esos disparos impactó en la puerta delantera derecha (la del acompañante) de un Renault Logan, gris oscuro, que estaba estacionado.
Solo por fortuna no hubo que lamentar una desgracia mayúscula ya que al momento de efectuar los disparos la plaza del complejo estaba repleta de personas.
No obstante el jefe de la dependencia policial resultó lesionado por un piedrazo que lo impactó en su rostro, motivo por el cual debió ser trasladado hasta el hospital Cullen donde se le diagnosticó una herida sobre su ojo izquierdo.
De todo lo acontecido fue informado el fiscal en turno quien ordenó se inicien actuaciones por los delitos de "Abuso de armas y lesiones calificadas dolosas contra personal policial".