"Todavía no sé cómo estoy viva", el relato de la mujer revolcada en barrio Constituyentes
La joven aun permanece conmocionada por lo ocurrido. Muy agradecida con los vecinos que la ayudaron. No así con los automovilistas, los cuales ninguno detuvo marcha.
"Yo no tuve noción de lo que había pasado hasta que vi los videos. Recién ahí me di cuenta de todo. La verdad que no sé cómo estoy viva", dice Magalí (26) sin dudar mientras repasa las imágenes del cruento asalto que la tuvo como protagonista la tarde del miércoles en las calles de barrio Constituyentes.
El miércoles 24 de noviembre del 2021 no será una fecha más para ella. Quedará como el día en que la muerte rozó su cara y que, solo por un guiño del destino, le significó volver a nacer.
Pese a la gravedad de lo ocurrido a Magalí se la nota serena. No hay dudas que esta mujer, que es madre soltera de un niño de 9 años y se desempeña como cajera en un supermercado de la recoleta santafesina, tiene un temple especial.
"No lo ví venir"
"Todo pasó cuando yo iba hacia mi trabajo. Eran cerca de las 15.45 y yo circulaba por Santiago del Estero de manera normal, como todos los días. Hago siempre el mismo recorrido. Pero a este tipo no lo ví venir", recordó Magalí en diálogo con El Litoral.
"De pronto siento que me tironean la mochila lo que me hace derrapar y caer al suelo. El tipo siguió andando pero como no me pudo sacar la mochila, dejó la moto en la esquina y vuelve. Yo veo mi teléfono tirado en la calle y lo quiero agarrar. Pero en eso el ladrón viene corriendo y me da una patada muy fuerte en el pecho que me tira para atrás. El ahí aprovechó y me roba el teléfono y otras pertenencias", agregó.
Gentileza
Foto: Gentileza
Solidaridad e indiferencia
Como en todo hecho extremo de la vida, el caso dejó expuestos actitudes solidarias y conductas miserables.
"Estoy muy agradecida con los vecinos de la zona. Ellos me asistieron porque yo estaba en schok total. No me acordaba de nada y no podía entender lo que pasado. Me trajeron una silla, me dieron agua y me tranquilizaron. Ellos se ocupan de llamar a mi familia. Todo lo contrario a lo que hicieron muchos automovilistas que pasaban, miraban y seguían de largo. Ni uno solo se bajó para ayudarme. Una vergüenza", remarcó víctima.
"Doy gracias a Dios que puedo contar lo que me pasó. Después de caer de la moto y de semejante patada que recibí en el pecho, no sé como no mató. Cuando pude ordenar mi cabeza sentí miedo... lo primero que pensé fue en mi hijo chiquito".
Respecto a las consecuencias físicas que le dejó el asalto, Magali precisó que "tengo las rodillas en carne vida. Mi pie izquierdo tiene un traumatismo importante al igual que mi mano izquierda que no puedo mover. Además tengo raspones y pelones por todo el cuerpo. Y en el pecho me quedó la marca de la patata que me dio el delincuente".
"He tenido experiencias nefastas; me robaron varias veces al bajar del colectivo. Fue por eso que me compré la moto. Pero se ve que no dio resultado. Una no está segura en ningún lado", sentenció.