Juan Manuel Peratitis
Al mediodía de este sábado, Prefectura Naval sigue rastreando la zona donde este viernes por la noche naufragó una embarcación, a la altura de la isla que está a unos cien metros de distancia de la costanera de la ciudad. Un pescador fue fundamental para que el bebé rescatado siguiera con vida.
Juan Manuel Peratitis
Continúa la búsqueda de Miguel Morales, el hombre desaparecido en la noche del viernes luego de que una embarcación se diera vuelta en la isla que está enfrente de la costanera de Coronda con 11 personas a bordo.
Cerca del mediodía de este sábado todavía no había novedades y Prefectura Naval posicionó su búsqueda en la circunscripción del lugar donde se dio vuelta la embarcación. En este momento hay personal rastreando un brazo del Río, dentro de la zona de islotes.
Esta dramática situación contó con la acción de vecinos, que alertados por los gritos que venían desde la isla y el río, reaccionaron de inmediato.
Juan Ñañe es un vecino de Barrio La Cuarta y pescador como muchos de su familia. Escuchó a los vecinos, él mismo oyó los gritos y no dudó en intervenir. “Estaba en mi casa, pedían auxilio del otro lado de la isla. Agarro la lancha, me voy a pala, remando, había gente, la embarcación se le había ido a pique. Asistí al bebé de dos añitos que estaba del otro lado de la barranca”.
Luego, el hombre explicó a El Litoral que “lo traje, se lo di a Prefectura, me fui a buscar otra gente, que no tenía salvavidas, era de noche, los traje, salí a buscar las pertenencias que se le fueron a pique, la lancha se hundió y no encontramos al hombre que sigue desaparecido”.
En cuanto a la causa del naufragio, Ñañe contó que “el chico me dijo que había mucho peso, ya habían salido así. Era un casco tipo Río Grande, un estilo piraguón, bajito” y agregó: “los vecinos empezaron a gritar, me acerqué y las personas estaban del otro lado. Un hombre me hizo señas de que había una señora con un nenito. Le dije que le hiciera respiración boca a boca y luego llegué, fue un momento desesperante”.
En tanto, otra vecina, María Elena, que caminaba con tres niños por la costa en momentos en los que no había nadie porque el viento y la temperatura baja no daban pie a un paseo por allí, y un empleado penitenciario que había salido a pasear a su perra, también oyeron los gritos, corrieron a buscar a los efectivos de Prefectura cuya delegación está a 4 cuadras del punto costero enfrentado al escenario de la tragedia y a partir de allí se puso en movimiento el operativo.