La localidad de Melincué vivió en la tarde del miércoles un hecho sin precedentes en la región, cuando un hombre intentó matar a su ex pareja, y luego tras dos horas de negociación con la fiscal y la policía se quitó la vida de un disparo.
Ocurrió en la jornada del miércoles. La mujer sufrió cuatro puñaladas, una le perforó el pulmón. El hombre huyó a un campo, donde fue acorralado.
La localidad de Melincué vivió en la tarde del miércoles un hecho sin precedentes en la región, cuando un hombre intentó matar a su ex pareja, y luego tras dos horas de negociación con la fiscal y la policía se quitó la vida de un disparo.
La víctima, M.E.A. recibió cuatro puñaladas, una de ellas le perforó el pulmón y fue internada en forma urgente. En tanto, el hombre no resistió el disparo en la cabeza.
Según los primeros datos a los que accedió El Litoral, todo comenzó cerca de las 6:30 horas del miércoles cuando J. A.G se dirigió a la casa de su ex pareja y le propinó cuatro puñaladas, la más grave fue bajo la axila, ocasionándole una lesión en el pulmón con riesgo de muerte.
El hombre se dio a la fuga y los investigadores, por un lado, conservaron la escena del hecho y, por otro, avanzaron en la pista de que se habría dirigido al campo donde trabaja, ubicado en el mismo distrito.
Rápidamente el Juzgado en lo Penal de la 3° Circunscripción emitió una orden de allanamiento con el objetivo de detener a J. A.G.
Cuando los agentes llegaron al establecimiento rural en cuestión, traspasaron la tranquera y llegaron hasta el casco. En ese momento observan al sospechoso que iba caminando con un perro a la par. Al percatarse de la presencia policial el sujeto se escondió entre una arboleda, para luego salir del lugar y continuar caminando.
Los uniformados le solicitaron que detenga la marcha, J. A.G sacó un revólver y comenzó a apuntarse en la cabeza, dejando en claro que se iba a quitar la vida.
La situación se estaba saliendo de control, y los dos policías decidieron pedir refuerzos y al mismo tiempo convocar a la fiscal Susana Pepino.
La referente del Ministerio Público de la Acusación se puso al frente de la negociación, pero el hombre no deponía la actitud. Para descomprimir y revertir la situación, lograron que se comunique telefónicamente un familiar, pero los resultados no fueron los esperados.
Luego de dos horas de negociación, deciden tejer una estrategia para desactivar el escenario de conflicto y accionar rápidamente. En un momento en que Galli bajó el arma, los agentes le dispararon con balas anti tumulto en las piernas, para luego intentar abalanzarse sobre su cuerpo.
Las cosas no salieron tal cual fueron planeadas, y el hombre rápidamente levantó el arma y se gatilló.
Fue asistido por médicos que estaban en el lugar y trasladado en una ambulancia, pero el cuadro era irreversible y ya no tenía signos vitales.