A 12 años del hallazgo de los cadáveres baleados de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina en un zanjón de General Rodríguez, las familias de dos de las víctimas creen que el triple crimen fue una "traición" de parte de mexicanos y personas de "confianza" de la última de ellas, que se dedicaba a la importación y exportación de efedrina.
En tanto, Diego Ferrón, hermano de Damián, afirmó hoy que de un dolor como el que provocó un hecho como ése no se vuelve nunca y que el crimen de su hermano se parece a un viaje sin retorno, al tiempo que se mostró satisfecho con los avances de la causa, aunque ésta parezca interminable.
El expediente está actualmente en manos de la jueza federal María Servini, quien, a su vez, en forma conexa investiga en una causa paralela el tráfico de efedrina.De hecho, el año pasado la magistrada procesó a 12 personas, algunas de las cuales tenían vínculos con las tres víctimas del triple crimen de General Rodríguez, como acusadas del abastecimiento de miles de kilos de efedrina al narcotráfico mexicano.
En ese fallo de 416 páginas al que accedió Télam, la jueza sostuvo que los homicidios de Forza, Ferrón y Bina poseen una estrecha e inequívoca vinculación con el tráfico efedrina.
Por ello es que la familia Ferrón, como la de Bina, esperan que a partir de esa causa, que ya fue elevada a juicio oral, se pueda llegar a los autores intelectuales del triple crimen, ya que por ese caso los hermanos Cristian y Martín Lanatta y los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci fueron condenados a prisión perpetua pero como autores materiales.
Respecto de los procesados por tráfico de efedrina, Alejandro Sánchez Kalbermatten, abogado de la familia Bina, explicó hoy a Télam que ellos habían sindicado a esas personas como responsables de la traición y la emboscada que luego derivó en la privación ilegal de la libertad y la muerte.
El letrado afirmó que al menos tres de esos procesados por tráfico de efedrina formaban parte del entorno más cercano de los mexicanos y de Bina, y fueron quienes lo traicionaron, a pesar de que él era una persona de su confianza.
Según Kalbermatten, estos tres imputados junto a Bina se dedicaban a la importación de efedrina desde China, vía India.
Mientras que la jueza Servini indicó en su fallo que era el mexicano Rodrigo Pozas Iturbe (condenado por otro caso de narcotráfico y también procesado por ella) quien proveía a Bina de esa sustancia que, luego, era enviada por encomienda, en potes de polvo de helado y suplementos dietarios, a México y Guatemala.
El crimen de a poco se va esclareciendo aunque faltan policías que intervinieron con los Lanatta y los Schillaci, por la privación ilegal de la libertad, el enfriamiento de los cuerpos, toda la dinámica y la logística llevada adelante no se hizo con cuatro personas sino con catorce o quince, entre autores materiales e intelectuales, dijo Kalbermatten.