Este miércoles se realizaron los alegatos finales en el juicio por el transfemicidio de la referente santafesina Alejandra Ironici, durante los cuales el bloque acusador sostuvo su pedido de condena a prisión perpetua mientras que la defensa del acusado solicitó la aplicación de una pena temporal.
El tribunal de juicio, conformado por los Dres. Pablo Busaniche -presidente- y Sebastián Szeifert y la Dra. Susana Luna, dará a conocer su veredicto el viernes por la mañana. Héctor Damián Barrero confesó el crimen al comienzo del juicio, pero se desligó del delito sexual por el que fue acusado y espera ser absuelto por el mismo.
La acusación que pesa sobre el hombre de 33 años es la de "transfemicidio, también agravado por el vínculo y por violencia de género" y "abuso sexual con acceso carnal", cuya víctima fue la referente travesti trans Alejandra Ironici.
Una imagen de "odio, saña y desprecio"
La primera en exponer fue la fiscal que dirigió la investigación, Alejandra Del Río Ayala, quien repasó la prueba producida durante el debate y señaló que más allá de la confesión de Barrero, el crimen fue probado.
La fiscalía y las querellas esperan la condena máxima. Créditos: Flavio Raina
"La noche del 20 de agosto de 2022 Alejandra y quien era su pareja, el acusado, fueron a cenar a la casa de una pareja amiga", señaló. "Entre la 1 y las 2 de la mañana del 21 se fueron" y para las 3 de la mañana ya se encontraban en la casa de ella, en la que convivían, más precisamente en el dormitorio. Allí "la golpeó, la violó y la asesinó" de 46 cuchillazos. Luego, "se lavó las manos, limpió el arma, tomó el auto junto con otras pertenencias de ella y abandonó el lugar".
"No conforme con ello, volvió entre media mañana y el mediodía, con el claro objetivo de deshacerse del cuerpo y no dejar rastros de su accionar", sin embargo, "con lo que no contaba es con que luego de prenderle fuego en los glúteos, por estar todas las aberturas de la habitación cerradas, al cerrar la puerta el fuego se auto extinguió", explicó.
Durante todo el día, "para no levantar sospechas, manipuló el teléfono de Alejandra", lo que hizo que el sobrino de ella, que también vivía en esa casa, no se diera cuenta de lo ocurrido hasta la noche, cuando sintió olor a quemado que provenía de la habitación de su tía.
Fue tal su estado de shock, que primero pensó que había muerto por el fuego, sin percatarse en "esa imagen que sin duda demostraba el odio, la saña, el desprecio con el que la asesinó Barrero".
Se lo empezó a buscar esa noche, y lo encontraron recién pasadas las 8 de la mañana del lunes 22 de agosto, en la casa de una trabajadora sexual con la que había concertado un pase sexual. Hasta allí había llegado en el auto de Alejandra, con las mismas zapatillas que usó mientras la mató.
"Estaba en consumo"
Barrero volvió a declarar, como hizo al comienzo del debate, y reconoció nuevamente el crimen. Dijo que previo a asesinar a Alejandra consumió estupefacientes, tomaron cerveza y estuvieron juntos. "No sé por qué lo hice, yo estaba en consumo", dijo entre lágrimas.
El defensor público Nicolás Mosconi señaló que los dichos de su pupilo, "más que una confesión, fueron un intento de expiación. 'Vengo a hacerme cargo', eso fue lo que declaró". A esto, agregó que "no se acuerda cómo fue".
Los jueces darán lectura a su veredicto este viernes 22 de marzo a las 9 de la mañana. Créditos: Flavio Raina
"Hay algo que creo que nadie puede controvertir, la condición de Barrero como una persona enferma", el representante de la Fundación Renacer que declaró "lo calificó como una persona enferma terminal severa". Por esto, el abogado solicitó al tribunal que incorpore una perspectiva en salud mental a la hora de resolver.
"La defensa no está en condiciones de sostener que el imputado, al momento de cometer el hecho, se haya encontrado en un estado de absoluta falta de conciencia", pero sí en "una especial situación de vulnerabilidad extraordinaria".
En esa línea, solicitó que si bien la pena en expectativa es de prisión perpetua, se considere la posibilidad de perforar el mínimo y aplicar una pena temporal. Además, pidió la absolución por el delito de abuso ya que, según sostuvo, no fue probado con el grado de certeza requerido.
Tenía "plena consciencia"
Si bien Barrero tenía problemas de adicción, algo que no fue cuestionado por las acusadoras, "muy lejos estamos de poder establecer que haya consumido previo al hecho como un justificante de lo que hizo", sostuvo Del Río Ayala.
"Aquí de arranque estamos hablando de un caso de violencia de género, motivado en odio a la identidad de una mujer trans", explicó, y destacó que "la violencia de género no se produce por alteraciones en la persona, sino por prejuicios, preconceptos y estereotipos".
Además, la fiscal hizo énfasis en que Barrero fue adicto desde su adolescencia y que antes de Ironici tuvo tres parejas cisgénero con las cuales convivió y tuvo hijos, y jamás ejerció violencia de genero sobre ellas. "Esto me permite afirmar con certeza que la violencia impresa en el cuerpo de Alejandra no fue más que motivada en odio a su identidad, a quien ella era y a lo que representaba"
Para la fiscalía esta "plena conciencia" con la que actuó se evidencia en lo que hizo después del crimen: "se fue, volvió horas después y la prendió fuego, manipuló el teléfono de la víctima, limpió y guardó la cuchilla en el cajón de la cocina. Luego, con el mayor de los desprecios, con la mayor de las indiferencias, dio vueltas por la ciudad y terminó consumiendo cocaína y concertando un pase sexual".
Para "reafirmar su masculinidad"
"La confesión de Barrero resulta insuficiente, porque lo que caracteriza a este proceso es poder entender, principalmente, por qué mató a Alejandra Ironici", sostuvieron las querellantes Vivian Galeano y Laura Gerard, representantes de la hermana de la víctima.
"Alejandra era una expresión de identidad en sí misma y su muerte fue un mensaje de desprecio, de odio, de necesidad de reafirmar la masculinidad de Barrero". A él, "lo único que le importa, le preocupa y le interesa es reafirmar su masculinidad, una masculinidad en una concepción estereotipada y binaria".
Es por esto que "no tuvo problemas en reconocer que asesinó de esa manera a Alejandra, no tuvo inconvenientes en admitir que le asestó 46 puñaladas con un cuchillo de carnicero y que luego le incendió los glúteos. La única controversia para él pasa por negar el abuso sexual, por acentuar su hombría".
Por esto es que "la ocultaba, no la incluía en su vida social", y también por esto es que "horas después de matarla no dudó en contratar a una trabajadora sexual pidiéndole que le haga el novio", expusieron las querellantes. "La identidad de Alejandra lo expone, lo exponía, lo ponía nervioso, le molestaba. Era algo que no podía tolerar. No quería que se sepa que él era pareja de una mujer orgullosamente trans".
En ese marco de desprecio, odio y violencia psicológica y emocional, de machismo, se inscribía la relación. Y es por este contexto, que Alejandra le perdonaba todo, "pese a que su entorno se lo decía y ella misma lo sabía". Es por esto que "es importante saber quién era ella, porque había podido cumplir casi todos sus sueños, pero anhelaba con todo su corazón formar una familia. Tenía miedo de morir en soledad y por eso perdonaba, por eso aguantaba, por esa vulnerabilidad que le daba su identidad", destacó Galeano.
Es que "pese a haber sido una mujer trans reconocida y con muchos logros, su identidad, su lucha y las consecuencias que se padecen por pertenecer a ese colectivo no dejaban de hacerla vulnerable. Sentir que las ocultan, que las discriminan, que se avergüenzan de ellas, que las miden por sus valores materiales, impide generar vínculos sinceros y genuinos".
"Esa vulnerabilidad es lo que la convirtió, y las convierte, en personas desprotegidas, con riesgo de que las maten", y esto fue exactamente "lo que demostró Barrero".
Travesticidio social
Lo atravesado por la víctima "debe anclarse a una realidad social que hoy denominamos travesticidio social", explicó la fiscalía. Una testigo "lo definió como el entramado de deudas del Estado para con la comunidad travesti trans".
Del Río Ayala nombró algunas de estas, como la corta expectativa de vida, el "saber que nadie nace discriminando sino que se aprende, con lo cual tenemos toda una sociedad que aprende desde que nace hasta que se muere a discriminar a estas personas", la invisibilización de las niñeces trans, el relegar a estas personas al trabajo sexual y la prostitución, la respuesta hostil de sus entornos cuando quieren ejercer sus derechos y "que sus muertes se produzcan por asesinatos extremadamente violentos o por falta de políticas publicas".
En esta misma línea, las querellantes Sofía Basso y Marcela Mansini, en representación de la Asociación de Abogadas Translesbofeministas y la Asociación Civil para las Políticas Públicas LGBT, sostuvieron que "la pérdida de Alejandra fue una pérdida colectiva, y por eso la reparación de la sentencia tiene que ser colectiva".
Solicitaron al tribunal de juicio que, además de condenar a Barrero a prisión perpetua, ordenen medidas reparatorias de no repetición, como una forma de garantizar los derechos humanos de las personas travestis y trans, para evitar que las sigan matando:
Que se recomiende al Poder Legislativo la declaración de emergencia social en violencia hacia las personas travestis y trans.
Que se exhorte a los tres poderes del Estado Provincial de forma urgente a dar cumplimiento a la Ley 13.902, de inserción y estabilidad laboral de personas travestis, transexuales y transgenero, promoviendo su contratación y empleo en el sector público y privado
Que se solicite al Poder Legislativo la aprobación de los proyectos de Ley Integral Trans, y al Poder Ejecutivo la inmediata puesta en marcha de la Ley de Reparación Histórica para Personas Travestis y Trans.
Que se inste al Poder Ejecutivo y al Legislativo a diseñar e implementar políticas públicas concretas para dar respuestas al problema habitacional que viven las personas trans.
Que se imponga al Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad o al organismo que se haya conformado en su reemplazo, dentro del plazo de un año, efectuar un diagnóstico del contexto de violencia que enfrentan las personas trans y crear un programa de acceso a la justicia y asistencia a su comunidad.