Un santafesino quedó preso por haber participado de un millonario robo en San Javier. Dijo que es remisero en un intento por explicar su presencia en la ciudad costera, y que consume aceite de cannabis para justificar los estupefacientes hallados en su vivienda.
Se trata de Gerardo Gabriel Gambini, de 51 años, quien este lunes quedó en prisión preventiva por orden del juez penal Nicolás Falkenberg.
Los fiscales Francisco Cecchini y Guillermo Persello le atribuyeron haber formado parte de la banda que el 7 de mayo ingresó a la casa de un operador de turismo sanjavierino y se llevó U$D 32.000, € 10.000 y $ 100.000, junto a una pistola 9mm.
Además, le imputó la tenencia ilegal de una escopeta y la tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, ambos delitos surgidos de lo hallado en su vivienda de barrio Sayago, en Santa Fe.
El juez Nicolás Falkenberg dispuso la prisión preventiva sin plazos para Gambini.
Millonario robo
El escruche en la casa de Rivadavia al 1600 de San Javier ocurrió la mañana del 7 de mayo, cuando el dueño de casa salió. Un reducido grupo de delincuentes ingresó por la puerta de la cocina y se llevó, de dentro de un placard y una caja fuerte, dinero en moneda extranjera y local, además de una pistola calibre 9 mm marca Parabellum.
Los hermanos Juan Marcelo B. y María Laura B. fueron los primeros detenidos por el hecho. Les atribuyeron la coautoría y participación necesaria -respectivamente- del robo, tras lo cual recuperaron su libertad bajo medidas alternativas a la prisión preventiva. Entre estas, se fijó una fianza de $ 15.000.000 para el hombre.
Una pieza fundamental para la investigación fueron los registros de la cámara de seguridad instalada en el frente de la vivienda. Se observó la presencia de al menos dos vehículos en las inmediaciones del lugar. Uno era el Honda Fit de María Laura B., el otro un Chevrolet Agile cuya patente no se podía ver.
La cámara de seguridad, clave para los investigadores.
La PDI San Javier encontró al auto, acompañado del Honda Fit, en las grabaciones de las cámaras de la estación de YPF de la ciudad. También apareció en una cámara ubicada en Helvecia, que lo registró viajando de Santa Fe a San Javier ese mismo 7 de mayo. De allí se pudo obtener la patente.
El Chevrolet fue vendido dos veces en lo que va del 2024, sin que las operaciones fueran registradas, por lo que dar con Gambini requirió de varios días. El 30 de mayo los agentes encontraron al auto estacionado, le sacaron fotos al vehículo y al conductor y lo siguieron.
Luego lo encontraron estacionado frente a la casa de Gambini, en barrio Sayago, y observaron al hombre caminando por la vereda. Estaba usando la misma campera que usó el día del robo. Tras verlo ingresar a una vivienda, informaron al fiscal, quien solicitó orden judicial para allanar el lugar.
El procedimiento se llevó a cabo el 2 de junio. Allí, además de detener a Gambini, encontraron que tenía bajo su poder un arma de fuego tipo escopeta de un caño calibre 16, marca Invicta, la cual es apta para efectuar disparos.
En diferentes lugares de la vivienda, los agentes de la PDI hallaron cinco papeles satinados con cocaína y un plato, una tarjeta de débito y una blister vacío, todos con vestigios de cocaína.
También había una caja de madera con 231 gramos de marihuana prensada, una bolsa con 44 gramos de hojas secas de cannabis, tres cajas de cartón que contenían alrededor de 850 gramos de marihuana, nueve gajos secos de la misma planta (de entre uno y dos metros), y tres plantas de cannabis.
Todo fue secuestrado, junto a papeles satinados, recortes y sobres cerrados de papel satinado vacíos, una balanza de precisión marca SF 400, un posnet digital marca Point Smart de Mercado Pago y una bolsa con 36 gramos aproximadamente de una sustancia blanco tipo polvo.
Tras imputarlo, este lunes Cecchini pidió la prisión preventiva. El abogado Héctor Tallarico cuestionó la calificación de “robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda”, señalando que se trató de un hurto. También criticó que el allanamiento no hubiera sido filmado, poniendo en tela de juicio el accionar policial.
Por su parte, su cliente decidió declarar. Dijo que es remisero, que ese día fue a San Javier a llevar a un hombre y que no conocía ni la ciudad ni al pasajero. Sólo refirió que en otra oportunidad fue contratado por la misma persona, a quien trasladó a ver al Padre Ignacio.
No se refirió a la presencia de cocaína en su vivienda, pero sí a la marihuana: “La uso como aceite porque soy diabético. Dejé de tomar insulina”. Sobre esto, el fiscal indicó que “no se encontró ningún elemento que indique la fabricación de aceite de cannabis”.
“La investigación está incompleta, faltan elementos”, sostuvo Tallarico, que solicitó la libertad de Gambini bajo medidas alternativas.
Prisión
El juez Falkenberg le dió la razón a la defensa respecto a la calificación legal, señalando que se trató de un “hurto agravado”. Respecto a los otros delitos, los dio por acreditados.
Debido a que Gambini registra un antecedente condenatorio, el magistrado explicó que de ser nuevamente condenado no podrá acceder al beneficio del cumplimiento condicional, y aclaró que la pena en expectativa tiene un mínimo de 4 años de prisión.
Falkenberg consideró que las alternativas propuestas por la defensa no serían suficientes para mitigar los peligros de fuga y entorpecimiento probatorio, sobre todo teniendo en cuenta que aún resta identificar y detener a al menos un coautor más. Por esto, dispuso la prisión preventiva sin plazos para Gambini.