Danilo Chiapello | dchiapello@ellitoral.com
A 8 años del crimen de Marianela (todavía impune) su madre reflexiona: “La lucha es mi medio de supervivencia”.
Danilo Chiapello | dchiapello@ellitoral.com
Dicen que el tiempo todo lo cura, pero eso no es tan así. Porque los años pasan y el dolor sigue allí... intacto y lacerante como el primer día.
Es 3 de mayo y Graciela Brondino se dispone para afrontar el octavo aniversario de la muerte de su hija, Marianela.
Ocho años de un verdadero calvario. Pero que no pudo llevarse el espíritu de lucha de esta mujer que sigue dando batalla a la impunidad.
Revivir lo peor
La verdad es que en esta fecha tengo sentimientos encontrados, porque uno vuelve a revivir absolutamente todo. Desde el momento en que la atacaron; los cinco días de terror en el hospital Cullen; cuando nos llamaron para decirnos que no había esperanzas; el momento en que nos dijeron que había muerto; en fin... todo es terrible”, dice Graciela en diálogo con El Litoral.
“Pero bueno, a medida que pasa el tiempo uno aprende a convivir con todo esto. Y tuve que hacerme fuerte. Aprender a deambular por los pasillos oficiales. Golpear centenares de puertas. Rogar en los despachos para ser escuchada”, agregó.
Lúcida y comprometida, Graciela repasa todo lo que tuvo que hacer para que el expediente no sea archivado.
Lucha sanadora
“Tuve que empujar el caso muchas veces sola. Ir a hablar con el juez, con el fiscal, con los funcionarios. Yo misma tuve que localizar a testigos. De un día para el otro me convertí en investigadora, en ‘abogada’, hice de todo... Y es una batalla en cierto sentido sanadora, porque esa lucha es mi medio de supervivencia. Es el motor de mi vida”, destacó.
“Por eso siento que en todo este tiempo se ha logrado algo importante, y es que el caso de Marianela sigue vigente. Y eso es por mi lucha en todos los frentes; en la justicia, con los legisladores, con los ministros; logré que salga la ley de recompensa al testigo. Así y todo siento que aun no es suficiente”, reflexionó.
En otra parte, la madre de Marianela trazó una analogía con la cadena perpetua.
“Viste que mucha gente opina que la cadena perpetua no existe. Bueno, yo opino distinto. Para mí la cadena perpetua existe y significa el dolor que sentimos todos aquellos que perdimos un familiar a manos de la inseguridad”, sentenció.
Una chica introvertida
Si bien Marianela no está físicamente, su presencia se percibe en cada rincón de la casa, en fotos y en retratos que la propia Graciela realiza.
“Marianela era un chica extraordinaria. Y no sólo lo digo yo que soy su madre. Lo dicen todos quienes la conocieron; sus amigos, sus compañeros de trabajo, sus patrones. Era una piba muy introvertida, que siempre quería pasar desapercibida. No le gustaba llamar la atención. A veces pienso que quizás no le guste que ahora su foto esté en todos lados...”.
“Tenía un perfil muy bajo. Era humilde de verdad porque tenía una vida interior muy rica. No criticaba a nadie. Nunca la escuché hablar de nadie. Era especial. Cada día me convenzo más de que no era para este mundo”, culminó.
Motochorros y asesinos
Marianela Brondino tenía 25 años cuando dos delincuentes le arrebataron su vida.
La tarde del jueves 29 de abril de 2010 la joven había cumplido como siempre otra jornada en la panadería Boneo (Alvear 6100) de barrio María Selva. Subió a su bicicleta y marchó rumbo a su domicilio. Pero apenas recorrió una cuadra cuando los “motochorros” aparecieron en escena.
La atacaron a traición, desde atrás.
De un violento tirón, intentaron apoderarse de la cartera que llevaba la chica. La acción provocó que la joven cayera pesadamente al suelo, golpeando su cabeza contra el cordón. En el acto quedó sin conocimiento.
Llegó al hospital en estado de coma. Su deceso se produjo cinco días después.
Suelta de globos
Esta jueves, a las 17, se invita a todos los santafesinos a una suelta de globos en memoria y para reclamar justicia por Marianela. La cita es en la ciclovía de Mitre y Pedro de Vega, en la plazoleta que lleva su nombre.