Una seguidilla de robos como así la destrucción de gran parte de sus instalaciones han puesto al Automóvil Club Santa Fe en una situación de crisis.
Robos constantes y destrozos en gran parte de las instalaciones, pusieron a la entidad al borde de su desaparición.
Una seguidilla de robos como así la destrucción de gran parte de sus instalaciones han puesto al Automóvil Club Santa Fe en una situación de crisis.
Noche tras noche distintos grupos de delincuentes focalizaron su accionar en esta entidad dedicada a los deportes motores, ubicada en Circunvalación Oeste y ruta nacional 11, frente al predio de Cilsa, unos metros antes de ingresar al Puente Carretero.
"Toda esta pesadilla se inició hace dos meses cuando la policía retiró algunas de sus agrupaciones que funcionaban acá. Un tiempo estuvieron las TOE, también la Brigada Motorizada y otras secciones. Mientras ellos estuvieron no pasó nada. Ahora ni bien se fueron comenzaron los problemas", reveló Mario German Bruno, quien se desempeña como tesorero de la institución.
"Primero comenzaron llevándose los alambrados que circundan nuestro predio. Sacaban los rollos de 30 metros y los cargaban. Incluso se llevaron hasta los postes. Después se metieron en los vestuarios de El Quillá (también funciona allí) y así siguieron avanzando", agregó.
"Hace dos semanas se fueron hacia la zona de la pista de karting que es donde estamos nosotros. Se subieron al techo de los baños y sacaron el tanque de agua. Lo tiraron desde arriba y se partió en mil pedazos. Al otro día empezaron a desclavar las chapas de los techos. Luego entraron y arrancaron todos los cables de la instalación eléctrica".
Hasta los inodoros
"No conforme con todo el desastre que ya habían hecho los malvivientes fueron por más", continuó el dirigente. "Se metieron en la parte de baños de hombres y mujeres y arrasaron con todo. Se llevaron inodoros, mingitorios, todas las canillas, una mesada de mármol con sus bachas. Lo único que dejaron fueron los azulejos. Es increíble la furia de estos tipos", se quejó.
"Anoche se volvieron a meter en los baños y terminaron de romper lo poco que había quedado sano. Se llevaron todas las puertas placas, arrancaron los cables, los portalámparas, en fin...no quedó nada".
Tiros en la noche
En otra parte Bruno señaló que ante la avanzada delictiva decidieron contratar un sereno. Sin embargo eso no fue solución para los problemas. Incluso el trabajador ya manifestó su deseo de abandonar el lugar porque su vida corre peligro.
Hace unas noches este hombre escuchó unos ruidos. Y cuando se asomó para ver qué estaba ocurriendo escuchó detonaciones de arma de fuego. Así que entendemos su situación, es lógico que tenga miedo. Le dijimos que hay que extremar los cuidados, que no tiene que salir de la casilla, no tiene que gritar porque la próxima vez no van a tirar al aire, sino que le van a tirar a el".
"Lo que molesta es la sensación de impunidad. Acá han entrado más de 20 veces y nunca pasó nada. Es tierra de nadie. Estos delincuentes hasta ingresan con vehículos para cargar las cosas. Un delirio total", apuntó.
Situación insostenible
"Si bien este un club de deporte motor, nosotros cumplimos una labor social también. Aquí venimos con nuestras familias y nuestros hijos. Ahora nadie puede concurrir porque está todo destruido".
"Averiguamos por una seguridad privada pero es imposible de pagar. Nosotros subsistimos gracias al aporte de unos pocos socios y porque ponemos plata de nuestros bolsillos, pero así en estas condiciones no podemos seguir. La situación es insostenible".
"Vamos a hacer gestiones para intentar que algunas secciones de la policía vuelvan a utilizar nuestro predio. El beneficio es recíproco, porque ellos aprovechan para hacer su entrenamiento y nosotros ganamos en seguridad. Mientras tanto pedimos por favor que aumenten la vigilancia en la zona", cerró.