Por tercera vez en menos de 10 días un conocido bar de barrio Candioti fue blanco de la delincuencia. Se trata de Bondi, patio de birras, el que se ubica en la esquina de Mitre y Castellanos.
Se trata de Bondi -patio de birras-, ubicado en Mitre y Castellanos. Esta madrugada delincuentes provocaron daños y sustrajeron elementos. Es el tercer robo que sufre en 10 días.
Por tercera vez en menos de 10 días un conocido bar de barrio Candioti fue blanco de la delincuencia. Se trata de Bondi, patio de birras, el que se ubica en la esquina de Mitre y Castellanos.
"Nosotros abrimos de miércoles a domingo. Anoche el bar estaba cerrado pero cerca de las 22,30 fuimos con mi socio a ver como estaba todo por el tema de la tormenta que se acercaba. Y ni bien llegamos nos encontramos con el desastre", dijo Salvador, uno de los dueños del lugar.
"Lo primero que vimos es que había una ventana violentada... rompieron el vidrio y entraron. Luego constatamos que nos vaciaron una heladera del sector de parrilla. Nos robaron elementos de trabajo como cuchillas; chairas; tablas, etc. De la heladera se llevaron materia prima de los productos que comercializamos y algo de alimentos también", agregó.
No es la primera vez que el citado negocio sufre los embates de la delincuencia.
"En la madrugada del martes de la semana pasada autores ignorados violentaron la puerta del sector de parrilla y la puerta del bondi, que es donde se hace el expendio de bebidas. En esa oportunidad nos sacaron también elementos de trabajo, comanderas, bebidas y objetos personales de los muchachos que trabajan con nosotros", explicó Salvador.
"Y el domingo nos volvieron a entrar. El bar está desarrollado dentro de unos contenedores marítimos. Nos rompieron las rejillas de ventilación de gas. Se ve que ingresó alguien de contextura física chica. En ese caso nos llevaron mercaderías, una balanza y elementos de cocina", precisó.
"La verdad que causa mucho dolor y tristeza ver violentado tu lugar de trabajo y el de muchas personas. La violación de la propiedad privada. Es un combo que provoca bastante angustia", sostuvo el empresario.
"Y después de eso viene todo el perjuicio económico. Que es muy fuerte sobre todo en este momento donde la gastronomía santafesina está atravesando un contexto más que complicado".
"Pero bueno... abandonar no podemos. Así que trataremos de poner alarmas, sensores, un poco de más de vigilancia. En su momento teníamos un sereno y ahora pienso que vamos a tener que volver a eso. De una forma u otra tendremos que reforzar la seguridad de manera privada. Otra opción no nos queda", culminó.