Danilo Chiapello - dchiapello@ellitoral.com
Un conflicto entre vecinos ha convertido a Playa Norte en un campo de batalla.
Tal situación es motivo de temor y preocupación para el resto de los habitantes de la zona que reclama la urgente intervención de la policía.
Todo comenzó la tarde del sábado cuando un grupo de sujetos arremetió contra una finca ubicada en Riobamba al 8200, con la intención de sustraer un carro y una yegua.
Pero no todo fue tan sencillo para los malvivientes, por cuanto los dueños de las cosas no estaban dispuestos a entregar sus pertenencias.
Fue así como los rufianes se retiraron de la escena, aunque al rato regresaron para subir la apuesta. Esta vez los violentos portaban machetes y armas de fuego, de las llamadas “tumberas”.
Uno de los dueños de casa intentó resistir la embestida pero, superado en número y fuerzas, terminó herido. La víctima resultó ser Hugo Cabrera, de 21 años. El nombrado fue atacado por un joven que portaba un machete. Cabrera sufrió heridas cortantes en brazo derecho y espalda.
No conforme con lo hecho hasta allí los integrantes de la patota siguieron agrediendo al resto de las personas que se encontraban en la finca (entre ellos, una mujer con varios niños), hasta que lograron hacerlos salir.
Actuando como un verdadero malón, los delincuentes saquearon dicha finca, destrozando y robando lo que encontraron a su paso.
Y para “rematar” prendieron fuego la casilla.
El siniestro fue de una magnitud singular y obligó a la intervención de los Bomberos Zapadores que acudió al lugar con una autobomba.
Voceros de la repartición indicaron que la finca atacada resultó dañada en más de un 50 por ciento por acción de las llamas.
Es de hacer notar que mientras los violentos daban cuenta de la casa, las víctimas llegaron hasta la seccional 8a. y realizaron la denuncia.
Sin embargo la atención recibida no dejó del todo conformes a esa familia.
Estefanía Cabrera (29), hermana del joven herido, relató hoy a este diario que “entraron todos a la casa donde estaba mi mamá con mis hermanos menores. Los golpearon y los cortaron.
Llamé al 911 y no me dieron bolilla. Cuando logré comunicarme me decían ‘¿dónde queda ese lugar?’, me pedían que les explique cómo hacer para llegar. A todo esto mi mamá seguía sola con mis hermanitos. Cuando llegó la policía, en vez de llevarse detenidos a los agresores, se llevó a mis hermanos. Entonces mi mamá fue hasta la seccional 8a.
“Fue allí que estos tipos aprovecharon y volvieron. Entraron a los tiros, rompieron todo, sacaron todo y después quemaron la casa. La policía le decía a mi mamá ‘señora mientras usted está acá con la denuncia, los vecinos le están apagando el incendio’ ”.
En otra parte, Estefanía indicó que “yo lo que pido es que la policía tome cartas en el asunto seriamente. Nosotros somos una familia de trabajo. Mis hermanos utilizan el carro para trabajar y ahora no pueden salir. Por favor lo pido. No puede ser que estos tipos se crean los dueños del barrio. Andan a los tiros a toda hora, entran a las casas que se les ocurre y roban lo que quieren.
¿Nadie les va a poner un límite?”, se preguntó.
En horas de la siesta se supo que nuevos incidentes se estaban produciendo en la zona, con el incendio de otra casa, lo que motivó otra intervención de los Bomberos Zapadores.