Un joven de 22 años que vendía estupefacientes en inmediaciones del edificio de El Molino Fábrica Cultural de la ciudad de Santa Fe fue atrapado el viernes pasado gracias a un perro adiestrado de la Policía Federal.
Fue atrapado en la zona de El Molino Fábrica Cultural. Un perro entrenado de la Policía Federal puso fin a sus andanzas.
Un joven de 22 años que vendía estupefacientes en inmediaciones del edificio de El Molino Fábrica Cultural de la ciudad de Santa Fe fue atrapado el viernes pasado gracias a un perro adiestrado de la Policía Federal.
Eran aproximadamente las 19 cuando este muchacho fue sorprendido. Él estaba parado cerca de la esquina que forman las calles Cándido Pujato y Pedro Vittori, una cuadra al norte de bulevar Gálvez.
Una patrulla de la fuerza de seguridad nacional irrumpió en la escena con el can entrenado para detectar narcóticos.
El animal se enloqueció y los ladridos alertaron a los uniformados. El joven trató de escapar en su bicicleta, pero no llegó lejos.
Cuando lo requisaron, con la presencia de testigos, los policías le secuestraron dos bolsas con un total de 105,4 gramos de marihuana; dos bolsas con 18 pastillas de éxtasis y metanfetaminas; 3,7 gramos de cocaína y 1,3 gramos de ketamina. También llevaba consigo una balanza digital de precisión y 34.500 pesos. Por otra parte, en una riñonera tenía un elemento que era usado como 'picador' de las drogas, bolsas vacías para la venta fraccionada de los estupefacientes y su teléfono celular.
"Portaba 18 pastillas de distintas formas y colores… éxtasis, tusi, metanfetaminas… tenía de todo", contó uno de los investigadores del caso.
Intervino la fiscal María Gabriela Arri, quien esta semana imputó al muchacho, cuyas iniciales son LIA por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.
En la audiencia de medidas cautelares, la defensa del acusado trató de imponer su postura de que la droga era para consumo personal del detenido, pero el juez Pablo Ruiz Staiger le dio la razón a la representante del Ministerio Público e impuso la prisión preventiva.
Si bien el volumen de narcóticos hallados no era importante, el magistrado entendió que la variedad que tenía, la balanza de precisión, la "picadora" y las bolsitas para racionar demostrarían que se trataba de un "dealer".
En la audiencia estuvieron presentes los padres del imputado, que no tiene antecedentes penales.
"El imputado estaba vendiendo los estupefacientes en un espacio público, a las siete de la tarde y al que concurren gran cantidad de niños, niñas y adolescentes", argumentó la fiscal en la audiencia.
En tal sentido, remarcó que "las particularidades que tiene la investigación son propias de los casos priorizados por el Equipo de Microtráfico de la Fiscalía General" y añadió que "por ello sostuvimos la necesidad de cautelar el proceso con la privación de la libertad del hombre investigado".
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