Por Gustavo Capeletti
La toma se ubica en un terreno privado del suroeste de la ciudad. El fiscal Leandro Mai tomó intervención en los hechos y dijo que podría haber instigación. Desde el municipio dejaron entrever que las acciones pudieron haber estado preparadas.
Por Gustavo Capeletti
Un número estimado en 200 personas entre hombres y mujeres, con niños, protagonizó una usurpación de tierras en el cuadrante suroeste de Reconquista, sobre un terreno propiedad de un vecino de apellido Cian.
Los datos con que contaba la policía daban cuenta que un grupo de vecinos de los barrios Guadalupe, Belén y Luján intentarían tomar un predio de aproximadamente 36 hectáreas, enclavado sobre Calle 47, frente al barrio Virgen de Luján, y entre los barrios Virgen de Guadalupe y Loteo Belén.
Y así ocurrió. A media mañana de este jueves, una cantidad importante de personas ingresó al terreno mencionado vociferando la necesidad de contar con una casa propia y denunciando la falta de soluciones al respecto.
De inmediato, la orden de Fiscalía fue la de evitar la consolidación de la usurpación y el asentamiento de viviendas precarias, y que se identificara a los responsables y se actuara en consecuencia. Para ese cometido, la policía hizo arribar una máquina niveladora que comenzó a remover el suelo del terreno a fin de que el grupo de personas desistiera y optara por retirarse.
Pero ello enardeció los ánimos y los usurpadores increparon al maquinista. Cascotes en mano atacaron la cabina de la máquina pesada, hasta llegar al punto de pararse enfrente en el camino de la misma para evitar su avance.
El maquinista, ante tal situación, decidió irse del lugar, lo que produjo en las personas una sensación de victoria. La policía se reordenó y con miembros de infantería y grupos tácticos, algunos de ellos provistos de equipamiento antitumulto y protección, avanzó hacia un sector del inmueble, con efecto disuasivo sobre las personas que al ver ese despliegue desistieron de permanecer allí.
Piedras, tumberas y lesiones
Empero, un grupo de revoltosos que se armó de piedras de gran magnitud, gomeras y trozos de madera, la emprendió contra la formación policial, causando lesiones en la cabeza de un numerario. Ese cuadro desembocó en que la policía incrementara la respuesta a la agresión, con disparos progresivos con postas de goma hacia ese grupo de agresores, quienes aun así no abandonaban su actitud al tiempo que eran apoyados por otros.
Finalmente, se logró el desalojo del inmueble, no obstante, alrededor de un centenar de personas, desde un sector de la plazoleta y calles internas del Loteo Belén, continuaron arrojando todo tipo de elementos contundentes hacia los agentes de la fuerza del orden y hasta efectuaron disparos con tumberas.
Con el paso de los minutos, en vez de amainar, el conflicto se agravó y el grupo de rebeldes se engrosó hasta alcanzar aproximadamente las quinientas personas, que en su mayoría tenían como consigna agredir al personal policial: cuatro policías sufrieron lesiones, incluyendo el subjefe de la Unidad Regional IX.
Después de varios intentos para que el grupo de agresores cesara de su beligerancia, la policía se replegó. El predio quedó provisoriamente desocupado. Fuentes policiales dijeron a El Litoral que “los riesgos de nuevos incidentes son muy elevados dado a la gran cantidad de familias que reclaman un terreno, aduciendo que no tienen donde vivir”. Fueron secuestrados un machete, una tumbera con dos cartuchos percutados calibre 12, entre otros elementos, y hubo aprehendidos.
Patrón
Sobre este asunto, el fiscal Leandro Mai dijo que “en principio, esto tiene un ‘patrón’ porque ya en lo que fue esta semana tuvimos que trabajar en tres usurpaciones. Hay un denominador común. Lo de Loteo Belén fue de inusitada violencia hacia el personal policial, habiéndose ocasionando lesiones a agentes que trabajaron en el lugar y dañando los móviles policiales. Había también personas que efectuaron disparos con tumberas, realmente un hecho muy violento para resolver un conflicto que tiene su matriz en una supuesta emergencia habitacional”
El funcionario judicial explicó sobre el procedimiento que “las directivas fueron en la faz preventiva emanadas del Ministerio de Seguridad y luego con directivas propias del fiscal cuando ya estábamos en presencia de delitos, como es cuando se quiere consolidar una usurpación. Cuando hay delitos en flagrancia, la ley obliga al personal policial a aprehender a la persona que lo está cometiendo. El problema del día la fecha fue que había más de 200 personas que estaban tratando de usurpar los terrenos y que era imposible aprehender a todas”.
Mai reseñó que “luego, cuando se reforzó la presencia policial se triplicó la gente en el lugar. En un primer momento de pudo disuadir, pero luego cuando la Municipalidad comenzó a arar la tierra para prevenir que consolide la usurpación, ahí comenzaron las agresiones; hubo cinco personas aprehendidas, dos mujeres y tres hombres”.
Por último, lamentó “esta realidad muy triste, que por una emergencia habitacional debamos llegar a estos extremos” y reveló que “por lo que se estuvo investigando, podría haber una persona que esté instigando estos hechos y ahí es donde, desde la Fiscalía, queremos caerle con todo el peso de la ley”.
“Preparado”
Por su parte, Adriana Aranda, directora municipal de Tierra y Vivienda se mostró sorprendida por “el nivel de virulencia y de armado, de logística que tenían. Estaba preparado”. Y sostuvo que le llamó la atención “el cambio de actitud de la noche a la mañana” de esta gente, con la cual se había reunido horas antes para ir avanzando en una solución.