Al borde del abismo. Así vive José Fernández (80), un honrado vecino de barrio Barranquitas de la ciudad de Santa Fe, empujado por la delincuencia.
José Fernández (80) vive un infierno a manos de la delincuencia. Su taller de herrería ya sufrió 22 robos. Ahora desvalijaron su casa. Hizo las denuncias en la policía y en fiscalía pero nunca recuperó sus cosas. Desde el Estado le prometieron una ayuda que jamás se concretó.
Al borde del abismo. Así vive José Fernández (80), un honrado vecino de barrio Barranquitas de la ciudad de Santa Fe, empujado por la delincuencia.
Su querido taller de herrería, ubicado en Luciano Molinas 3800, ya no luce como entonces. Más de 20 robos lo han convertido en un depósito de materiales en deshuso. Herramientas, máquinas y cuanto elemento de valor haya existido, fueron "devorados" por las sucesivas incursiones que los malvivientes perpetraron en el lugar.
Pero, se sabe, los ladrones nunca quedan satisfechos. En las últimas horas, los "amigos de lo ajeno" arremetieron contra el domicilio particular de José, que está al lado de su taller. Tras violentar una puerta se llevaron los escasos (pero muy preciados) objetos con los que este jubilado afronta sus días. Ya no cuenta con la garrafa que utilizaba para cocinar; tampoco con su televisor, ni con dos amoladoras que guardaba como un verdadero tesoro. Hasta las sábanas de su cama se llevaron.
Está claro que los delincuentes tampoco saben de piedad. Sumaron a su botín un ventilador industrial, único elemento con el que José resiste las agobiantes temperaturas del verano santafesino.
Agobiado por todo lo ocurrido José hizo lo que tenía que hacer. Fue a la policía (Seccional 6ta.) y denunció cada uno de los robos. Todos los del taller y los 4 que sufrió en su casa, éstos últimos perpetrados en lo que va del mes.
Pero lo único que logró fue acumular papeles y malos momentos. "Me atendieron con muy pocas ganas y casi ni me escucharon. Nunca detuvieron a nadie ni recuperaron mis cosas. Es increíble la desidia que tienen. Todo el mundo sabe que los ladrones están acá cerca. Sin embargo no metieron a nadie preso", se quejó con razón ante El Litoral.
La situación de desamparo se repitió cuando José acudió a otros organismos. "Fui hasta el MPA pero tampoco me dieron bola. Parece que a un viejo como yo nadie le da bolilla", dijo resignado.
En otra parte el damnificado comentó que una persona que se identificó como personal del ministerio de Seguridad de la provincia se había comunicado con el. "Este hombre solo me hizo promesas, que jamás se cumplieron. Se borró como todos", sentenció.
Más adelante José se preguntó cómo es posible que ante tanta cantidad de robos nunca hayan atrapado a nadie.
"Entraron a mi casa y salieron con todas las cosas. Esta gente anduvo por la calle llevando una puerta, un televisor, una heladera y nadie vio nada. ¿No tienen gente patrullado? ¿Nadie vigila las calles? Tengo que pensar que esto es cualquier cosa", reflexionó.
"En lo que va de este mes me entraron 4 veces a mi casa. Ya no sé qué hacer. No quiero comprarme un arma y andar a los tiros, pero a uno lo están empujando a una situación límite. Soy un hombre que vive solo y eso me hace vulnerable. Los delincuentes me tienen 'de punto'. Y encima la policía no hace nada", culminó.