"Nos robaron un montón de veces. Nos llevaron de todo, pero ya que te toquen el juguete de tus hijos, es demasiado", gruñó Melisa. Ella y su familia tienen una casaquinta en jurisdicción de Sauce Viejo, localidad del departamento La Capital ubicada a la vera de la ruta nacional 11 y la autopista Santa Fe-Rosario. El lugar es blanco habitual de delincuentes, pero lo que pasó este miércoles les colmó la paciencia.
"Nos han forzado cerraduras, explotado candados, roto rejas, robado bicicletas, bomba, garrafas... todo lo que te imagines. Hemos sufrido robos grandísimos", puntualizó la mujer.
"Desde que compramos la propiedad, hace cinco años, le fuimos agregando seguridad a la casa. Le pusimos rejas, después le agregamos la malla porque entre la reja metían la mano para abrir los vidrios, reventaban los candados. Necesitábamos más seguridad y pusimos alarma, primero adentro de la casa, luego no fue suficiente y fuimos ampliando sectores. Entonces contratamos un servicio de alarmas. Luego entraban por las cosas del patio, así que invertimos en ladrillos y tapialamos toda la quinta. La última vez nos habían cortado el tejido para robarnos dos macetas. Dijimos, bueno, ponemos cámaras. Creímos que íbamos a estar tranquilos, pero anoche nos entraron nuevamente y se llevaron la cama elástica que le habíamos comprado a los chicos. Tenía apenas un mes y pico de uso. Lo peor de todo es que todavía la estoy pagando, me quedan como cuatro cuotas", contó evidentemente hastiada.
La vivienda en cuestión está ubicada sobre calle 18, entre 51 y 57, en barrio Los Conquistadores.
Melisa sostiene que "los que roban son siempre los mismos". "Hay uno de los ladrones que era menor cuando compramos la casa y ya hacía incursiones. Ahora ya es mayor de edad y sigue haciendo de las suyas".
El descarado robo fue registrado por las cámaras de vigilancia instaladas por la familia. Las imágenes muestran cómo llegan al lugar dos delincuentes que barretean el portón de ingreso. Los ruidos alertan a la pareja de perros que tienen los propietarios, pero los malvivientes ni se inmutan ante la arremetida y los ladridos de los canes. Ingresan y espantan a los animales. Finalmente, a la rastra, se llevan la cama elástica armada.
"Al principio estábamos pendientes de las notificaciones que mandaban los dispositivos, pero después te relajás y querés descansar, dormir, y así ponés en silencio los teléfonos celulares. Por eso nos encontramos con esto cuando nos despertamos esa mañana, a las 6".
La mujer asegura que este tipo de robos es moneda corriente en toda la zona. "Es como tirar una moneda al aire. Hay semanas que está todo tranquilo, se calma… y hay otras que no. La mayoría de los hechos pasa cuando la gente no está, como este. Pero hubo también de los otros, cuando se meten a pesar de que los dueños están adentro, despiertos o dormidos. Gente que está cenando y siente ruido en el patio. Eso da miedo", enfatizó
"Los vecinos estamos preocupados y estamos viendo que hacer, cómo organizarnos. Porque no puede ser que estas personas entren y salgan de la comisaría y se manejen con total impunidad dentro del barrio", concluyó la mujer.