Jueves 10.3.2022
/Última actualización 11:38
Una lamentable batalla campal se desató durante una final de un torneo de fútbol amateur en la provincia de Córdoba cuando, al errar el último penal y perder el campeonato, un grupo de jugadores atacó con piñas y patadas al árbitro, mientras que también golpearon a uno de los dirigentes del club que había entrado a separar.
El episodio ocurrió en la localidad de Colonia Tirolesa, cercana a la capital provincial, en un encuentro correspondiente a un torneo amateur, categoría Libres, que se disputó el martes por la noche en el club Sportivo Tirolesa.
Según informaron los medios locales, se esperaba una jornada de festejos y premiaciones en el cierre de la 52° edición del torneo, pero todo cambió tras la definición por penales cuando, por motivos que no fueron dados a conocer, se desató una batalla campal.
Tras el gol que le dio el triunfo al campeón, los jugadores del equipo perdedor salieron corriendo a agredir al árbitro, mientras que el responsable de la organización y presidente de la Liga Regional Colón, Gustavo García, ingresó a la cancha a separar, pero también fue brutalmente golpeado.
Uno de los asistentes del árbitro relató que estaba en la línea cuando comenzó la tanda de penales y pudo ver "absolutamente todo", mientras que dijo que el ambiente ya estaba caldeado por distintas jugadas del partido. Los integrantes del equipo "La Puerta", ya se habían quejado de varias jugadas con el árbitro durante el tiempo reglamentario y en la tanda de penales ese enojo fue aumentando.
El asistente del juez del encuentro resaltó que no solo los diez jugadores de "La Puerta" salieron a correr a su compañero, sino que personas que estaban en la tribuna también saltaron el alambrado y fueron directamente a agredirlo.
Gentileza Estadio de Sportivo Tirolesa, donde ocurrió el lamentable hecho.Estadio de Sportivo Tirolesa, donde ocurrió el lamentable hecho. Foto: Gentileza
El certamen contó con la presencia de más de 150 personas que no pudieron disfrutar de una jornada tranquila y apacible como en otras oportunidades y algunos que habían concurrido con sus niños, al ver el escándalo y las corridas decidieron abandonar el predio para proteger a sus hijos.