Video: investigan la muerte de 240 vaquillonas en una hacienda correntina
Los productores, de Curuzú Cuatiá, estiman las pérdidas en 24 millones de pesos. Las autoridades advirtieron casos similares en la región y lo atribuyen a efectos de la sequía en los pastos que consumen los animales. Imágenes sensibles.
Video: investigan la muerte de 240 vaquillonas en una hacienda correntina
Lunes 3.7.2023
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Última actualización 22:13
En un incidente impactante, se reportó la muerte de unas 240 vaquillonas en un establecimiento ganadero en Curuzú Cuatiá, Corrientes. La causa de la muerte se atribuye a una presunta intoxicación con nitratos. La pérdida económica resultante se estima en más de $24 millones.
Las vaquillonas, que pesaban entre 220 y 240 kilos cada una, se alimentaban de un verdeo de raigrás. La intoxicación con nitratos es un fenómeno que se ha observado en áreas afectadas por la sequía, donde las napas están muy bajas. En el establecimiento en cuestión, hay unas 900 cabezas de ganado, y hasta ahora, solo el lote con las vaquillonas afectadas ha sufrido bajas.
Fuentes del gobierno provincial indicaron que se han registrado otros casos similares y que se ha lanzado una campaña para advertir a los agricultores sobre los posibles riesgos en el contexto actual.
El INTA ha señalado que las condiciones de déficit hídrico pueden provocar cambios en el comportamiento de las plantas, lo que puede llevar a una mayor absorción y concentración de nitratos. Estos compuestos nitrogenados, presentes en el suelo y el agua, son absorbidos por las plantas para convertirse en proteínas vegetales. Sin embargo, en condiciones de sequía, las plantas pueden acumular nitratos en concentraciones tóxicas.
En mayo pasado, se produjo un incidente similar en Entre Ríos, donde unos 200 novillos murieron por consumir pasturas con exceso de nitratos. El fenómeno se produjo en varios departamentos del territorio entrerriano, especialmente en la zona denominada Rincón de Nogoyá, en el departamento Victoria.
El INTA ha aconsejado a los agricultores que combinen cultivos potencialmente peligrosos con otras ofertas forrajeras para disminuir la dosis tóxica y evitar que los animales entren hambrientos al cultivo.
También se recomienda un consumo gradual de estos recursos peligrosos tóxicos, permitiendo la adaptación de la microbiota ruminal.