El pasado viernes, en horas de la tarde-noche, varios tiroteos se registraron en las calles de barrio San Lorenzo, en inmediaciones de la esquina que forman la avenida General López y la calle Arenales. En esa oportunidad, cuando los estampidos dejaron de escucharse, quedaron en el lugar un camión y una casilla incendiados y dos jóvenes baleados. Anoche, los médicos debieron amputar una pierna a uno de los heridos, lo que generó la reacción violenta de sus familiares, que esta mañana le prendieron fuego a una casa de dos plantas.
La secuencia comenzó el viernes aproximadamente a las 19. La locura se apoderó de la zona, en donde se produjeron enfrentamientos con armas de fuego y fueron incendiados un viejo camión abandonado en un depósito de chapas y una humilde vivienda.
Desde ese lugar fueron trasladados al hospital Cullen dos muchachos heridos, apenas mayores de edad. Uno había sido alcanzado por un proyectil en su pie izquierdo, el otro tenía un balazo en su pierna del mismo lado.
Este último, de 18 años, permanece internado en el centro público de salud. Anoche, después de las 22, los médicos debieron amputarle el miembro afectado.
Indignados por la noticia, sus familiares y conocidos salieron esta mañana a la calle y cerca de las 10 le prendieron fuego a una casa de dos plantas ubicada en avenida General López, cerca del cruce con Arenales.
Fue necesaria la intervención de bomberos para sofocar las llamas, aunque afortunadamente no hubo más lesionados que lamentar.
“En esta zona se viven tiroteando”, se quejan a diario los vecinos casi con resignación. Es importante recordar que el jueves, una pequeña de apenas 4 años terminó con una bala “perdida” incrustada en el cuerpo. Todo pasó en la cuadra de su domicilio, cerca de la esquina de Pasaje Galisteo y Amenábar. Fátima estuvo a centímetros de perder la vida.